El impresionismo sumiso
Artistas americanos replicaron la calidad t¨¦cnica de los europeos pero les falt¨® originalidad
Cuando parec¨ªa que en Madrid se hab¨ªan visto ya todas las exposiciones posibles sobre el impresionismo, a¨²n quedaba por mostrar una dedicada a los pintores estadounidenses que se aproximaron a ese estilo. El impresionismo no fue un movimiento coherentemente organizado sino una forma de pintar que caracteriz¨® el trabajo de un reducido grupo de artistas que participaron en alguna de las ocho exposiciones realizadas por la Soci¨¦t¨¦ Anonyme Coop¨¦rative des Artistes Peintres, Sculpteurs et Graveurs en Par¨ªs entre 1874 y 1886, conocidas con el entonces peyorativo calificativo de ¡°impresionistas¡±. En rigor, este calificativo solo puede ser aplicado a aquellos pintores que participaron en alguna de las muestras promovidas por esta soci¨¦t¨¦. ?nicamente una artista nacida en Estados Unidos, Mary Cassatt, expuso en cuatro de ellas, celebradas entre 1879 y 1886; sin embargo, un selecto grupo de pintores norteamericanos participaron de los rasgos de ese estilo.
En las exposiciones impresionistas se mostr¨® un arte muy novedoso que no solo goz¨® del apoyo cr¨ªtico y del ¨¦xito entre los coleccionistas, sino que prendi¨® en artistas de muchos pa¨ªses, desde Noruega (Frits Thaulow) hasta Espa?a y desde Rusia a Estados Unidos, como ahora se nos muestra. El estilo impresionista, que surgi¨® como oposici¨®n a los dictados de los salones oficiales, se apoya tanto en una t¨¦cnica como en la elecci¨®n de unos temas. La t¨¦cnica consist¨ªa (grosso modo) en un intento de plasmar las impresiones visuales de la luz por medio de pinceladas sueltas y colores puros que permit¨ªan una ejecuci¨®n tan r¨¢pida que se calificaba de espont¨¢nea e instant¨¢nea. Por su parte, los temas se centran en dos asuntos: los paisajes tomados directamente al aire libre y la representaci¨®n de la vida moderna glosada por Charles Baudelaire en sus art¨ªculos: escenas del mundo burgu¨¦s y el ajetreo de la gran ciudad.
Estas t¨¦cnicas y estos temas fueron bien asimilados por un reducido grupo de pintores innovadores y cosmopolitas de Estados Unidos, quienes viajaron a Par¨ªs para conocer de primera mano el nuevo estilo. Se reconocen en sus cuadros la libertad de la pincelada, el dominio del color, los mismos tipos de escenas, incluso con personajes vestidos a la moda que posan en id¨¦nticas posturas desenfadadas (Edmund C. Tarbell) y los mismos tipos de paisajes soleados con el horizonte alto y las amapolas rojas sobre tupidos fondos verdes, de manera que podr¨ªamos confundir las playas de Shinnecock, en Long Island, pintadas por William Chase, con la costa de Normand¨ªa.
En general, en este grupo de pintores estadounidenses se aprecia una gran calidad t¨¦cnica, tanto en los encuadres decididamente modernos y en la composici¨®n de escenas como en el dominio del color y de los contrastes de luz, lo que permite calificarlos de impresionistas, pero, excepto Whistler, no aportaron nada nuevo ni a la t¨¦cnica ni a la tem¨¢tica de los impresionistas, antes bien, como pone en evidencia esta exposici¨®n, mostraron una sumisi¨®n rayana con el plagio, como se aprecia en la serie de 12 pinturas de John Leslie Breck con respecto a los Almiares de Claude Monet. Mientras que la visi¨®n de uno de estos cuadros del maestro franc¨¦s permiti¨® a Kandinsky en Mosc¨² intuir qu¨¦ ser¨¢ la pintura moderna, Breck no pasa de reproducir pueriles copias cuyo mimetismo manifiesta la incomprensi¨®n de la verdadera modernidad que encerraba la pintura de Monet.
Impresionismo americano. Museo Thyssen-Bornemisza. Paseo del Prado, 8. Madrid. Hasta el 1 de febrero de 2015.
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