El ataque de p¨¢nico, preguntas y respuestas
Quienes sufren lo ocurrido a Sabina deben exponerse de forma gradual a esas situaciones
El ataque de p¨¢nico sufrido por Joaqu¨ªn Sabina en su concierto del pasado s¨¢bado en el Palacio de los Deportes de Madrid, a pesar de las tablas de un artista que lleva casi cuatro d¨¦cadas de trayectoria, es la reacci¨®n exagerada del cuerpo a un temor ¡ª?estar¨¦ a la altura?, ?quedar¨¢n satisfechos mis fans?¡ª, "es el temor a algo que interpretamos como peligroso", se?ala la psic¨®loga del deporte y salud Patricia Ram¨ªrez. "Tambi¨¦n puede ser la consecuencia de malinterpretar unos s¨ªntomas f¨ªsicos, como sudar, o la adrenalina que provoca el concierto, y que la persona piense que pudiera ser por ansiedad u otra dolencia", a?ade.
"Casi todos los ataques de p¨¢nico son fruto de la reacci¨®n ante una situaci¨®n, cuando en realidad no suponen una amenaza para la persona. No son la consecuencia de una enfermedad, sino la forma en que tenemos de interpretar el entorno", explica Ram¨ªrez.
"Realmente no me encuentro bien", confes¨® Sabina al p¨²blico que abarrotaba el Palacio de los Deportes instantes antes de abandonar el escenario. Los s¨ªntomas t¨ªpicos de ese p¨¢nico esc¨¦nico, las respuestas que manda el cerebro a nuestro cuerpo, son "que el coraz¨®n se acelera, respiraci¨®n agitada hasta sentir que nos falta el aire, sequedad de boca, temblores y palidez, porque la sangre se distribuye a los m¨²sculos de brazos y piernas debido a que el cuerpo se prepara para huir", describe Ram¨ªrez, colaboradora habitual de El Pa¨ªs Semanal. "La respuesta de ansiedad permite ponernos a salvo ante una amenaza, por eso est¨¢ relacionada con una sobreactivaci¨®n que posibilita salir corriendo".
Poco antes de verse obligado a reducir la duraci¨®n de su concierto, Sabina hab¨ªa recordado con emoci¨®n a la cantante Pastora Soler, quien hace un par de semanas anunci¨® que dejaba la m¨²sica temporalmente tras haber sufrido dos ataques de p¨¢nico, el primero el pasado marzo, le provoc¨® incluso un desvanecimiento. En ese caso, la reacci¨®n del cuerpo fue distinta, una paralizaci¨®n ("como si nos hici¨¦semos el muerto ante ese peligro") que le llev¨® al desmayo. "Las sensaciones son tan desagradables que crees que te vas a morir. Sin embargo, los ataques de p¨¢nico no son peligrosos, salvo que tengas un problema de cardiopat¨ªa, por ejemplo".
Las personas que sufren estos ataques de p¨¢nico "no quieren subirse a un autob¨²s lleno, ni entrar en unos grandes almacenes, porque su cerebro interpreta que no podr¨ªan salir de ah¨ª y que no es un lugar seguro para ellos. Pero lo peor que puedes hacer es evitar el miedo porque lo incrementas", dice Ram¨ªrez.
La soluci¨®n seg¨²n esta experta es "exponerte de forma gradual a esas situaciones, por ejemplo, si me da miedo entrar en unos grandes almacenes, lo hago un lunes por la ma?ana, cuando hay poca gente". Antes, hay que "entrenar al paciente en t¨¦cnicas de respiraci¨®n y relajaci¨®n y ense?arle a interpretar de forma distinta lo que ocurre a su alrededor, para que lo pueda controlar". En definitiva, que nos digamos a nosotros mismos que estamos seguros, y quitemos importancia a cualquiera de esas se?ales para que nuestro cerebro no se dispare.
Babelia
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