Sabidur¨ªa de Servillo
El actor italiano ha realizado trescientas cincuenta funciones de la obra 'Le voci di dentro'
Tras la funci¨®n del viernes de Le voci di dentro en el Lliure (exitazo, entradas agotadas los cuatro d¨ªas), Toni Servillo convers¨® con Llu¨ªs Pasqual durante una hora: regalo inesperado y generoso. Tom¨¦ algunas notas, a vuelapluma: disculpen las posibles imprecisiones. Me sent¨ªa como un alumno de Jouvet en el Conservatorio, o de Gassman en la Bottega de Florencia. Claridad did¨¢ctica, fulguraci¨®n intelectual y apasionada.
Sobre teatro y cine. ¡°En el teatro no me veo: hago ver. En el cine no quiero verme. Pienso: 'C¨®mo he envejecido' o 'qu¨¦ mal estaba entonces¡±. En cine he hecho veintitantas pel¨ªculas, pero de Le voci di dentro llevo trescientas cincuenta funciones. El cine me ha acercado a mucha gente y me ha dado enormes satisfacciones, pero el teatro es mi vida, mi d¨ªa a d¨ªa. Con el teatro tengo una relaci¨®n ¨ªntima: es la voz del ¡°nosotros¡±. En el cine manda el director, en el teatro mandan los actores¡±.
Novedad. ¡°No pretendo renovar los textos. Para m¨ª, la novedad est¨¢ en el repertorio elegido y, sobre todo, en la convicci¨®n de que cada noche ha de ser como si hici¨¦ramos la funci¨®n por vez primera. Eso requiere un trabajo de equipo, una disciplina, un adiestramiento cotidiano. Mi papel es, por as¨ª decirlo, el de un primer viol¨ªn en una espl¨¦ndida secci¨®n de cuerda que ha de hacer resonar una partitura. Descubrimos la obra cada noche, escena por escena, y verificamos la frescura del texto con el p¨²blico¡±.
P¨²blico. ¡°El ensayo es la organizaci¨®n del material, pero cuando el espect¨¢culo empieza a vivir es cuando camina ante los espectadores. Somos las piernas del espect¨¢culo, ganamos velocidad y seguridad ante ellos. El teatro solo funciona cuando lo que sugieren los int¨¦rpretes es recogido y devuelto por el p¨²blico. Cuando un director intenta ¡°explicar¡± esa sugerencia, no est¨¢ haciendo teatro. A veces se intenta ¡°explicar¡± por timidez, pero hay mucha gente que trata de imponerlo, de modo violento¡±.
Personaje. ¡°Yo empiezo a entender un personaje cuando lo he interpretado muchas veces. El personaje es una creaci¨®n po¨¦tica, no una persona. Las personas son los actores, y el personaje solo existe en el momento en que lo interpretamos. No se trata de hacer tuya su complejidad, sino de lograr transmitir esa complejidad al p¨²blico. Todo lo que es silencioso en un texto, el actor ha de hacerlo palpitante¡±.
Eduardo de Filippo. ¡°Interpretar a Eduardo es pura felicidad: la lengua convertida en fiesta dram¨¢tica. Como Moli¨¨re, cristaliz¨® las fuerzas del actor, del autor, del director de troupe. Hijo de la comedia del arte, de Goldoni, de Scarpetta, tom¨® la metaf¨ªsica de Pirandello y la hizo m¨¢s viva, m¨¢s concreta, plenamente popular, retratando las preocupaciones de la sociedad de su tiempo, de los cuarenta a los setenta. Su obra comparte muchas interrogaciones del teatro del absurdo, pero ha resistido much¨ªsimo mejor el paso del tiempo, porque ten¨ªa siempre presente al p¨²blico. Su revoluci¨®n como actor: m¨¢xima emoci¨®n con m¨¢xima contenci¨®n. No es extra?o que los grandes actores ingleses conectaran tan bien con su teatro. Olivier hizo S¨¢bado, domingo y lunes y Filumena Marturano; Ralph Richardson encarn¨® a Alberto Saporito, el personaje que yo hago en Le voci di dentro¡±.
N¨¢poles. ¡°Es una com¨¦die fran?aise en plein air. Extraordinaria, nobil¨ªsima tradici¨®n literaria y filos¨®fica del arte y del espect¨¢culo. La iron¨ªa del napolitano es la sonrisa de la desesperaci¨®n¡±.
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