Emociones distantes

Una versi¨®n en concierto de una ¨®pera, por su propia naturaleza y sea el t¨ªtulo que sea, requiere siempre cuidados especiales para que las esencias del g¨¦nero l¨ªrico se mantengan, las emociones no decaigan y el espect¨¢culo tenga su propia personalidad. De entrada es discutible limitar el apartado teatral y visual de una ¨®pera, pero a veces se hace de la necesidad virtud, y se recuperan con este formato t¨ªtulos casi desconocidos o se realizan algunas versiones de ins¨®lito inter¨¦s por la disponibilidad temporal de algunos int¨¦rpretes.

La programaci¨®n de Rom¨¦o et Juliette, de Gounod, en versi¨®n concierto me parece un poco forzada -la excusa ¡°a los 140 a?os de su estreno en el Real¡± que figura en el programa general de la temporada del Real es rid¨ªcula- y la renuncia a una versi¨®n al menos semiescenificada intensifica los riesgos. Una cosa es prescindir de escenograf¨ªa y vestuario y otra, muy distinta, del gesto teatral, m¨¢s todav¨ªa en una obra basada en Shakespeare. As¨ª, visualmente hablando, el espect¨¢culo fue de una frialdad descorazonadora, cuando un m¨ªnimo trabajo expresivo en los personajes principales podr¨ªa haber elevado la ¨®pera a otras cotas art¨ªsticas, m¨¢s en consonancia con su capacidad reflexiva y humanista. Los movimientos estereotipados, la uniformidad en la presentaci¨®n y hasta los tics de otras ¨¦pocas no solamente distraen sino que tambi¨¦n distancian.

Musicalmente todo tuvo otro nivel. El tenor franc¨¦s de origen siciliano Roberto Alagna mantiene su tir¨®n mediatico con el paso del tiempo, y su actuaci¨®n fue muy superior a la ¨²ltima en este teatro, en junio de 2008, con un recital en torno a Verdi de triste recuerdo. Rom¨¦o es seguramente uno de los grandes papeles de su carrera, en esa equilibrada confluencia de estilo, fraseo y color que se manifest¨® a la perfecci¨®n en todo el segundo acto y, en general, en toda la representaci¨®n. Momentos como la cavatina L¨¨ve-toi, soleil del segundo acto o el d¨²o Nuit d?hym¨¦n¨¦e del cuarto acto fueron realmente emotivos.

A su lado la soprano b¨²lgara Sonya Yoncheva mostr¨® su empuje y buen momento vocal en el personaje de Juliette, formando con Alagna una buena pareja musical , bien arropada desde la direcci¨®n musical por el veterano maestro franc¨¦s Michel Plasson, toda una garant¨ªa en este repertorio. De hecho mereci¨® aclamaciones y bravos ya en el intermedio del concierto. En enero Alagna y Plasson se desplazan a Bilbao para representar Werther, de Massenet, en la temporada de la ABAO, aunque aqui con escena incluida.Los triunfadores de la noche fueron el tr¨ªo Alagna- Yoncheva- Plasson, pero el reparto vocal en su conjunto fue de notable entidad y la orquesta y coro del Teatro Real realizaron un trabajo enjundioso y de calidad. Flotaba en cualquier caso en el ambiente cierta sensaci¨®n de melancol¨ªa. Pod¨ªa pensarse en que se hab¨ªa retrocedido un par de d¨¦cadas y la ¨®pera volv¨ªa a tener ese tufillo muse¨ªstico y sentimentaloide. Quiz¨¢s sea solo una impresi¨®n, no s¨¦...