Sexualidad
Admiro la osad¨ªa de Soderbergh para atreverse a desarrollar tem¨¢tica tan ¨¢spera en una serie, 'The Knick', que puede amargar la digesti¨®n del est¨®mago m¨¢s templado
Veo en casa ajena el primer cap¨ªtulo de la serie The Knick, que imagino podr¨¦ adquirir en Blu-Ray dentro de diez a?os (solo exagero ligeramente, han pasado miles de lunas y todav¨ªa no ha aparecido en el mercado espa?ol la tercera y ¨²ltima temporada de ese magn¨ªfico western con aroma shakesperiano titulado Deadwood) y alucino con una secuencia en la que al protagonista, un cirujano cocain¨®mano en el principio del siglo XX, le inyectan la droga en los genitales. Despu¨¦s de espantar al mono, este brillante galeno ya est¨¢ en condiciones para intentar salvarle la vida a un paciente en operaciones experimentales que se realizan en p¨²blico, ante todo el equipo m¨¦dico de un hospital que asiste embelesado al nacimiento de la cirug¨ªa. Y admiras la osad¨ªa de Soderbergh para atreverse a desarrollar tem¨¢tica tan ¨¢spera en una serie que puede amargar la digesti¨®n del est¨®mago m¨¢s templado.
Tambi¨¦n veo con retraso, pasmo y admiraci¨®n en dos suculentos atracones la primera temporada de Masters of sex, de Michelle Ashford, y centrada en un tema que hace veinte a?os cualquier productora hubiera juzgado como el delirio de un inventor zumbado, como un proyecto irrealizable por el esc¨¢ndalo que provocar¨ªa entre los consumidores masivos de series. Habla con lucidez, atrevimiento, situaciones turbadoras y personajes complejos de las investigaciones del inquietante, revolucionario, perfeccionista, enigm¨¢tico doctor William Masters y una mujer tan abierta de mente y cuerpo como tenaz en sus prop¨®sitos, feminista con causa y sin estridencias, llamada Virginia Johnson, sobre el inexplorado universo de la sexualidad, sobre ese motor vital abarrotado de secretos, carencias, desarreglos, placer, orgasmos, misterios, impotencia, soledad, armon¨ªa, comunicaci¨®n, v¨¦rtigo, alegr¨ªa, traumas, obsesi¨®n, amargura, liberaci¨®n, felicidad. Dudo de que los porn¨®grafos se sientan en el para¨ªso con Masters of sex aunque la copulaci¨®n, la masturbaci¨®n y el erotismo sean sus protagonistas, pero el paladar cin¨¦filo sabr¨¢ apreciar la calidad de esos guiones, esas im¨¢genes, esas interpretaciones. Como todos los varones heterosexuales que aparecen en la serie, yo tambi¨¦n me he enamorado de la atractiva, desinhibida y sabia Virginia Johnson, que interpreta con matices, fuerza y sutileza Lizzy Caplan.
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