Hablan los sonidos, suenan las palabras

No hab¨ªa lugar para el sentimentalismo, ni siquiera para el evocado por la llegada del invierno y la referencia a Schubert, con su desgarrado viaje interior. Con Christian Gerhaher y Gerold Huber lo que se impone en primer lugar es la pureza art¨ªstica del universo del lied. Interpretan a Schubert, a Schumann, o ahora a Mahler. Bar¨ªtono y pianista estudiaron en su juventud con el gran maestro Dietrich Fischer-Dieskau, algo que se percibe en la fabulosa compenetraci¨®n entre ambos, en la componente reflexiva que acompa?a a cada una de sus interpretaciones, y en esa sobriedad espiritual y profunda que llena todas sus actuaciones. Estamos en el coraz¨®n secreto del lied, esa manifestaci¨®n suprema de fusi¨®n entre poes¨ªa, canto y piano que cuando se hace de esta manera es sencillamente irresistible. No es de extra?ar que en los ¨²ltimos premios l¨ªricos Campoamor se haya concedido a Gerhaher la m¨¢xima distinci¨®n como int¨¦rprete de recital y lied en Espa?a.

¡°No es precisamente tarea f¨¢cil dar a cada uno de los lieder de Gustav Mahler el acento propio correspondiente. Pierde aqu¨ª su vigencia lo que en compositores anteriores era un requisito natural: el hecho de leer entre notas. En el caso de Mahler eso llevar¨ªa inevitablemente al manierismo. Solo observando exactamente sus instrucciones puede ponerse de manifiesto plenamente el arte de Mahler¡±, escribe Fischer-Dieskau en Hablan los sonidos, suenan las palabras, un tratado fundamental sobre la historia e interpretaci¨®n del canto. Gerhaher y Huber siguen con rigurosa exactitud estas observaciones. Ni una concesi¨®n, ni un adorno, ni un acento fuera de lo establecido.

Con una seriedad a prueba de bombas, Gerhaher y Huber van desgranando frase a frase los contenidos linguisticos, y la expresi¨®n musical y po¨¦tica de Mahler, transmitiendo de inmediato una sensaci¨®n equilibrada entre el conocimiento y el amor. No fue un recital f¨¢cil, ni en el fondo ni en la forma, pero s¨ª fue una de esas actuaciones que arrebatan por su hondura y plenitud. Un regalo inconmensurable en v¨ªsperas de estas fiestas navide?as.

Lleno hasta la bandera en el teatro de La Zarzuela, lo que refleja la consolidaci¨®n del mundo del lied en Madrid, gracias entre otras causas a ciclos como ¨¦ste, con 21 a?os de continuidad a sus espaldas. En estos tiempos de cultura del espect¨¢culo, es sumamente graficante comprobar el? grado de adhesi¨®n incondicional que provocan manifestaciones culturales de este tipo. En el fondo se trata de cultura con may¨²sculas, cultura en la m¨¢s pura esencia, cultura de verdad.