Cuando Joe Cocker era la poderosa voz del exceso
El m¨²sico se gan¨® un lugar de honor en el rock de la contracultura por sus primeros discos y su legendaria actuaci¨®n en el festival de Woodstock
Como esa voz que retumbaba en los altavoces hasta parecer que iban a estallar en With a little help from my friends, la inocente y bella composici¨®n de los Beatles a la que insufl¨® litros de sangre y todo un universo de rabia y nueva energ¨ªa, el mejor Joe Cocker, el m¨¢s legendario, fue el excesivo. Antes de que todo el planeta le conociese como un superventas, la garganta que hab¨ªa incitado como pocas al deseo carnal en la contagiosa canci¨®n de la pel¨ªcula Nueve semanas y media, capaz de encarar cualquier composici¨®n del estilo que fuera, gracias a la h¨¢bil combinaci¨®n de su vozarr¨®n y la experiencia, el cantante brit¨¢nico fue representante de un soul fiero e imbatible, que encajaba a la perfecci¨®n en el agitado mundo del rock de los sesenta.
Tuvo algo de haza?a que Cocker entrase en el olimpo de la contracultura de los sesenta desde el soul, un estilo alejado de la psicodelia y la experimentaci¨®n el¨¦ctrica, tan propia de los puntales sonoros del verano del amor. Tambi¨¦n que se dedicase a ello en Reino Unido cuando todos sus compa?eros de generaci¨®n andaban entre el rock y el blues. Pero si lo hizo fue por un car¨¢cter musical rompedor y adictivo desde que debut¨® en 1969 con dos ¨¢lbumes impactantes como With a little help from my friends y Joe Cocker!
Entre los surcos de esos artefactos, se hallaba un verdadero soulman, una garganta blanca con el pundonor de las negras, que como los grandes maestros del g¨¦nero, entre los que se pueden citar influencias directas como Ray Charles u Otis Redding, ten¨ªa su propia f¨®rmula para hacer de canciones de otros sus propias armas emocionales, ba?adas de un poderoso dramatismo. Unas veces, reduc¨ªa su ritmo como en Just like a woman de Bob Dylan o Bird on wire de Leonard Cohen, otras fraseaba, como si en el p¨²lpito de una iglesia sure?a estuviese, como en Something de The Beatles o Delta lady de Leon Russell y en otras aceleraba todo hasta enloquecer de ¨¦xtasis como en With a little help from my friends de The Beatles.
Ese ¨¦xtasis era el que reclamaba la generaci¨®n contracultural de los sesenta antes de estallar en mil pedazos, como esos sue?os adolescentes que terminan por convertirse en un chiste de adultos. Por eso, su actuaci¨®n en directo en el famoso festival de Woodstock es tan recordada como la de Jimi Hendrix y se incluy¨® como lo mejor del multitudinario evento. Porque la otra virtud de Cocker fue llevar al escenario todo su soul desgarrado.
Con su imagen de tipo enmara?ado y descuidado, movi¨¦ndose como pose¨ªdo por un diablo bendito del ritmo, el m¨²sico nacido en Sheffield, que, a diferencia de muchas estrellas brit¨¢nicas de los sesenta, era de origen obrero y fue fontanero antes que cantante, representaba todo el tormento de su propia m¨²sica tensa, dram¨¢tica y pasional. Aparte de la grabaci¨®n del festival de Woodstock, el disco en directo Mad Dogs & Englishmen, publicado en 1970, muestra el poder de esa voz cavernosa y llena de nervio. Para rematarlo, en aquellos primeros a?os, Cocker, que pecaba de violento, llevaba un desastroso estilo de vida que abrazaba todos los excesos de la ¨¦poca con las drogas y el alcohol. Como con su m¨²sica, no ten¨ªa t¨¦rmino medio, recre¨¢ndose en el extremo.
Joe Cocker con Mad Dogs & Englishmen interpreta The Letter.
Tras una traves¨ªa en el desierto, sobrevivi¨® a sus propios excesos. Ayudado por un concienzudo manager, Cocker se ajust¨® desde los ochenta a las expectativas de una industria que sab¨ªa que esa voz grave pod¨ªa amoldarse a baladas para todos los p¨²blicos. Por sus cuerdas vocales, empezaron a caer cl¨¢sicos como When a man loves a woman o What becomes of the broken hearted. Tambi¨¦n las bandas sonoras que le llevaron al mayor de los ¨¦xitos como las de las taquilleras pel¨ªculas Oficial y caballero con Up where I belong o Nueve semanas y media con You can leave your hat on.
Ya s¨®lo gastar¨ªa la imagen de dandi maduro, como salido de un anuncio de una marca de ropa de lujo, que cantaba el emotivo You're so beautiful en el homenaje a Diana de Gales. Pero si a un Joe Cocker hay que reivindicar, por mucho que seamos cientos de miles los que alguna vez quisimos ser Mickey Rourke contemplando en vivo y en directo a Kim Basinger durante los poco m¨¢s de cuatro minutos que dura You can leave your hat on, tiene que ser al joven desatado de los sesenta, a esa encarnaci¨®n del exceso sentimental que hizo que una canci¨®n de los mism¨ªsimos Beatles sea ya su patrimonio, nuestro himno de la amistad, una fortaleza contra el desamparo.
Joe Cocker canta With a little help of my friends en el festival de Woodstock.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.