Caridad
Si la falsa caridad provoca grima, la ayuda an¨®nima al pr¨®jimo puede confirmar que mucha gente en tiempos duros no ha jurado exclusiva lealtad al mezquino ¡°s¨¢lvese quien pueda¡±
Admito que entre los recuerdos m¨¢s entra?ables de sus Navidades de infancia mucha gente siga manteniendo fidelidad a la apolog¨ªa de los buenos sentimientos, la esperanza y los milagros que constitu¨ªa la esencia del cine de Capra. Tambi¨¦n que siga provocando sensaciones gozosas la felicidad hogare?a que transpiraban los padres, sus 16 hijos (ay, la perdida de Chencho en la Plaza Mayor), el abuelo y el padrino de la mod¨¦lica La gran familia. Incluso que perdure el amor y la nostalgia hacia la estrangulable Julie Andrews de las mel¨ªfluas Sonrisas y l¨¢grimas y Mary Poppins.
Entiendo esos fetiches cin¨¦filos de la gente sana. Pero como yo soy un amargado y un enfermo mental, mi pel¨ªcula favorita sobre la Navidad se desarrolla en una ciudad espa?ola y cuenta la tragicomedia que puede ocurrir en noche tan piadosa cuando la caritativa burgues¨ªa se apunta al bondadoso lema de ¡°Siente esta noche un pobre a su mesa¡±. En la puja, adem¨¢s de pordioseros y ancianos del asilo, tambi¨¦n se incluye la invitaci¨®n a la cena de los presuntamente famosos artistas de Madrid que han sido contratados para amenizarles la fiesta.
Se titula Pl¨¢cido y es el retrato m¨¢s poderoso, inteligente y salvaje, junto a Viridiana, que yo he visto nunca en el cine sobre cierto tipo de caridad, ese sustitutivo tan piadoso de la justicia social.
Observo que esta necesaria blasfemia se emiti¨® en La 2 de TVE esta semana. Y admiras la audacia y el escaso sentido del riesgo del programador, ya que no andan los tiempos en la televisi¨®n estatal para mostrar transgresiones. A cambio, imagino que triplicar¨¢n las misas, procesiones, bendiciones papales (eso no est¨¢ claro, ya que este Papa les ha salido muy raro), beatificaciones, santificaciones y dem¨¢s exaltantes rituales cat¨®licos.
Pero si la falsa caridad provoca grima, la ayuda an¨®nima al pr¨®jimo menesteroso puede emocionar, confirmar que mucha gente en tiempos duros no ha jurado exclusiva lealtad al mezquino ¡°s¨¢lvese quien pueda¡±. Cuentan los responsables de los bancos de alimentos que el personal se est¨¢ volcando para cubrir la mayor necesidad de los que est¨¢n en ruina. O sea, su est¨®mago. Y sobre todo, el de sus ni?os. Tambi¨¦n abundan los juguetes. Ojal¨¢ que esos cr¨ªos sigan creyendo en los Reyes Magos. No todo est¨¢ perdido.
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