?Ha matado la ciencia a la filosof¨ªa?
Francis Crick, codescubridor de la doble h¨¦lice del ADN, aseguraba con mala uva que el ¨²nico fil¨®sofo de la historia que hab¨ªa tenido ¨¦xito era Albert Einstein
No tan muerta
Por Javier Sampedro
Yo, se?or, soy un cient¨ªfico raro. S¨¦ que meterse con los fil¨®sofos es una de las aficiones favoritas de los cient¨ªficos. Francis Crick, codescubridor de la doble h¨¦lice del ADN, aseguraba con caracter¨ªstica mala uva que el ¨²nico fil¨®sofo de la historia que hab¨ªa tenido ¨¦xito era Albert Einstein. El genetista y premio Nobel Jaques Monod dedic¨® un libro entero, El azar y la necesidad,a re¨ªrse de los fil¨®sofos marxistas, y el cosm¨®logo Stephen Hawking ha declarado con gran aparato el¨¦ctrico que ¡°la filosof¨ªa ha muerto¡±, lo que ha dejado de piedra a los fil¨®sofos y seguramente a los muertos. Pero f¨ªjense en que todos esos dardos venenosos no son expresiones cient¨ªficas, sino filos¨®ficas, y que por tanto se autorrefutan como una paradoja de Epim¨¦nides (ya les dije que yo era un cient¨ªfico raro).
?Qu¨¦ quiere decir Hawking con eso de que la filosof¨ªa ha muerto? Quiere decir que las cuestiones fundamentales sobre la naturaleza del universo no pueden responderse sin los datos masivos que emergen de los aceleradores de part¨ªculas y los telescopios gigantes. Quiere decir que la pregunta ¡°?por qu¨¦ estamos aqu¨ª?¡± queda fuera del alcance del pensamiento puro. Quiere decir que el progreso del conocimiento es esclavo de los datos, que su ¨²nica servidumbre es la realidad, que cuando una teor¨ªa falla la culpa es del pensador, nunca de la naturaleza. Un f¨ªsico te¨®rico sabe mejor que nadie que, pese a que la ciencia es solo una, hay dos formas de hacerla: generalizando a partir de los datos y pidiendo datos a partir de las ecuaciones. Einstein trabaj¨® de la segunda forma, pensando de arriba abajo. Pero ese motor filos¨®fico tambi¨¦n le condujo a sus grandes errores, como la negaci¨®n de las aplastantes evidencias de la f¨ªsica cu¨¢ntica con el argumento de que ¡°Dios no juega a los dados¡±. Como le respondi¨® Niels B?hr: ¡°No digas a Dios lo que debe hacer¡±.
La ciencia no matar¨¢ a la filosof¨ªa: solo a la mala filosof¨ªa.
Una cooperaci¨®n fecunda
Por Adela Cortina
La filosof¨ªa es un saber que se ha ocupado secularmente de cuestiones radicales, cuyas respuestas se encuentran situadas m¨¢s all¨¢ del ¨¢mbito de la experimentaci¨®n cient¨ªfica. El sentido de la vida y de la muerte, la estructura de la realidad, por qu¨¦ hablamos de igualdad entre los seres humanos cuando biol¨®gicamente somos diferentes, qu¨¦ razones existen para defender derechos humanos, c¨®mo es posible la libertad, en qu¨¦ consiste una vida feliz, si es un deber moral respetar a otros aunque de ello no se siga ninguna ganancia individual o grupal, qu¨¦ es lo justo y no s¨®lo lo conveniente. Sus instrumentos son la reflexi¨®n y el di¨¢logo bien argumentado, que abre el camino hacia ese ¡°uso p¨²blico de la raz¨®n¡± en la vida pol¨ªtica, sin el que no hay ciudadan¨ªa plena ni aut¨¦ntica democracia. El ejercicio de la cr¨ªtica frente al fundamentalismo y al dogmatismo es su aliado.
En sus ¨¦pocas de mayor esplendor la filosof¨ªa ha trabajado codo a codo con las ciencias m¨¢s relevantes, y ha sido la fecundaci¨®n mutua de filosof¨ªa y ciencias la que ha logrado un mejor saber. Porque la filosof¨ªa que ignora los avances cient¨ªficos se pierde en especulaciones vac¨ªas; las ciencias que ignoran el marco filos¨®fico pierden sentido y fundamento.
Hoy en d¨ªa son especialmente las ¨¦ticas aplicadas a la pol¨ªtica, la econom¨ªa, el desarrollo, la vida amenazada y tantos otros ¨¢mbitos las que han mostrado que el imperialismo de un solo saber, sea el que fuere, es est¨¦ril, que la cooperaci¨®n sigue siendo la opci¨®n m¨¢s fecunda. Habr¨¢ que mantener, pues, la ense?anza de la ¨¦tica y de la filosof¨ªa en la ESO y en el bachillerato, no vaya a ser que, al final, cient¨ªficos como Hawking o Dawkins acaben d¨¢ndole la raz¨®n a la LOMCE.
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