Da?o 2014
El atontamiento informativo, labrado con la abrumadora cascada de informaci¨®n anecd¨®tica disfrazada de esencial, ha topado con la resistencia ciudadana
Para los medios de comunicaci¨®n el a?o que se cierra deja un consuelo, podr¨ªa haber sido peor. La ¨²ltima dilaci¨®n del Gobierno para proceder a la mudanza de los canales de TDT demuestra que el consumidor de tele espa?ol no ten¨ªa el gasto en antenista como una prioridad, por m¨¢s que al final vaya a ser cubierto por el Estado, en otro desembolso precipitado y sin c¨¢lculo cierto. La entrada poderosa de Telef¨®nica en el mundo televisivo nacional ofrecer¨¢ competencia a los dos canales tradicionales, Antena 3 y Telecinco, due?os de la oferta mayoritaria tras una legislatura que est¨¢ siendo demoledora para los canales p¨²blicos, v¨ªctimas de un descenso alarmante en la credibilidad, la posibilidad de negocio y el servicio colectivo. Una tragedia evidente causada, una vez m¨¢s, por la borrachera de poder de los partidos en gobierno.
Pero m¨¢s all¨¢ de nuestro ¨¢mbito, el periodismo ha sufrido uno de los peores escenarios que se recuerdan en mucho tiempo. El Comit¨¦ para la Protecci¨®n de Periodistas ha confirmado que en la ¨²ltima d¨¦cada han sido asesinados m¨¢s de 500 profesionales de la informaci¨®n. En la d¨¦cada previa no llegaron a 400. Las ejecuciones retransmitidas son ya un plato habitual con el que nos desayunamos cuando hablamos del avance del islamismo integrista. Pero detr¨¢s de las atrocidades cometidas en nombre de la religi¨®n hay tambi¨¦n un balance penoso en las libertades, principalmente debido a la concentraci¨®n de poder medi¨¢tico en pocas manos y la crisis econ¨®mica de los medios. Las alternativas, vivas y avispadas, son por ahora proyectos de rentabilidad limitada.
Las acciones contra medios en Turqu¨ªa y Rusia se unen a la intimidaci¨®n real que se padece en M¨¦xico, China, Arabia Saud¨ª, Venezuela o en otros pa¨ªses que han optado por la persecuci¨®n de periodistas o algo m¨¢s sutil pero igualmente odioso consistente en se?alar a los cr¨ªticos, entablar con ellos una batalla dial¨¦ctica que siempre ser¨¢ ganada por el aparato del poder frente a la opini¨®n individual. El atontamiento informativo, labrado con la abrumadora cascada de informaci¨®n anecd¨®tica disfrazada de esencial, ha topado con la resistencia ciudadana. Es la parte m¨¢s saludable de la crisis. Parte de la gente, por fin, quiere saber y no se conforma con la versi¨®n oficial, distanciada y machacona.
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