?Legalizar las drogas? Qu¨¦ risa, dicen los due?os
El tr¨¢fico m¨¢s productivo del mundo, junto al de las armas, solo puede funcionar con el pringue de los elementos m¨¢s dignos del Estado
Reconociendo mi ardoroso manique¨ªsmo, pero tambi¨¦n mi ancestral olfato para detectar la impostura y la gilipollez, reduzco mi concepto sobre los seres humanos (nunca he tenido animales de compa?¨ªa) a algo tan elemental como a que las personas me las creo o no me las creo. Son de verdad o de mentira. Los primeros pueden estar llenos de defectos, pero son reales. Los segundos siempre son impostores, aunque l¨®gicamente existan entre ellos los listos y los tontos. En la barbaridad de Valencia, vi a un fulano embarrado al que me cre¨ª. Es rey, hijo de un manguis espectacular, arropado y consentido por el Estado, por el poder que ¨¦l representaba, por el ignominioso mirar hacia otro lado.
Pero me creo las l¨¢grimas de esa reina tan estilosa, incluso sexy, su desborde emocional ante los que hab¨ªan perdido todo o casi todo. Y me creo a su marido, digno y valiente, con inequ¨ªvoca pinta de ser un t¨ªo legal, un buen t¨ªo. De alguien cre¨ªble a pesar de sus hist¨®ricos antecedentes familiares.
Y leo escasas noticias y por supuesto ninguna fotograf¨ªa sobre un fulano, jefe de la ejemplar lucha del Estado contra las infectas drogas, al que han pillado con 21 millones de euros en su casa y otros aposentos, con la pasta encerrada en las paredes. Es tanto dinero que me pregunto: ?Qu¨¦ co?o pensaba hacer con ¨¦l?
Dec¨ªa Esperanza Aguirre, esa dama indescriptible, que a veces aparecen manzanas podridas a tu lado. Pobrecita la ignorante poseedora de esas manzanas. Lo del jefe de la polic¨ªa incomparablemente corrupto, tan discreto ¨¦l como tambi¨¦n esa esposa que pertenec¨ªa al sagrado gremio. ?Pero qu¨¦ piensa el personal, que el narco es Tony Montana chorreando coca y pegando tiros? ?Eso es algo anormal? El tr¨¢fico m¨¢s productivo del mundo, junto al de las armas, solo puede funcionar con el pringue de los elementos m¨¢s dignos del Estado: jueces, polic¨ªas, banqueros, abogados, partidos pol¨ªticos. Los asesinos son una escala inferior. Y jam¨¢s legalizar¨¢n las drogas. Pueden apelar al sentido com¨²n, al humanismo, al f¨¢cil enganche de infinita gente. Como en la ley seca. Y gran parte del personal se cree aquello que negar¨ªan hasta los habitantes del extinguido limbo.
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