Retablo de cart¨®n piedra
?Qu¨¦ ha ocurrido para que se produzca el gran fiasco del que fueron ustedes testigos anoche en Telecinco con 'Las aventuras del capit¨¢n Alatriste'?
En principio, pintaba bien. Materia prima con la que se han formado ya dos generaciones de espa?oles en las escuelas. Ficci¨®n de pedigr¨ª. Arturo P¨¦rez-Reverte, que hizo del capit¨¢n un profundo trasunto simb¨®lico de lo mejor y lo peor de nosotros mismos, siempre se ha mostrado cauto con sus adaptaciones a la pantalla. Cont¨¢bamos con una de referencia. La pel¨ªcula de Agust¨ªn D¨ªaz-Yanes ennoblec¨ªa para el cine una peripecia concebida para ser degustada en lecturas bien pre?adas de aventuras, simbolismo y evasi¨®n con seso. No digamos Viggo Mortensen, que dot¨® de un carisma sereno, oscuro y preciso en todas sus ambig¨¹edades al personaje. La apuesta sonaba de lo lindo: una historia que ya se ha afianzado en p¨²blicos transversales como muy nuestra pero elevada a la universalidad de cualquier p¨²blico planetario. La m¨¢quina de producci¨®n de Mediaset perfectamente engrasada. Rodaje en los estudios Korda (Hungr¨ªa). Un director fajado, con callo, oficio, tino y Goyas, como Enrique Urbizu, tras la c¨¢mara...
?Qu¨¦ ha ocurrido para que se produzca el gran fiasco del que fueron ustedes testigos anoche en Telecinco? ?C¨®mo es posible que en tiempos de referentes como la apabullante Juego de tronos, cuando los personajes de cuerpo ¨¦pico e hist¨®rico producen tanto delirio como atracci¨®n, se perpetre una serie as¨ª? Para empezar, fallan absolutamente todos los actores. El casting puede tener que ver. Las limitad¨ªsimas dotes de algunos, tambi¨¦n. Pero el hecho de que el descalabro sea general, apunta a una dejadez ¡ªo manifiesta incomprensi¨®n¡ª de la direcci¨®n. Ya no es que el maromo Aitor Luna no sea capaz de matizar una frase en mitad de la planicie o que Natascha Yarovenko se nos presente como una reencarnaci¨®n retro de la peor Nadiuska, es que los pobres ni?os no pasan de parecer elegidos por enchufe en la funci¨®n de final de curso. Y los secundarios encargados de proyectar conspiraciones nos conducen en ocasiones a la carcajada en una versi¨®n peripat¨¦tica y retr¨®grada del peor mejunje teatral en la estela de un Estudio 1 para aficionados.
Por si fuera poco, las costuras en la era del HD muestran a¨²n m¨¢s el pego de unos decorados que no pasan del cart¨®n piedra adquirido en el saldo de los chinos, por no hablar de la atropellada y nada atractiva din¨¢mica de un guion mediocre, que entorpece cualquier efecto sorpresa, empobrece la chicha de los personajes y convierte todo en un retablo sin alma, indigno de una de las m¨¢s fascinantes sagas de las letras espa?olas contempor¨¢neas.
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