Un arresto en tres actos
La cubana Tania Bruguera explora las contradicciones del poder en sus piezas de arte p¨²blico
Esta vez la obra termina cuando todo el p¨²blico est¨¢ preso y la artista ha sido detenida en tres ocasiones en 72 horas, dividiendo as¨ª la representaci¨®n en tres actos caprichosos que no formaban parte del gui¨®n. La propuesta de la artista pl¨¢stica cubana Tania Bruguera (La Habana, 1968) pasaba por desarrollar una performanceque consist¨ªa en instalar un micr¨®fono abierto en la emblem¨¢tica plaza de la Revoluci¨®n, en la capital cubana, el pasado 30 de diciembre. En turnos de palabra de un minuto, el p¨²blico deb¨ªa opinar sobre Cuba y su futuro tras la decisi¨®n de los Gobiernos de Washington y La Habana de restablecer relaciones diplom¨¢ticas. Pero la polic¨ªa detuvo a Bruguera y a su potencial audiencia ¡ªm¨¢s de 80 intelectuales, disidentes y periodistas¡ª horas antes de que pudieran llegar a la plaza. Volvi¨® a arrestarla cuando intent¨® ofrecer una rueda prensa sobre el incidente y lo hizo de nuevo cuando pidi¨® la liberaci¨®n del p¨²blico que continuaba preso.
?¡°De alguna forma se hizo la performance y desde el punto de vista art¨ªstico estoy muy satisfecha¡±, comenta sarc¨¢stica Bruguera, quien ha dedicado casi la mitad de su vida a analizar el poder y sus contradicciones desde el punto de vista del arte. Ella ha creado el concepto del ¡°arte de conducta¡± para describir su trabajo, que trata de esbozar situaciones inconclusas para que el p¨²blico las complete. ¡°En este caso, ha sido el Gobierno de Cuba quien ha terminado la obra, aplicando unas respuestas ya aprendidas y casi autom¨¢ticas ante ciertas circunstancias en las que se cr¨ªtica y cuestionan sus decisiones¡±, dice Bruguera desde La Habana, mientras espera que la fiscal¨ªa de su pa¨ªs decida si la enjuicia por resistencia a la autoridad e incitaci¨®n al desorden p¨²blico. En tanto se aclara su situaci¨®n legal, Bruguera tiene prohibido salir del pa¨ªs y, en consecuencia, deber¨¢ suspender las residencias art¨ªsticas y conferencias que ten¨ªa previsto impartir en Berl¨ªn, Estocolmo y Boston.
La obra que Bruguera pretend¨ªa mostrar en La Habana se titula El susurro de Tatlin #6. El estreno se realiz¨® en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) y ahora forma parte de la colecci¨®n del Guggenheim de Nueva York, que la compr¨® a principios de 2014 para exponerla ese mismo verano. En Espa?a la pieza no funcion¨® como Bruguera quer¨ªa: ¡°Ah¨ª me di cuenta de que no pod¨ªa poner esa obra en lugares donde funciona la libertad de expresi¨®n, sino en los sitios donde no la hay, para que el arte supla un espacio que no tiene la sociedad¡±.
Tras su estreno en Valencia, El susurro de Tatlin #6 lleg¨® en 2009 a la X Bienal de La Habana, donde la artista dispuso un podio y un micr¨®fono abierto, resguardado por dos actores vestidos de soldados que colocaban una paloma blanca en la cabeza o en el hombro del orador de turno y decid¨ªan cu¨¢nto tiempo pod¨ªa hablar cada cual. El acto dur¨® 40 minutos, participaron miembros de la disidencia ¡ªentre ellos, la bloguera cubana Yoani S¨¢nchez y el periodista Reinaldo Escobar¡ª y gente que defendi¨® el sistema pol¨ªtico cubano. Las autoridades culturales se jactaron de la apertura del Gobierno al permitir la acci¨®n art¨ªstica; sin embargo, cuando Bruguera intent¨® replicarla, calificaron su propuesta como ¡°inaceptable¡± y le informaron que no pod¨ªa presentarse ¡°en ninguna instituci¨®n cultural del pa¨ªs¡±.
Bruguera se form¨® en el Instituto Superior de Arte de La Habana y en 1998 obtuvo una beca Guggenheim para estudiar performance en la Escuela de Arte del Instituto de Chicago. En 2000 recibi¨® el Premio Pr¨ªncipe Claus en Holanda por sus reflexiones sobre el papel social y pol¨ªtico del arte. Desde entonces, Bruguera viaja por el mundo como cualquier artista con su obra, utilizando siempre su pasaporte cubano. ¡°Vivo donde realizo mi trabajo, pero nunca pierdo la vinculaci¨®n con Cuba. (¡) No me voy a ir de aqu¨ª hasta que compruebe que mi caso se ha cerrado legalmente, porque ellos intentan que me vaya para luego no dejarme entrar bajo el supuesto de que me fugu¨¦¡±.
Cuando Bruguera fue detenida por primera vez, centenares de artistas e intelectuales de todo el mundo suscribieron un comunicado para solidarizarse con su causa y reclamar su liberaci¨®n. Entre ellos, el responsable de arte latinoamericano del Museo de Arte Moderno de Nueva York, el poeta venezolano Luis P¨¦rez-Oramas, quien describe esta acci¨®n de Bruguera como ¡°un gesto brillante¡± que ha logrado reflejar la realidad cubana, aun en medio de esa atm¨®sfera general de optimismo provocada por el restablecimiento de relaciones con EE?UU. ¡°Es un gesto aparentemente banal que ha denunciado de una manera innegable la realidad del embargo interno de Cuba contra su propia libertad. Tambi¨¦n revela con una claridad supina que la inteligencia en el poder se esclerotiza, que no hay ya ninguna forma de inteligencia en el poder en Cuba. Porque al haberle hecho la publicidad que le hicieron, ellos mismos se han denunciado¡±, opina P¨¦rez-Oramas.
Doble rasero
En 1984, mucho antes pues de que la mayor¨ªa de las bienales internacionales abrieran sus puertas a mediados de los a?os 90 del siglo XX, iniciaba su andadura la de La Habana, que esta pr¨®xima edici¨®n celebra sus treinta a?os de vida. Para la ocasi¨®n se va a apostar, dicen, por un arte que huya de las grandes exposiciones y se mueva m¨¢s entre los intersticios de la ciudad; un arte de los lugares y las interrelaciones con las calles y sus gentes, algo que en realidad ha ocurrido en todas las ediciones: m¨¢s incluso que la Bienal de S?o Paulo, la de La Habana es La Habana misma.
En este contexto habr¨¢ lugar para la performance, claro ¡ªla ¨²nica artista espa?ola anunciada a d¨ªa de hoy es La Ribot¡ª, pero Tania Bruguera, una de las artistas m¨¢s populares a nivel internacional, no estar¨¢ presente como lo estuvo en la bienal de 2009. Sus piezas, espec¨ªficas para cada lugar tratando de desvelar el conflicto local ¡ªen Bogot¨¢ reparti¨® coca¨ªna en una performance muy cuestionada¡ª no son bienvenidas en su pa¨ªs. De hecho, ese mismo a?o se daba por concluida la C¨¢tedra de Arte de Conducta de la artista, que fund¨® y que estuvo activa desde 2002 ¡ªacogida por el m¨ªtico Instituto de Arte Superior de La Habana¡ª y que era una especie de pieza de arte p¨²blico donde se buscaba formar a los j¨®venes en el territorio de las artes en un programa abierto y alternativo. De all¨ª saldr¨ªan numerosos artistas y cr¨ªticos que aspiraban a mirar las cosas de manera distinta.
Sin lugar a dudas, la presencia de Bruguera en aquella bienal con una propuesta complicada desde el punto de vista pol¨ªtico, habla de cierto doble rasero que sin duda llama la atenci¨®n desde fuera. De hecho, la impresi¨®n que se tiene en muchas de las puestas en escena de la bienal es que, mientras dura, bastante est¨¢ permitido, como si fuera la excusa perfecta para transgredir; como si la cultura, incluso una cultura a veces muy pol¨ªtica, fuera menos peligrosa que el activismo. Pero, ?hay diferencia en ciertas formas de arte? Quiz¨¢s ocurre como en tiempos de Franco, cuando los artistas mat¨¦ricos como T¨¤pies eran exportados para limpiar la cara al r¨¦gimen: hay veces que es f¨¢cil ser modernos. Quiz¨¢s aqu¨ª se da un poco una maniobra semejante, aunque es m¨¢s dif¨ªcil manejar la disidencia que la abstracci¨®n.
Sea como fuere y pese a todo, Cuba es un pa¨ªs que desde los noventa, sobre todo desde ese momento en que el arte de Am¨¦rica Latina se puso de moda, export¨® muchos artistas, como el propio Jos¨¦ Bedia o Marta Mar¨ªa P¨¦rez Bravo. Entonces Cuba y Brasil simbolizaban ese otro extremo que hablaba sobre todo de la gran a?oranza de las vanguardias: la africanidad, aunque fuera s¨®lo en las mentes del pensamiento colonial. Despu¨¦s vendr¨ªan las generaciones posteriores que, como en el caso de Kcho, explotaban la cubanidad y que alcanzaban en un momento la fama internacional hablando de lo que todos quer¨ªan escuchar sobre Cuba, curiosamente desde Cuba. Es un juego perverso, una baraja que a veces se rompe con la censura que, en el caso de la performance es un poco tratar de parar lo imparable, en la calle. De hecho, muchos de los asistentes de aquellos seminarios est¨¢n hoy haciendo un arte que, a poco que el poder se d¨¦ un momento la vuelta, va a plantearle problemas.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.