Milena Busquets: ¡°Es bueno que te expulsen de la infancia¡±
La autora novela la p¨¦rdida de su madre, Esther Tusquets, en la gran sorpresa de la Feria de Fr¨¢ncfort
Da la sensaci¨®n de que Blanca est¨¢ pasando por la vida muy deprisa, con m¨¢s instinto que reflexi¨®n, necesitada de aferrarse a ella a trav¨¦s de un amor que busca desesperadamente en para¨ªsos perdidos de hombres, madres o amigas. Vive inc¨®moda en este mundo, del que se defiende con una f¨®rmula casi farmac¨¦utica: mentiras m¨¢s cortes¨ªa m¨¢s sonrisa veloz. ¡°Creo que no s¨¦ mentir, pero mi madre dec¨ªa que lo hac¨ªa por los descosidos¡±, intenta alejarse (s¨®lo puede por ah¨ª) Milena Busquets Tusquets de la evidente vida paralela con la protagonista de su novela Tambi¨¦n esto pasar¨¢ (Anagrama; ?msterdam, en catal¨¢n).
La autora est¨¢ inquieta porque es consciente de que en su segunda obra, tras Hoy he conocido a alguien (2008), se desnud¨® demasiado, es todo muy transparente. No hace falta que aparezca el nombre de Esther Tusquets, la editora de Lumen fallecida en julio de 2012 y madre de la autora, para identificarla con la progenitora de Blanca, quien de cuyo dolor por su p¨¦rdida intenta guarecerse desplaz¨¢ndose al Cadaqu¨¨s de todos sus veranos con sus dos ni?os peque?os de sendos matrimonios, invitando a sus dos exmaridos, coincidiendo con su amante casado y llevando de notarias morales a sus dos mejores amigas.
Exorcismo vano de una ausencia. El grito vital que destila la breve novela tiene un timbre particular, detectado pronto: en una fen¨®meno no visto en d¨¦cadas en un autor espa?ol, el original se convirti¨® en el libro caliente de la pasada Feria de Fr¨¢ncfort, donde lo mejorcito de cada casa --Gallimard, Rizzoli, Suhrkamp, Hogarth Press (que pag¨® la friolera de 500.000 d¨®lares)¡-- se hizo con el manuscrito, que hoy est¨¢ en 27 pa¨ªses y por el que ya ha preguntado alguna productora de Hollywood.
¡°Siempre me he fiado m¨¢s de los instintos que de los razonamientos; nunca he tenido un plan en nada: me he dejado llevar por el apasionamiento por las cosas, por la vida misma y por la gente¡±, se sincera Busquets (Barcelona,1972), que admite una nostalgia imposible por los a?os 60 y 70, los de la Gauche Divine de sus padres que impregna m¨¢s de una p¨¢gina de la novela y cierto comportamiento de la protagonista. ¡°Odio la d¨¦cada de los 80 por lo que tuvo de entierro de lo anterior; yo tengo nostalgia de esa forma de vivir, con mucha libertad personal que no siempre fue exitosa¡±.
Lo que parece que no a?ora es lo que ha sido hasta ahora. ¡°Soy un fraude de adulto¡ siento exactamente como cuando ten¨ªa seis a?os¡±, confiesa Blanca en una de sus primeras reflexiones. Mostrar un punto de c¨¢ndida mirada infantil en un entorno hostil a los 40 a?os no parece una suerte. ¡°No, no lo es, quien va cojeando por la vida lo pasa mal; por eso quiz¨¢ vivo tanto en mi propio mundo, en una burbuja: tengo poca vida social¡ En alg¨²n momento es bueno que te expulsen de la infancia y la muerte de mi madre fue mi expulsi¨®n, la primera p¨¦rdida de un gran amor. ?Cu¨¢ntos tienes en una vida? ?Dos? ?Tres? Pues yo ya perd¨ª uno¡±. El libro no ha servido, al parecer, de exorcismo de esa ausencia. ¡°Lo cre¨ª, pero no; hoy s¨¦ c¨®mo parar el dolor: me ataca en medio de la calle, me tengo que detener y s¨¦ c¨®mo controlarlo, s¨ª, pero poco m¨¢s¡ La vida es bastante mierda, nos va hiriendo a la primera que puede¡ Es evidente que mi alegr¨ªa loca por la vida se ha acabado¡±, lanza soltando enseguida una risa inc¨®moda y perdiendo la mirada lejos de su interlocutor.
La sensaci¨®n de fiesta terminada es patente y agria en Tambi¨¦n esto pasar¨¢, donde con dureza se autocr¨ªtica a la generaci¨®n que hoy suma sobre los cuatro decenios, gente de ¡°promiscuidad gratuita y tolerancia blanda¡±, seg¨²n psicoanaliza colectivamente la protagonista. ¡°Esa tolerancia ha surgido de una falsa idea imperante de igualdad que ha sido nefasta; no todo es tolerable ni es lo mismo; en casa ten¨ªamos un ambiente de gran libertad, s¨ª, pero con poca broma: mi madre era muy exigente con los modales, nos exig¨ªa un respeto y una educaci¨®n hacia el otro, se deb¨ªa ser hasta delicado con ellos en eso iba impl¨ªcito tambi¨¦n tener una cierta cultura¡ Claro que tambi¨¦n con muy buenos modales se puede ser un salvaje y una persona cruel; mi familia mismo ¨Cpienso en la acidez de los comentarios de mi madre o en los de mi t¨ªo y su comportamiento a veces [el dise?ador Oscar Tusquets]¡ª es muy salvaje¡±.
Estoy muy inc¨®moda
en esta vida. Conf¨ªo en
que la gente me vaya salvando; uno, a s¨ª mismo, nunca se salva¡±
No era f¨¢cil, sostiene Busquets, el trato con su madre, esa ¡°bruja burlona y hada patosa¡±, esa persona ¡°posesiva¡± con la que iba a comprar fant¨¢sticas ediciones de viejos libros infantiles ilustrados a Londres. ¡°Fue una relaci¨®n muy apasionada pero muy compleja; era un trabajo de seducci¨®n de la una para con la otra puro y duro, de esforzarse por mostrar el lado bueno de cada una¡±. Y eso se intuye claramente en la novela. ?Quiz¨¢ demasiado? ¡°No me duele ser tan transparente; no creo que hubiera sabido hacerlo de otra manera; mi madre dec¨ªa que un buen libro era aquel que pod¨ªas haber escrito s¨®lo t¨², que si no, no val¨ªa la pena¡ Insisto en que no s¨¦ mentir¡ ?Qu¨¦ c¨®mo se puede hacer ficci¨®n, entonces? No s¨¦, pero yo no tengo mecanismos de defensa: eso igual te proporciona momentos maravillosos en la vida pero... Puedes hacerte corazas, pero tampoco s¨¦ c¨®mo¡±. El resultado es, admite, que se siente ¡°muy inc¨®moda en esta vida: quiz¨¢ por eso me relaciono tanto con mis exmaridos¡ conf¨ªo en que la gente me vaya salvando; uno, a s¨ª mismo, nunca se salva; de la gente, quiero la salvaci¨®n, si no, nada¡±.
El sexo como salvaci¨®n. En esa l¨ªnea entiende tambi¨¦n el sexo, muy presente en la novela, con cierta tendencia a la promiscuidad y donde el ejercicio de la seducci¨®n es casi connatural a la existencia. ¡°El sexo es una manera de salvarse, de intentar sacar la cabeza en medio del oleaje; es una b¨²squeda de algo, no lo veo para nada banal, ni pornogr¨¢fico¡±, afirma con cierta contundencia, quiz¨¢ para alejar esas primeras clasificaciones promocionales de su libro en el que se quiere ver cierto aire a El diario de Bridget Jones, de Helen Fielding, que, curiosamente, ella edit¨® en Lumen. Ni tampoco al estilo de su admirado Woody Allen (¡°no creo que haya mucho humor aqu¨ª¡±). Se siente m¨¢s c¨®moda con el s¨ªmil con Fran?oise Sagan y su Buenos d¨ªas, tristeza, ¡°quiz¨¢ por ese mundo burgu¨¦s y culto que evoco y porque, en el fondo, acaba mal; preferir¨ªa que me vincularan a Colette o a Proust¡±.
La del autor de En busca del tiempo perdido es una cita con trasunto: la que fue estudiante del Liceo Franc¨¦s aunque luego se licenciara en Arqueolog¨ªa en el University College de Londres lo ley¨® con apenas 17 a?os, estando en Par¨ªs, de una manera casi enfermiza, tras la muerte de su padre. ¡°Me quedaba a las puertas de los museos donde entraban mis amigas y desaparec¨ªa en ¨¦l¡±. Cita a Ch¨¦jov, Thomas Bernhard, Javier Mar¨ªas o Juan Mars¨¦ pero a casi nadie de su generaci¨®n como referentes o de los que sentirse pr¨®ximo. En parte, admite, por desconocimiento: ¡°No frecuento el mundillo literario; en realidad, nunca he querido ser escritora; todo el mundo a mi alrededor durante much¨ªsimos a?os pertenec¨ªa a esa esfera, por lo que me parec¨ªa la menos interesante y glamurosa de los posibles; siempre me pareci¨® m¨¢s sexi y estimulante alguien que entendiera de bombillas que un intelectual¡±.
Escribiendo he acabado llorando porque no sal¨ªa lo que quer¨ªa; es un acto de autocontrol para que no aflore el ego o el infantilismo brutal"
Por eso, dice, ¡°de manera buscada¡±, todas sus amigas son ¡°contables o secretarias¡±, lo m¨¢s alejado de un ¨¢mbito literario que considera ¡°muy mal¨¦volo, agresivo, competitivo¡ El mundo editorial lo hab¨ªa mamado y no escogido; por eso hab¨ªa de salir de ¨¦l¡±. ?En parte est¨¢ ah¨ª la explicaci¨®n a que su madre vendiera, en 1996, Lumen al hoy grupo Penguin Random House? ¡°Hubiera preferido que no lo hiciera y as¨ª se lo dije, pero le respet¨¦ la decisi¨®n, era su mundo, me hubiera gustado continuarlo yo, que llevaba poco; se deshizo porque empezaba a ser mayor y tem¨ªa quedarse sin nada en su vejez; creo que lo ech¨® de menos; por eso en 2002 montamos juntas RqR, hasta que el dinero se acab¨®¡±.
Busquets ha regresado al mundo de las letras tras deambular por el de las revistas del coraz¨®n y el de las relaciones p¨²blicas con una novela que, al contrario que la primera, ha levantado expectaci¨®n. ¡°No s¨¦ por qu¨¦; la primera era m¨¢s infantil; aqu¨ª quiz¨¢ puede haber alg¨²n momento as¨ª pero ya el mundo que describo es m¨¢s profundo y jodido¡±. Tambi¨¦n cree que ha aprendido a escribir mejor, su voz es m¨¢s definida, en buena parte gracias a su blog, que la elaboraci¨®n de la novela le llev¨® abandonar moment¨¢neamente; pero aun as¨ª, le cuesta ¡°much¨ªsimo¡± y ni los porros y copas copiosas de alcohol que abundan por su novela ayudar¨ªan. ¡°El blog me ha dado disciplina¡ Escribiendo he acabado llorando porque no sal¨ªa lo que quer¨ªa; es un acto de autocontrol para que no aflore el ego o el infantilismo brutal¡±.
Hu¨¦rfana de amor. ¡°He tenido dudas de publicarlo hasta el final y, ahora mismo, no s¨¦ si tendr¨¦ una historia tan importante dentro de m¨ª como para contarla y bien; pero tampoco tengo la obligaci¨®n de escribir otro libro, ?no?¡±, pregunta Busquets sin esperar respuesta, quiz¨¢ plante¨¢ndose otra: ?Tambi¨¦n lo de su madre pasar¨¢? ¡°No, porque no pienso renunciar a esta pena porque quiere decir que la he querido¡±. La sensaci¨®n de ausencia que vive, reflexiona, va m¨¢s all¨¢ de la muerte de su progenitora. ¡°En menos de dos a?os se han ido tres mujeres importantes: mi madre, Ana Mar¨ªa Moix y Ana Mar¨ªa Matute, personas muy fuertes que me ense?aron mucho y que explican que yo nunca tuviera que ser feminista¡±. Y ello ha reforzado que se sienta ¡°hu¨¦rfana de amor, y cuando lo he tenido no he sabido retenerlo¡ Enamorarse y tener hijos es lo ¨²nico que hace que esta mierda de vida tenga sentido¡±, desliza, y vuelve a intentar sonre¨ªr, constatando que ¡°esa imagen m¨ªa de fr¨ªvola es falsa¡±. Pero se levanta el ¨¢nimo recitando la famosa estrofa de la ¨®pera Carmen de Bizet: ¡°L¡¯amour est enfant de boh¨¦me / il n¡¯a jamais, jamais connu de loi¡¡±. ¡°Est¨¢ claro que escribo para que me quieran¡±, sentencia.
Apenas dos horas despu¨¦s de la entrevista, hace saber que un extra?o que la debe haber reconocido durante la misma desde una mesa cercana le ha hecho llegar un mensaje an¨®nimo sexualmente soez y chabacano al correo de su blog. ¡°As¨ª que mientras habl¨¢bamos de lo jodido que es vivir, un t¨ªo de ah¨ª deliraba. ?Ve c¨®mo no se ha de salir de casa?¡±.
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