Muere a los 83 a?os la actriz Anita Ekberg, icono er¨®tico de Fellini
Protagoniz¨® la c¨¦lebre escena en 'La dolce vita', del ba?o en la Fontana de Trevi
Ante la noticia de la muerte de Anita Ekberg, ocurrida en una cl¨ªnica a 30 kil¨®metros al sur de Roma, a los 83 a?os, ha sido inevitable que todos recordemos la escena de La dolce vita de Fellini en la que se ba?aba en la Fontana de Trevi invitando a Marcello Mastroianni a que se uniera a ella. Con sus hombros y espalda desnudos y un vaporoso vestido negro, se convirti¨® en la imagen del erotismo y la libertad sexual y no s¨®lo en la Italia de 1959. Dos a?os m¨¢s tarde Fellini volver¨ªa a lucir su espl¨¦ndido busto y no menos hermosas piernas en Las tentaciones del doctor Antonio, fragmento de la pel¨ªcula Bocaccio 70, en la que el reprimido Peppino de Filippo enloquec¨ªa de amor ante una provocadora imagen de la actriz, "con todos sus atributos maternos expuestos al sol, las piernas desnudas, enormes, y en su rostro una expresi¨®n salvaje", que hab¨ªan colocado frente a su casa. Jerry Lewis tambi¨¦n se hab¨ªa vuelto Loco por Anita (1956) en la pel¨ªcula del mismo nombre. La Ekberg fascinaba a todos.
Desde muy joven llam¨® la atenci¨®n por su f¨ªsico. Fue Miss Suecia en 1950, donde hab¨ªa nacido 19 a?os atr¨¢s. Gracias a ese premio y por haber sido candidata al de Miss Universo viaj¨® a Estados Unidos, donde fue r¨¢pidamente contratada por Howard Hughes, multimillonario conocido tambi¨¦n por su afici¨®n a las estrellas de cine que en varias ocasiones ¨¦l mismo ayud¨® a formar. Martin Scorsese recre¨® parte de su vida en El aviador, en 2004. As¨ª hizo Howard Hughes tambi¨¦n con la Ekberg aconsej¨¢ndole operaciones que mejoraran su aspecto u oblig¨¢ndole a clases de distintas especialidades, aunque las de arte dram¨¢tico no fueron nunca del agrado de la joven.
Tras intervenir en algunas pel¨ªculas de poca monta o en cometidos secundarios ¨C Abbot y Costello van a Marte, La espada de Damasco, Callej¨®n sangriento, Guerra y paz¡ ¨CAnita Ekberg (nacida Kerstin Anita Marianne Ekberg) fue carne frecuente en las portadas de las revistas. Su popularidad no crec¨ªa tanto por sus dotes para la interpretaci¨®n, siempre dudosas aunque en ocasiones estuviesen salpicadas por un notable sentido del humor, sino por su incuestionable belleza y la ligereza en su comportamiento sexual que sorprend¨ªa en sociedades timoratas.
Recibi¨® un Globo de Oro como estrella emergente en 1956, a?o en que consigui¨® su primer papel protagonista en Regreso de la eternidad, junto a Robert Ryan. Pero no fue suficiente para convertirla en actriz, carrera en la que segu¨ªa dando tumbos¡ hasta que en su camino se cruz¨® Federico Fellini con La dolce vita. El ¨¦xito internacional de esta pel¨ªcula la confirm¨® como sex symbol y aunque fue desde entonces solicitada por numerosos cineastas, su trabajo se centr¨® casi exclusivamente en el cine italiano: El gran amante, Los mongoles, Los tres etc¨¦teras del coronel, La esfinge de cristal¡
Desgraciadamente no volvi¨® a intervenir en grandes pel¨ªculas al margen de las de Fellini ¨CEntrevista (1987), en la que hac¨ªa de s¨ª misma, fue la ¨²ltima de ellas¨C. Su gloria se fue apagando con el tiempo pero el recuerdo de su ba?o nocturno en La dolce vita se mantiene vivo en nuestra memoria y en la historia del cine.
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