Los Globos de Oro se preparan para la lucha entre ¡®Birdman¡¯ y ¡®Boyhood¡¯
La Asociaci¨®n de la Prensa Extranjera en Hollywood entrega los premios al cine y televisi¨®n
La industria de Hollywood comienza un nuevo a?o haciendo lo que mejor sabe hacer: mirarse el ombligo. Llegada la temporada de premios, dan igual las crisis vividas en los ¨²ltimos meses, el declive de la audiencia, la falta de contenidos o los recientes ataques sufridos contra la libertad de expresi¨®n. Ha llegado el momento de ponerse las mejores galas y celebrar los logros de los ¨²ltimos meses, y para eso nada mejor que los Globos de Oro. Por algo los premios que anualmente entrega la Asociaci¨®n de la Prensa Extranjera en Hollywood son considerados la mejor fiesta del a?o. Entre otras cosas porque es la primera gala rese?able y, para bien o para mal, aclara el rumbo que tomar¨¢ la industria a la hora de decidir cu¨¢les son las gemas del a?o.
La manida frase de antesala de los Oscar tiene ya poco de realidad. Sus elecciones finales cada vez son m¨¢s diferentes y la capacidad de los Globos de Oro de influir en el voto de los acad¨¦micos va en declive. La Academia cerr¨® el pasado jueves sus urnas para escoger a sus candidatos, tres d¨ªas antes de la entrega de los Globo de Oro. Pero cuando el pr¨®ximo jueves se anuncien los nominados a la 87? edici¨®n de los Oscar la presencia de Birdman y Boyhood est¨¢ asegurada. La teor¨ªa del todo o The Imitation Game son serios contendientes, lo mismo que El Gran Hotel Budapest o Perdida. Y puede haber sorpresas como Selma, Whiplash o El francotirador. Pero Birdman y Boyhood ya se han ganado su lugar en "el mira lo bien que lo hacemos" que acostumbra a subrayar esta temporada de premios.
Ninguna de las dos pel¨ªculas levantaron la taquilla en un a?o en el que los ingresos cayeron un 5% por debajo del 2013 y, lo que es peor, cuando el n¨²mero de espectadores disminuy¨® a su punto m¨¢s bajo en dos d¨¦cadas. Pero tanto el trabajo de Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu en Birdman, como el Richard Linklater en Boyhood han conseguido ofrecer algo ¨²nico, el primero construyendo en un plano secuencia una farsa de ficci¨®n que se siente real sobre el mundo del espect¨¢culo, y la segunda siguiendo a su protagonista a lo largo de 12 a?os en una historia donde la ficci¨®n se acerca demasiado a la realidad. De ah¨ª que den igual las rivalidades entre los diferentes galardones de la industria, todos ellos reconocer¨¢n a su manera la singularidad de estas dos cintas en un momento en el que la cartelera est¨¢ plagada de sagas, secuelas y precuelas.
Las presentadoras Tina Fey y Amy Poehler garantizan humor ¨¢cido
Tambi¨¦n est¨¢ plagada de esc¨¢ndalos y de ellos se alimentan galas como los Globos de Oro para convertir estos momentos de autocomplacencia en un espect¨¢culo de masas. "Y este a?o hay mucho de que hablar", brome¨® con los periodistas el presidente de la Asociaci¨®n de la Prensa Extranjera, Theo Kingma. La presencia de Tina Fey y Amy Poehler como maestras de ceremonia en los Globos de Oro no s¨®lo ha garantizado la revitalizaci¨®n de unos premios a veces denostados, sino que asegura el humor m¨¢s ¨¢cido contra las realidades que vive la industria. Por ejemplo, las denuncias que se suceden contra quien durante a?os fue considerado el padre de Am¨¦rica, Bill Cosby, por supuestos abusos sexuales. "?Dalo por seguro!", exclam¨® recientemente Fey cuando le preguntaron si incluir¨ªa la figura de Cosby en su mon¨®logo de apertura en los Globos. Lo mismo ocurrir¨¢ con el ataque cibern¨¦tico que sufrieron recientemente los estudios Sony. Ni Amy Pascal ni Scott Rudin, los dos grandes de la industria peor parados en esta filtraci¨®n, estar¨¢n all¨ª para verlo tras declinar la invitaci¨®n a asistir a una velada que normalmente no se pierden. El ciberataque no es motivo de risa y los hackers autodenominados Guardianes de la paz pueden haber cambiado para siempre el modo en el que la industria se comporte en sus comunicaciones. Incluso pueden haber cambiado sin pensarlo el modelo de distribuci¨®n de pel¨ªculas. Lo que no pudieron hacer fue conseguir su prop¨®sito: censurar el estreno de La entrevista. Una victoria en la lucha por la libertad de expresi¨®n donde la figura de George Clooney servir¨¢ de recordatorio durante los Globos de Oro. El galardonado de honor con el premio Cecil B. DeMille fue el primero en llamar a una alianza que permitiera el estreno de esta pel¨ªcula cuando las grandes cadenas retiraron la comedia de Seth Rogen y James Franco de las marquesinas por temor a represalias terroristas.
Ese mismo esp¨ªritu de lucha contra el terror estar¨¢ sutilmente recordado en cada una de 112 mesas de la gala de los Globos de Oro. All¨ª los m¨¢s de 1.300 comensales a esta cena se encontrar¨¢n con un l¨¢piz, un sutil recordatorio del ataque vivido en Par¨ªs en defensa de las armas de creaci¨®n y no de destrucci¨®n.
Un sentido homenaje a los ca¨ªdos en un acto festivo y, como el resto de las galas de esta temporada, lucrativo. Porque en poco m¨¢s de un mes, hasta la entrega de los Oscar en el teatro Dolby de Los ?ngeles el 25 de febrero, se suceder¨¢n m¨¢s de media docena de galas de premios cinematogr¨¢ficos donde, m¨¢s all¨¢ de qui¨¦n salga victorioso, los ganadores ser¨¢n las cadenas encargadas de su retransmisi¨®n. Aunque las verdaderas cifras nunca se divulgan de manera oficial, diferentes casas de publicidad aseguran que la entrega de los Oscar, la madre de todas las retransmisiones, le depara m¨¢s de 59 millones de euros en anuncios a la cadena ABC, encargada de su programaci¨®n en Estados Unidos. De ah¨ª la competencia brutal entre los diferentes shows intentando apuntarse un toque de originalidad que les haga diferentes. ?Un ejemplo de zancadillas? El robo de talentos. Hasta el pasado mi¨¦rcoles Chris Pine se encontraba en la lista de quienes estar¨ªan en la alfombra roja del Beverly Hilton de Los ?ngeles durante la gala de los Globos de Oro, un pase¨ªllo que cancel¨® el jueves. El viernes se dio a conocer su presencia junto a J. J. Abrams y Alfonso Cuar¨®n como los que se encargar¨¢n de dar a conocer los nombres de los nominados al Oscar. ?Coincidencia? Pocos en Hollywood creen en ellas.
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