Nuevos intentos, viejos problemas

Dos cosas se echan en cara a la gran mayor¨ªa de las series espa?olas: la excesiva duraci¨®n de cada episodio (no menos de 70 minutos, no importa si es comedia o drama) y su obsesi¨®n por crear tramas para todas las edades (desde los ni?os hasta los abuelos). Son solo dos de las condiciones que impone un panorama televisivo regido por las exigencias de las cadenas y las peculiaridades del prime time espa?ol. Las series no deben molestar a nadie y deben gustar a todos. Salirse de la norma es correr riesgos, y no est¨¢n las cosas para andarse con tonter¨ªas.

Algo que celebrar, uno de los estrenos con que Antena 3 ha reforzado su programaci¨®n invernal. Como serie espa?ola, no va a ser una excepci¨®n y tambi¨¦n se le puede reprochar lo comentado. Sin embargo, y dentro de los l¨ªmites, se esfuerza por innovar, lo que se agradece. Aunque se centre en una familia, los Navarro, y los personajes sean, con peque?as variaciones, los mismos en todos los cap¨ªtulos, cada episodio relata los acontecimientos en torno a una celebraci¨®n familiar distinta. Y s¨ª, si durara menos, mejorar¨ªa. Y s¨ª, tiene ni?os, j¨®venes y mayores. Pero al menos consigue hilar alg¨²n gag ingenioso e intenta salirse de la l¨ªnea habitual.

Un elenco solvente lleno de caras conocidas (Alejo Sauras, Luis Varela, Cristina Pe?a...) y ese aire ligero, perfecto para relajarse tras un d¨ªa complicado, ayudan a que se haya convertido en l¨ªder de la noche de los mi¨¦rcoles. Sin embargo, tras un arranque prometedor, el segundo cap¨ªtulo se relaj¨® y el n¨²mero de sonrisas (ya no hablamos de risas...) baj¨® considerablemente. De momento, y sin ser nada revolucionario ni un cambio radical sobre lo ya visto, al menos anima a seguir adelante. Que no es poco.