El ladr¨®n confeso del ¡®C¨®dice¡¯ pide la nulidad de todo el proceso

No se trata de ¡°un ¨¢rbol de ra¨ªces envenenadas¡±, sino de ¡°un aut¨¦ntico jard¨ªn bot¨¢nico¡±, dijo ayer la abogada del ladr¨®n confeso del C¨®dice Calixtino, Jos¨¦ Manuel Fern¨¢ndez Casti?eiras, y de su esposa e hijo en la primera sesi¨®n del juicio que se celebra en Santiago hasta el 5 de febrero. La letrada Carmen Ventoso ha jugado todas sus cartas a una sola baza: conseguir la anulaci¨®n, desde el primer folio hasta el ¨²ltimo, de la instrucci¨®n del juez Jos¨¦ Antonio V¨¢zquez Ta¨ªn, bas¨¢ndose en que est¨¢ cuajada de ilegalidades y pruebas que la Audiencia de A Coru?a, a su criterio, debe rechazar. ¡°Este modo de actuar ilegal del instructor hace que nos hallemos ante un Guant¨¢namo procesal¡±, lleg¨® a afirmar. Entre el aluvi¨®n de evidencias que se?alan al que fue electricista de la bas¨ªlica como autor del robo del manuscrito, y sobre todo de la sustracci¨®n de unos 2,3 millones de euros de la catedral, est¨¢n los v¨ªdeos de las c¨¢maras de seguridad del claustro y del despacho del administrador; la declaraci¨®n en sede judicial; la (ins¨®lita en Espa?a) instalaci¨®n de micros en el piso habitual del entonces todav¨ªa sospechoso o los propios registros tras una detenci¨®n que la defensa tambi¨¦n cree ¡°ilegal¡±.

La abogada pretende que hoy, tras una deliberaci¨®n del tribunal y antes de que comience la toma de declaraciones a los acusados (Casti?eiras, su esposa, Remedios Nieto, y su hijo, Jes¨²s Fern¨¢ndez), la Secci¨®n Sexta de la Audiencia, con sede en Santiago, d¨¦ carpetazo a los principales elementos que constituyen los cimientos y el edificio de la instrucci¨®n construida por el juez y la polic¨ªa nacional. No obstante, tanto el fiscal, Antonio Roma, como el abogado de la catedral, Jos¨¦ Antonio Montero, se opusieron radicamente en su turno a los argumentos que esgrimi¨® la defensa.

¡°Todo lo actuado es nulo de pleno derecho, todo un manual de c¨®mo contravenir los criterios jurisprudenciales de los dos altos tribunales de este pa¨ªs, de c¨®mo contravenir de modo clamoroso los derechos fundamentales. Un manual, en definitiva, de lo que no se debe hacer¡±, empez¨® su intervenci¨®n la abogada, que ocup¨® una hora y cuarto de la jornada reservada para las cuestiones previas. Ventoso acus¨® al juez de ¡°vulnerar¡± los derechos a la defensa o la dignidad, de ¡°faltar a la verdad incluso por escrito¡±, de ¡°coaccionar¡± con sus preguntas al principal acusado y sus familiares imputados, o de seguir instruyendo el caso a pesar de que hab¨ªa dos recusaciones presentadas que ¨¦l mismo, en un principio, resolvi¨®.

¡°A los acusados les falt¨® la figura del juez imparcial¡±, concluy¨® la abogada. Un juez que, adem¨¢s, seg¨²n reiter¨® una y otra vez Ventoso, se dedic¨® a conceder innumerables entrevistas sobre el caso a peri¨®dicos y televisiones de toda Espa?a. ¡°No se trata de un juicio al instructor¡±, lleg¨® a cortarla en un momento el presidente del tribunal, ?ngel Pant¨ªn.

Las citadas grabaciones que recoge el sumario, unas en el claustro (la presunta sustracci¨®n del C¨®dice) y otras muchas, unas 40, en el despacho del administrador de la catedral (retirada de fajos de billetes de la recaudaci¨®n del cepillo), se entregaron a la polic¨ªa medio mes despu¨¦s de la detenci¨®n de Casti?eiras y, por tanto, seg¨²n cree la abogada del electricista, no hay garant¨ªas de que no fuesen ¡°manipuladas¡±. Adem¨¢s, la catedral podr¨ªa estar vulnerando la Ley de Protecci¨®n de Datos y el derecho a la intimidad, dijo.

Sin embargo, el fiscal defendi¨® que la metodolog¨ªa de la instrucci¨®n responde a la ¡°singularidad¡± y ¡°gravedad¡± del caso, el robo de un manuscrito de alt¨ªsimo valor. Y el abogado de la catedral insisti¨® en que el hallazgo de estas grabaciones fue casual y muy posterior a la investigaci¨®n sobre el robo del C¨®dice, despu¨¦s de que se hallaran ingentes cantidades de dinero en los domicilios del acusado. Adem¨¢s, asegur¨® que el despacho del administrador es una dependencia ¡°privada¡±, aislada del resto de la catedral por una sucesi¨®n de dependencias y puertas, incluido el vestidor de los curas. Un despacho donde este miembro del cabildo ¡°ni siquiera recib¨ªa¡±. Para el letrado, por tanto, las grabaciones registradas en la c¨¢mara son l¨ªcitas. Pero Ventoso insisti¨® en que fue ¡°a posteriori¡± cuando el cabildo se puso en contacto con la Agencia Espa?ola de Protecci¨®n de Datos para regularizar la situaci¨®n de sus c¨¢maras.

Por pedir, la defensa pidi¨® incluso que se anule el registro en el que se hall¨® el C¨®dice. La aparici¨®n ¡°no se le puede imputar¡± al acusado, entonces bajo arresto, porque ¡°no estaba presente¡±.