Triste alegr¨ªa de vivir
Milena Busquets gestiona en 'Tambi¨¦n esto pasar¨¢' lo profundo del dolor, la ausencia, la muerte y las complicadas relaciones con su madre con elegante ligereza y oficio
Tambi¨¦n esto pasar¨¢ es un sendero que se te abre en cuanto empiezas a leer y al mismo tiempo notas c¨®mo se va cerrando tras de ti. Un libro especial e irrepetible, no imbatible, pero s¨ª sincero en su ficci¨®n y que su autora sabe manejar con oficio cuando se acerca demasiado a la playa de la autocomplacencia de lo estupend¨ªsimo. La caja de m¨²sica que escuchas apenas inicias la segunda novela de Milena Busquets (Barcelona, 1972) te hipnotiza desde el principio. Puro sonido Hamelin y los pies sobre los ladrillos amarillos por los que la novela discurre y termina a ritmo de literatura testimonial, pero nunca cat¨¢rtica ni sentimentaloide. La partitura est¨¢ impregnada con una agradable y dolorosa sensaci¨®n de verdad literaria, de haber estado metido en un mundo ficcional universal al tiempo que muy personal. La autora crea el personaje de Blanca como falso pararrayos.
La madre muerta. La madre que sostiene, da sentido a la narraci¨®n y carga de profundidad los ligeros pasos de ballet de los personajes de Tambi¨¦n esto pasar¨¢. Esa mujer es la madre de la autora, bruja burlona y hada patosa, inteligente, ego¨ªsta, culta, educada, caprichosa y educadora de la f¨¦rrea libertad de hacer lo que te da la gana, cargar las consecuencias, pero nunca culpabilizarse de ello. Esa mujer era la escritora y editora Esther Tusquets, fallecida hace poco m¨¢s de dos a?os, figura esencial de la intelectualidad barcelonesa.
Esa ausencia es el motor que hace andar el universo de la ficci¨®n que necesita Busquets para dar fe de la pena y la nostalgia, las ganas de vivir y la aceptaci¨®n de una cierta madurez de seguir viviendo en el para¨ªso cuando ¨¦ste ya no es tal y hay m¨¢s ausentes que presentes dentro de sus puertas. Un para¨ªso de veranos en Cadaqu¨¦s. El pueblecito de la Costa Brava es otro de los protagonistas de la novela, una isla al estar protegido por la naturaleza, id¨ªlico lugar de infancias, recuerdos, novios y ni?os. Y su madre. Como personaje que lo llena todo. Una diosa que es capaz de llenar de ox¨ªgeno una habitaci¨®n y de quit¨¢rselo al minuto siguiente.
No es de extra?ar que este libro arrasara en la Feria del Libro de Fr¨¢ncfort. Y que le sucediera lo que suele ocurrirle a autores extranjeros: que las m¨¢s importantes editoriales se hicieran con los derechos para su traducci¨®n. Se le ha comparado a Buenos d¨ªas, tristeza, de Fran?oise Sagan, y tiene sentido la comparaci¨®n. Ese toque agridulce, de ganas de vivir a pesar de que la nostalgia empieza a ser una muleta, un ancla. Esa luz ¡ªen este caso del sol de Cadaqu¨¦s¡ª que abrasa, ilumina y hace creer que cada d¨ªa es un nuevo d¨ªa en que todo est¨¢ puesto para ti, pero que, al mismo tiempo, nada ser¨¢ igual. Y tambi¨¦n, por el tono de ligereza al tratar de dramas y penas, familias, amigos y ex, di¨¢logos y sentencias brillantes, ausencia de problemas mezquinos como el dinero, el trabajo o una lavadora que no funciona, al mundo f¨ªlmico de Woody Allen.
Pero incluso de eso sale bien parada ¡ªgracias a su olfato narrador¡ª Milena Busquets. Gestiona lo profundo del dolor, la ausencia, la muerte, las relaciones complicadas con su madre con una elegante ligereza, que parece casi un rasgo de car¨¢cter que ha podido llevar a su literatura. Y no deja de ser dif¨ªcil hacer avanzar desde ese punto de fuga la novela en un entorno de seres maravillosos ¡ªamigas, hijos, exmaridos, extra?os¡ª, todos guapos, ricos y con unas ganas locas de vivir. En realidad, la dificultad de la novelista est¨¢ ah¨ª, en no derivar esa ligereza en superficialidad, en un diario de Blanca Jones culta y rentista en entorno maravilloso y ausencia materna al fondo. C¨®mo se va enturbiando ese mundo maravilloso sin nunca perder la elegancia, la prestancia, el fair play es digno de remarcarse. La novela acaba al mismo nivel que empieza gracias a los conflictos con amiga, amante casado y fantasma del pasado. Conflictos resueltos no con dramatismo, sino como parte de lo bueno y lo malo de la vida. Que puede ser cualquier cosa ¡ªparece querer decirnos Blanca a trav¨¦s de lo que queda de su madre en ella¡ª menos algo quieto, inerte, sin capacidad de sorpresa, de sexo, el ¨²nico estallido de vida que vence a la muerte cada vez que se le convoca.
Tambi¨¦n esto pasar¨¢. Milena Busquets. Anagrama. Barcelona, 2015. 172 p¨¢ginas. 16,90 euros (digital, 11,99).
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