Miguel Rell¨¢n: ¡°Soy totalmente contrario al atletismo interpretativo¡±
Enemigo del exhibicionismo y tras 50 a?os de carrera, el actor se atreve con un mon¨®logo, 'Novecento', en el que narra la vida de un pianista en un barco
Son cinco minutos de v¨¦rtigo, los que transcurren antes de salir al escenario, desde que Carlos, el productor, le dice: ¡°Listos, cuando quieras¡±, para inmediatamente susurrarle: ¡°Por cierto, est¨¢ lleno¡±. Cada d¨ªa, Miguel Rell¨¢n piensa en esos momentos: ¡°Hoy me doy la tostada, hoy me caigo¡±. Luego ni se cae ni se da la tostada. Al contrario, el p¨²blico atiende ensimismado la historia que el actor va narrando, solo en el escenario, bajo los focos, durante m¨¢s de una hora y cuarto. Es Novecento, el relato de Alessandro Baricco, el primer mon¨®logo de Miguel Rell¨¢n (Tetu¨¢n, Marruecos, 1943) en sus 50 a?os de carrera, que, tras el ¨¦xito de la temporada pasada en el Teatro Espa?ol, repite ahora cada martes en el off del Lara, en Madrid. Sin fecha de finalizaci¨®n y con la sala llena cada semana. ¡°El mon¨®logo es duro, muy duro, sobre todo en los ensayos, cuando no tienes ni p¨²blico ni colegas con los que confrontarte, t¨² solo frente al director. Es un espect¨¢culo que solo depende de ti, pero en el que se despliega toda la ceremonia que en definitiva es el teatro: dos oficiantes, el p¨²blico y el actor, frente a frente¡±, asegura Rell¨¢n, a quien le gusta repetir: ¡°La mitad de la belleza de un paisaje depende de quien lo mira¡±. Y acept¨® Novecento, que dirige Ra¨²l Reyes, porque es un relato, un cuento, una historia poderosa, alejada de artificios exhibicionistas. ¡°Soy contrario al atletismo interpretativo, ese en el que hay que saltar o gritar. La grandeza del trabajo de un actor es la de servir a una historia. Acept¨¦ Novecento por lo que cuenta, una poderosa confesi¨®n en torno a la amistad entre un pianista y un m¨²sico de jazz, m¨¢s que por mi af¨¢n interpretativo¡±.
Discos, discos, discos, m¨¢s discos. La casa en el campo, en Madrid, que Miguel Rell¨¢n comparte con su mujer, la periodista Rosa Mar¨ªa Mateo, est¨¢ poblada de m¨²sica, al igual que la que utiliza en invierno en el mismo centro de la ciudad. No se podr¨ªa entender a este actor sin su pasi¨®n por la m¨²sica ¡ª¡°lo ¨²nico serio que se puede ser en esta vida es m¨²sico¡±, dice el int¨¦rprete¡ª, un hombre cercano y siempre con un punto de humor que ha forjado su carrera en teatro, cine y televisi¨®n. Sin hacerle ascos a nada, excepto a sus principios ideol¨®gicos. Se apunta a la frase de la actriz y exministra de Cultura griega Melina Mercouri, que proclam¨®: ¡°Yo puedo hacer de fascista en un filme revolucionario, pero nunca de un revolucionario en una pel¨ªcula fascista¡±.
Cuesti¨®n de gustos
1. ?En qu¨¦ obra se quedar¨ªa a vivir? En ning¨²n drama shakespeariano, lo har¨ªa en Una noche en la ¨®pera,de los hermanos Marx. Seguro que no iba a parar de re¨ªrme.
2. ?A qu¨¦ artista de todos los tiempos invitar¨ªa a cenar? A Vel¨¢zquez, porque es un pintor misterioso del que se conoce poco en el ¨¢mbito personal. Le dir¨ªa: "Pase usted, don Diego, que le voy a hacer unas croquetitas".
3. ?Cu¨¢l ha sido el mejor momento de su vida como actor? No he tenido un momento especial, lo m¨ªo ha sido paso a paso, trabajando y trabajando.
4. ?Qu¨¦ encargo no aceptar¨ªa jam¨¢s? Aquel que fuera contra mis principios ideol¨®gicos.
5. ?Qu¨¦ libro u obra no pudo terminar? En general termino todos los libros que comienzo. He acabado hasta el Ulises. En teatro no me he salido nunca por respeto.
6. ?Qu¨¦ hizo el ¨²ltimo fin de semana? El viernes fui a ver la obra de teatro Puntada sin hilo, en la sala alternativa Nave 73, y el s¨¢bado, a actuar en Jugadores en Alcobendas.
7. ?Qu¨¦ est¨¢ socialmente sobrevalorado? La fama.
8. ?A qui¨¦n dar¨ªa el pr¨®ximo premio? No lo s¨¦, hay demasiados premios.
Ha hecho de todo, arte combativo y tambi¨¦n m¨¢s comercial. ¡°El peor trabajo es el que no se hace¡±. La frase es de Fernando Fern¨¢n G¨®mez y Miguel Rell¨¢n la suscribe. Comenz¨® con obras de Bertolt Brecht o Valle-Incl¨¢n, en las salas de teatro m¨¢s independientes, para enseguida comprender que en el arte de la interpretaci¨®n caben muchas cosas y muy dignas. A pesar del tiempo transcurrido, Rell¨¢n recuerda con generosidad a todos aquellos que le ayudaron a abrirse camino ¡ª¡°es muy dif¨ªcil que alguien crea en ti, hay muchos actores muy buenos a los que nadie les da una oportunidad¡±¡ª, y cita a Jos¨¦ Monle¨®n, Gerardo Malla, Fernando M¨¦ndez Leite y Jos¨¦ Luis Garci, con el que trabaj¨® en El crack y El crack II.
Asegura que no tiene un m¨¦todo a la hora de enfrentarse a un personaje, que cada uno requiere un tratamiento diferente. A ¨¦l, los que de verdad le atraen son aquellos con los que, nada m¨¢s leer el guion, se queda desconcertado y se ve obligado a hacerse la siguiente pregunta: ¡°Pero ?por d¨®nde puedo yo coger eso? Estos son los que m¨¢s me gustan¡±. El mon¨®logo ha sido, lo reconoce sin pudor, un salto en su carrera. Es verdad que echa de menos el bullicio de sus compa?eros en los camerinos, que le da verg¨¹enza salir solo a saludar al final de la representaci¨®n, pero la sensaci¨®n tan cercana con el p¨²blico, ¨¦l solo ah¨ª, de pie, con un traje claro algo arrugado y la corbata desajustada, sin m¨²sica, ni escenograf¨ªa, es algo que no olvida. Lo oye todo, lo siente todo. Lo ¨²nico que echa en falta es poder ver los ojos de todos aquellos que se sientan enfrente. ¡°Me han puesto unos focos que no veo nada¡±, dice divertido.
No pierde ni tiempo ni ganas, a pesar de las dificultades que vive el mundo del teatro ¡ª¡°est¨¢ claro que se lo quieren cargar, y la demostraci¨®n es el IVA del 21%, que supone toda una venganza contra la cultura¡±¡ª. Las representaciones semanales de Novecento las combina con la gira de Jugadores, de Pau Mir¨®, y la preparaci¨®n de Ninette y un se?or de Murcia, de Miguel Mihura. Todo un desaf¨ªo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.