La salvaje posteridad de Osvaldo Lamborghini
El Macba exhibe ahora los ¡®collages¡¯ del escritor argentino
Este viernes el Macba inaugura una importante exposici¨®n (m¨¢s de 500 im¨¢genes) de un artista gr¨¢fico pr¨¢cticamente in¨¦dito y cuyo nombre, aunque venerado por un reducido c¨ªrculo, es casi desconocido para el p¨²blico. Un artista que trabaj¨® con t¨¦cnicas diversas, todas artesanales y dom¨¦sticas; de hecho, su atelier (¡°su tallercito¡±, como ¨¦l lo llamaba) se reduc¨ªa a su cama: revistas intervenidas con bol¨ªgrafo, recortadas y pegadas con cola escolar de colores, con anotaciones en los m¨¢rgenes; collages hechos con detritus de material impreso, desde un cat¨¢logo de aviaci¨®n a historietas o publicaciones baratas con fotos de sexo expl¨ªcito. ?Se trata, entonces, de un joven talento de las nuevas generaciones europeas? Incre¨ªblemente, no: se trata, en verdad, de un escritor argentino muerto de un infarto en Barcelona, en 1985, a los 45 a?os. Se llam¨® Osvaldo Lamborghini y, en el momento de su muerte, hab¨ªa publicado en Buenos Aires unos pocos relatos, inhallables (y legendarios) ya por entonces. Dejaba escritos unos cuantos textos, casi ninguno de ellos mecanografiados. Nada parec¨ªa se?alar que la posteridad le ten¨ªa reservada una segunda vida como escritor; ahora, adem¨¢s, la sorpresa se reduplica: renace como artista.
El asunto requiere explicaci¨®n. Lamborghini pas¨® sus ¨²ltimos a?os en reclusi¨®n voluntaria en su apartamento de Barcelona; su compa?era, Hanna Muck, trabajaba en una agencia literaria; los domingos, a solicitud de Osvaldo, iba al mercado de San Antonio, de libros de segunda mano, a comprar las revistitas pornogr¨¢ficas que hab¨ªan asaltado los quioscos espa?oles en los a?os posfranquistas y reaparec¨ªan entonces en los buquinistas dominicales. Con esos materiales, Osvaldo recortaba, pegaba, escrib¨ªa leyendas, mezclaba p¨¢ginas de libros (muchas de ellas, en alem¨¢n, de los libros que Hanna tra¨ªa de la agencia), escrib¨ªa ¨¦l mismo leyendas que dialogaban (o no) con las im¨¢genes; los textos alud¨ªan a pol¨ªticos y acontecimientos de la ¨¦poca: Pujol, Felipe Gonz¨¢lez, la OTAN. En algunos casos, con esas p¨¢ginas cos¨ªa libretas; en otros, sencillamente las guardaba en carpetas. Lamborghini le dio un sentido unitario a una parte de esa producci¨®n bajo el t¨ªtulo de Teatro proletario de c¨¢mara; en 2008 se public¨® en una edici¨®n por suscripci¨®n, de apenas 300 ejemplares. Ahora se exhiben por primera vez esas l¨¢minas, restauradas y en el orden que el autor premedit¨®.
Valent¨ªn Roma, comisario de la exposici¨®n, es tajante en cuanto al valor de esa obra: ¡°Admiro la escritura de Lamborghini, pero en ning¨²n caso se trata, en esta exposici¨®n, de exhibir la producci¨®n gr¨¢fica de un escritor, como una actividad secundaria y secreta. Desde mi punto de vista, esta es una obra que tiene un valor tremendo en s¨ª misma, no cartografiada hasta ahora y que nos obliga a reformular el mapa del arte espa?ol de los ochenta, a la vez que no ha perdido un ¨¢pice de vigencia¡±. En el texto que escribe para el cat¨¢logo de la exposici¨®n, Roma lo compara con el ABC de la guerra, de Bertolt Brecht, y le construye una genealog¨ªa que va de William Hogarth (el artista del siglo XVIII, padre de la caricatura en la era de los peri¨®dicos) al cine de Fassbinder. La exposici¨®n incluir¨¢ una buena parte de la biblioteca de Lamborghini, incluidos los cat¨¢logos de exposiciones, como la del alem¨¢n John Heartfield, el autor de fotomontajes a partir de iconograf¨ªa nazi. Se quiere mostrar, con ello, que, a pesar de su encierro dom¨¦stico, estaba atento a la literatura y al arte europeo de su tiempo.
Beatriz Preciado, en un texto incluido tambi¨¦n en el cat¨¢logo de la exposici¨®n (retomando el hilo de su ensayo Pornotop¨ªa; Anagrama, 2011), construye para Lamborghini otra genealog¨ªa a¨²n m¨¢s inesperada: la de los hombres ¡°encamados¡±, que va del marqu¨¦s de Sade a Hugh Hefner, el editor de Playboy, el del eterno bat¨ªn, que hizo de su cama ¡°un centro de producci¨®n y distribuci¨®n del lenguaje masturbatorio que pauta la libido heterosexual¡± estadounidense.
Pero ?qui¨¦n es Osvaldo Lamborghini, el escritor, aquel a quien C¨¦sar Aira hizo de albacea, coloc¨¢ndolo como figura tutelar de la nueva literatura argentina, en un m¨¢s all¨¢ de Borges e incluso de la divisi¨®n entre poes¨ªa y prosa? ?Hace falta presentar a un autor tan venerado como para contar ya con una biograf¨ªa de casi mil p¨¢ginas, obra de Ricardo Strafacce (2008); un escritor del que Alan Pauls (tambi¨¦n en el cat¨¢logo del Macba) dice que posey¨® ¡°la radicalidad de un estilo inigualable, quiz¨¢s el m¨¢s virtuoso y cruel que haya dado la literatura en espa?ol en mucho tiempo¡±?
La flamante y muy cuidada reedici¨®n de El fiord (Ediciones sin Fin, Barcelona) cuenta con un extenso ep¨ªlogo en el que Ignacio Echevarr¨ªa aporta, al lector espa?ol, las claves de una obra de lectura casi intolerable por el grado de explicitud sexual y de violencia, que desde su hora cero se coloc¨® en el centro de un nudo de discursos del que participaban el peronismo revolucionario y el lacanismo cultural. El fiord, a la que Leopoldo Marechal defini¨® como una ¡°perfecta bola de mierda¡±, fue la primera obra publicada por Lamborghini, en 1969; y abre Novelas y cuentos, la recopilaci¨®n de su obra publicada en Barcelona (Ediciones del Serbal) en 1988 con pr¨®logo de Aira: ¡°El autor¡±, dice, ¡°conoci¨® la gloria sin haber tenido el m¨¢s m¨ªnimo atisbo de fama¡±. Ese volumen de trescientas p¨¢ginas fue el inicio, ya p¨®stumo, de la consagraci¨®n de una obra que hoy, en Argentina, es a la vez can¨®nica y maldita, venerada e inimitable. El ep¨ªlogo de Echevarr¨ªa a El fiord marca el principio de su legibilidad en Espa?a. Y la exposici¨®n del Macba pone en circulaci¨®n universal la obra gr¨¢fica de un artista muerto hace treinta a?os y cuya contemporaneidad nos deja, hoy, boquiabiertos.
Osvaldo Lamborghini. Teatro proletario de c¨¢mara. Macba. Pla?a dels ?ngels, 1. Barcelona. Del 30 de enero al 6 de septiembre.
El fiord. Osvaldo Lamborghini. Ep¨ªlogo de Ignacio Echevarr¨ªa. Ediciones sin Fin. Barcelona, 2014. 67 p¨¢ginas. 12,30 euros.
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