El guerrero y la antorcha
?Qu¨¦ explica de una barriada de la periferia de M¨¦xico DF un monumento que provoc¨® una ola de burlas en las redes sociales?
La mayor¨ªa de las casas de Chimalhuac¨¢n son edificaciones de bloque con planta baja y primer piso. Sobre ese perfil chato y extensamente gris se eleva ahora un monumento intensamente rojo de 60 metros de altura bautizado como Guerrero Chimalli, una estatua de 600 toneladas que evoca a los guerreros prehisp¨¢nicos y cuyo nombre responde a la etimolog¨ªa de Chimalhuac¨¢n: el lugar de los que tienen chimalli, escudos. Inaugurado en diciembre, lo chocante de su presencia colosal en un entorno urbano deprimido y su aspecto de combatiente geom¨¦trico hizo que en las redes sociales se convirtiese en objeto de burla. Lo compararon con Mazinger Z, con Ultraman, con Godzilla. Incluso hicieron montajes en los que disparaba rayos por los ojos. Los atributos de la figura son su escudo, su cabeza empenachada y un mazo que porta en la mano derecha y que recuerda a una antorcha. Su pose se parece a la de la Estatua de la Libertad, pero es aguerrida, no hospitalaria. Es 30 metros m¨¢s baja que el icono de Nueva York pero 12 m¨¢s alta que el s¨ªmbolo de M¨¦xico DF, el pedestal con el ?ngel de la Independencia, y el doble que las estatuas de bronce de Kim Il-sung y Kim Jong-il en una colina de Corea del Norte.
Por una acera se aproxima un vecino caminando con dos ni?os. Salvador Cruz, 65 a?os. Dice: ¡°Es un guerrero azteca que defendi¨® la regi¨®n. Yo veo que es un monumento muy atractivo y bien ubicado que traer¨¢ turistas de otros pa¨ªses¡±. Luego, Arturo Gonz¨¢lez, 60 a?os, sentado en un banco, lo mira hacia arriba desde abajo: ¡°Hay que tener una cultura para entender eso. Es una estatua de¡, ?uuuta!, un guerrero de otro siglo¡±. El Chimalli est¨¢ en la franja que divide los dos sentidos de una avenida. Los bajos de las casas a los lados est¨¢n ocupados por negocios de: recambios para veh¨ªculos, abarrotes, tlapaler¨ªa (ferreter¨ªa), cortineros, plomeros, pinturas, parabrisas, y as¨ª. En un par de viviendas hay colgados carteles proselitistas del Movimiento Antorchista ¨Cla organizaci¨®n de los pobres de M¨¦xico, es su lema¨C, que integrado en el Partido Revolucionario Institucional, el PRI, gobierna el municipio de Chimalhuac¨¢n, perteneciente al Estado de M¨¦xico (un territorio administrativo de 15 millones de habitantes, el m¨¢s poblado de todo el pa¨ªs; en buena parte una prolongaci¨®n conurbada del DF). Desde el Guerrero Chimalli hasta la imperial plaza central de la capital, el Z¨®calo, hay unos 25 kil¨®metros, una hora en coche atravesando el tr¨¢fico lento de esta ¨¢rea metropolitana que entre el Distrito Federal (nueve millones) y zonas contiguas del Estado de M¨¦xico, contiene a m¨¢s de 20 millones de personas. En Chimalhuac¨¢n viven 848.000, seg¨²n datos de 2014, y est¨¢ pegado al municipio de Nezahualc¨®yotl, uno de los m¨¢s grandes de la zona, con una poblaci¨®n que ronda los tres millones. Son municipios gemelos en paisaje y necesidades, situados al Oriente del DF, el costado con menos recursos de la capital. A Nezahualc¨®yotl, por la cantidad de gente que ha emigrado de all¨ª a Estados Unidos, tambi¨¦n le llaman Neza York. Si en el centro de M¨¦xico DF los ¨¢rboles abundan, por este lado el sol cae de lleno sobre una masa urbana con pocas sombras. El DF y su conjunto es una de las urbes con menos ¨¢reas verdes por habitante del mundo (1,9 metros cuadrados por persona, seg¨²n el ensayo M¨¦xico, Ciudad Futura. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud recomienda al menos nueve. Washington tiene 45,7) y la parte del Oriente es la m¨¢s ¨¢rida. Por aqu¨ª se ven carretas de la basura tiradas por caballos flacos y de vez en cuando perros deshilachados como estropajos de fregadero. En el ambiente se oye m¨²sica de banda norte?a, o cumbia, y el tronar de los tubos de escape de los microbuses que suenan como una m¨¢quina (industrial) de palomitas. Aqu¨ª se eleva el Guerrero Chimalli, que tard¨® tres a?os en construirse, est¨¢ ensamblado con 33 piezas de acero, coloreado con pintura de polieuretano y ha costado 2,4 millones de d¨®lares. El camell¨®n ¨Cel intermedio de la avenida donde est¨¢¨C ha sido reurbanizado con un riachuelo con puentes, una fuente que echa chorros de colores y con ¨¢rboles a¨²n por crecer, y eso ha costado 1,4 millones de d¨®lares. En un extremo del camell¨®n est¨¢ charlando con dos amigos Armando Arcos, 28 a?os, estudiante de Econom¨ªa, cobijados los tres bajo la sombra exigua de un disco escult¨®rico de piedra que reproduce un calendario azteca. ¡°Los recursos se podr¨ªan haber destinado a escuelas y a seguridad. Adem¨¢s el Guerrero Chimalli nunca existi¨®. Es una creaci¨®n del Movimiento Antorchista¡±, dice. Delante de ellos hay una estatua de Nezahualc¨®yotl, el monarca-poeta del siglo XV que escribi¨®.
Estoy embriagado, lloro, me aflijo,
pienso, digo,
en mi interior lo encuentro:
si yo nunca muriera,
si yo nunca desapareciera.
A Eduardo Jim¨¦nez, de 40 a?os, propietario de una tienda de la avenida, lo que m¨¢s le convence de toda la obra es la fuente que emite colores: ¡°Avienta el agua bien bonito¡±. Jim¨¦nez, un hombre grueso, moreno, con vigor. ¡°Adem¨¢s hay m¨¢s seguridad, porque ahora hay siempre como seis polic¨ªas que andan parriba y pabajo. Antes si te met¨ªas a las calles laterales te chingaban. Te ped¨ªan pal chesco [para un refresco] pero con un machete¡±. Tres d¨ªas m¨¢s tarde, antes de entrevistar al alcalde, en un banco del palacio municipal una comerciante ambulante que hab¨ªa acudido a una reuni¨®n se quejaba del problema de los secuestros. Dijo que a ella una vez la llamaron por tel¨¦fono y le comunicaron que ten¨ªan a su hijo y deb¨ªa pagar medio mill¨®n de pesos (m¨¢s de 30.000 d¨®lares) por ¨¦l. Pidi¨® que se lo pusieran al tel¨¦fono, pero el tipo al que le pusieron no supo responder cuando su madre le pregunt¨® c¨®mo se llamaba. La se?ora lleg¨® aqu¨ª hace 40 a?os. ?C¨®mo era Chimalhuac¨¢n? ¡°Puro charco de agua¡±. El negocio de Eduardo Jim¨¦nez es, en el mismo espacio, puesto de comida r¨¢pida y taller de reparaciones. Chorizo frito y carburantes.
El Guerrero Chimalli ha sido inaugurado pero sigue en obras para terminar el mirador, una estructura circular con ventanas que a su vez es el brazo que sostiene el mazo ¨Co la antorcha¨C. Al pie del monumento, una edec¨¢n vestida y maquillada al estilo g¨®tico apunta en un libro de visitas el nombre de cada persona que entra a la base de la estatua, un caj¨®n de hormig¨®n que en su interior tiene un pasillo cuadrado que funciona de galer¨ªa y en el que ya est¨¢ accesible al p¨²blico una exposici¨®n de fotos de la construcci¨®n de la estatua. Aunque en la primera pared que se ve al entrar, las im¨¢genes tratan del pasado de pobreza del municipio y de los logros en obra p¨²blica de los que se precia el antorchismo desde que lleg¨® al gobierno hace 15 a?os. Una fotograf¨ªa de una calle de tierra anegada con la leyenda Antes del 2000 hab¨ªa menos de 200 calles pavimentadas; otra de un coche destartalado con el n¨²mero 10 sobre el cap¨® y la leyenda En el a?o 2000 el municipio contaba con s¨®lo 5 patrullas funcionales; otra de un hombre y una mujer en un lodazal con neum¨¢ticos tirados al lado y Chimalhuac¨¢n era considerado el municipio urbano m¨¢s marginado del pa¨ªs. ¡°Antes del 2000 ten¨ªamos un cacicazgo sin desarrollo¡±, dice C¨¦sar Laureano, del gabinete de prensa municipal. Debajo de las fotos del pasado han colocado otras de los tiempos recientes: una piscina ol¨ªmpica reluciente; una placita concurrida y con ¨¢rboles reci¨¦n plantados; trabajadores cuidando flores en un invernadero. En el 2000, el Movimiento Antorchista desplaz¨® dentro del PRI a otro grupo de poder local y el partido gan¨® las elecciones, como siempre hab¨ªa hecho hasta entonces pero ahora, por primera vez, con representantes antorchistas. El 18 de agosto de aquel a?o, en la ma?ana de la toma de posesi¨®n del nuevo alcalde, Jes¨²s Tolentino Rom¨¢n, hubo un tiroteo en la plaza del palacio municipal en el que murieron diez seguidores del bando ganador. La responsable de lo sucedido fue la mujer que hab¨ªa liderado durante a?os a la facci¨®n derrotada y dominado el municipio desde la trastienda, Guadalupe Buend¨ªa Torres, alias La Loba, que cumple una condena a 50 a?os de c¨¢rcel. Arriba, dentro del mirador del gigante de acero, cocido por el sol del altiplano a 2.300 metros sobre el nivel del mar, hace un calor denso, encajonado.
Por las ventanas se ve el panorama de Nezahualc¨®yotl y Chimalhuac¨¢n. Laureano se?ala dos obras p¨²blicas de su municipio que destacan entre la masa de cemento: un centro cultural pintado de rojo, tambi¨¦n el color del Guerrero, tambi¨¦n el del antorchismo, y una cancha de f¨²tbol de un verde saludable. Hacia el norte se extiende un gran terreno sin urbanizar, propiedad del Gobierno federal y con ¨¢reas de reserva ecol¨®gica: es el suelo yermo de lo que fue el Lago de Texcoco, en su tiempo el m¨¢s grande de la Cuenca de M¨¦xico, donde Hern¨¢n Cort¨¦s bot¨® 13 bergantines para la conquista de Tenochtitl¨¢n, la capital azteca, y que desde inicios de la Colonia fue sometido a un proceso planificado de desecaci¨®n que tom¨® tres siglos y culmin¨® en la segunda mitad del siglo XX con la expansi¨®n explosiva de la zona metropolitana: en 50 a?os, de tres a 18 millones de habitantes. El empleado de prensa indica que a¨²n se pueden divisar bolsas de agua en el antiguo lecho y cuenta que hasta los sesenta el disminuido lago llegaba hasta las orillas del cerro en torno al que luego creci¨® Chimalhuac¨¢n. ¡°Y lo que se ve hacia all¨ª¡±, dice, se?alando el bald¨ªo hacia el fondo, ¡°ser¨¢ lo del nuevo aeropuerto¡±; el proyecto fue anunciado en septiembre y se espera que se concluya en torno al 2020, con un presupuesto de 10.000 millones de d¨®lares y bajo la direcci¨®n del arquitecto estrella brit¨¢nico Norman Foster en asociaci¨®n con el estudio de Fernando Romero, yerno del magnate mexicano Carlos Slim. ¡°Y eso que divide Chimalhuac¨¢n de los terrenos federales¡±, contin¨²a C¨¦sar Laureano, ¡°es el Canal de la Compa?¨ªa, que transporta aguas negras de 12 municipios de la zona¡±. El mal olor es intenso cuando se pasa por encima del canal a trav¨¦s de la Avenida Bordo Xochiaca, la del Guerrero Chimalli, y que de camino al norte (regresando a la capital) pasa de inmediato al municipio de Neza. Despu¨¦s de la cloaca a cielo abierto aparece el antiguo basurero, cerrado en 2012 por saturaci¨®n, y siguiendo la avenida est¨¢ la c¨¢rcel Bordo Xochiaca. Por ¨²ltimo se pasa al lado de una plaza comercial levantada en un ¨¢rea que tambi¨¦n fue un basurero. Una inversi¨®n de Carlos Slim. Atr¨¢s ha quedado Chimalhuac¨¢n con su guerrero y con sus n¨²meros: seg¨²n estad¨ªsticas de 2012, un 62,7% de poblaci¨®n en la pobreza y un 13,7 de ellos en pobreza extrema; de un informe de 2014 con censo de 2010, sobre una base de 614.453 habitantes, 178.451 de 15 a?os o m¨¢s con educaci¨®n b¨¢sica incompleta, 333.619 sin derecho a servicios de salud, 8.546 viviendas con piso de tierra, 14.306 sin agua entubada.
Enero es seco y polvoriento. Antes de alcanzar el final de la avenida se ve un remolino girando a solas en una pista de deporte, en medio del camell¨®n.
En su cub¨ªculo de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, el ge¨®grafo Javier Delgado abre en la computadora un mapa: Plano reconstructivo de la regi¨®n de Tenochtitl¨¢n al comienzo de la Conquista. El lago est¨¢ en su esplendor. Delgado se?ala los n¨²cleos zonales de poder de aquel tiempo: ninguno de ellos Chimalhuac¨¢n. ¡°Desde tiempos prehisp¨¢nicos es un lugar perif¨¦rico¡±, afirma. Luego define su naturaleza: ¡°Zona semides¨¦rtica de escasa vegetaci¨®n arbustiva y bajas temperaturas nocturnas en invierno seco¡±. Explica que el Poniente y el Sur de la antigua cuenca tienen m¨¢s lluvia y vegetaci¨®n y mejores temperaturas. ¡°Son zonas m¨¢s hospitalarias¡±. En los noventa se hicieron en ese costado de la capital los primeros centros comerciales. Remont¨¢ndose a los a?os cincuenta-sesenta, de auge del Estado e industrializaci¨®n, dice que el lado de Chimalhuac¨¢n a¨²n era ¡°periferia desolada¡±. ¡°Eran famosas las enormes tolvaneras que se formaban en la planicie de Nezahualc¨®yotl con los vientos del Oriente y que llegaban a la ciudad¡±. En 1940 escrib¨ªa Alfonso Reyes: ¡°?Qu¨¦ hab¨¦is hecho, entonces, de mi alto valle metaf¨ªsico? ?Por qu¨¦ se empa?a, por qu¨¦ se amarillece? Corren sobre ¨¦l como fuegos fatuos los remolinillos de tierra¡±. La desecaci¨®n del lago, dice el ge¨®grafo, dej¨® en esta ¨¢rea suelos salinos est¨¦riles para la agricultura, sin capa f¨¦rtil, que con el calor se resecan y sueltan arena. El boom urbano de Neza lleg¨® a partir de los sesenta y el de Chimalhuac¨¢n empez¨® en los setenta pero no se consolid¨® hasta principios de los noventa. En ambos casos funcion¨® la l¨®gica de desarrollo de las zonas conurbadas de la capital: primero ocupar el suelo; despu¨¦s conseguir servicios. Los especuladores de aquel tiempo ¨Csigue ocurriendo, pero sin la profusi¨®n de anta?o¨C compraban terrenos, los fraccionaban y vend¨ªan lotes de tierra para edificar sin planeaci¨®n urbana ni estructura p¨²blica: sin transporte ni avenidas ni drenaje ni salud ni escuelas, y todo ello en el pico hist¨®rico de migraci¨®n del campo a la ciudad. Delgado apunta que al comienzo de esa fase surgieron ¡°grupos de base agr¨ªcola¡± que mediaban entre el Estado y las comunidades de los nuevos asentamientos para conseguir la dotaci¨®n de servicios. ¡°Pero a partir de los setenta deriv¨® en formas de cacicazgo y de control pol¨ªtico. Antorcha es el mejor ejemplo de descomposici¨®n de un fen¨®meno que en su momento tuvo un buen papel¡±.
Antorcha Campesina se fund¨® en 1974 en la sierra de Puebla, 250 kil¨®metros al sur de la capital. Quien la lider¨® en su origen y la sigue liderando fue un profesor de escuela llamado Aquiles C¨®rdova Mor¨¢n. En pocos a?os, adapt¨¢ndose a la evoluci¨®n de M¨¦xico, subsumi¨® su enfoque agrarista en uno nacionalista de masas y urbano, el Movimiento Antorchista, una organizaci¨®n que hoy tiene seg¨²n sus datos 1.200.000 miembros: campesinos, amas de casa, comerciantes ambulantes, trabajadores de la ciudad, choferes, maestros de escuela, estudiantes, y as¨ª. Si la cifra que ofrece es ver¨ªdica, el antorchismo aglutinar¨ªa a cerca del 1% de la poblaci¨®n del pa¨ªs. Su basti¨®n es la zona metropolitana del DF, sobre todo en el Estado de M¨¦xico, pero tiene fuerza en m¨¢s Estados del centro de la Rep¨²blica. Aquiles C¨®rdova, 74 a?os, es el secretario general y la palabra del movimiento. Con frecuencia publica sus reflexiones en la web de Antorcha. El 9 de enero, en el art¨ªculo ?Democracia, cu¨¢ntos cr¨ªmenes se cometen en tu nombre!, esbozaba una teor¨ªa de la pol¨ªtica occidental desde antes de Cristo: ¡°La democracia fue un descubrimiento pol¨ªtico de los esclavistas griegos a quienes prest¨® excelentes servicios, como lo prueba la historia; y justo por eso hoy esa democracia, en su versi¨®n moderna, presta servicios parecidos a los esclavistas modernos, a los grandes capitalistas que viven de explotar el trabajo asalariado¡±. El ¨²ltimo es del 16 de enero y se titula, a prop¨®sito de la reacci¨®n al atentado contra Charlie Hebdo, La ¡°gigantesca¡± manifestaci¨®n de Par¨ªs, una farsa y una f¨²til exhibici¨®n de ¡°unidad¡±. En 1988, su organizaci¨®n se incorpor¨® al PRI, por entonces un organismo omnicomprensivo que no abandonaba el poder en M¨¦xico desde 1929. La capacidad de movilizaci¨®n de Antorcha ha sido valiosa para el partido. En las elecciones de 2012 a la presidencia nutri¨® eventos de Enrique Pe?a Nieto, vencedor a la postre. En 2009, en su 35 aniversario, llen¨® el Estadio Azteca, con capacidad para m¨¢s de 100.000 personas. Aquel d¨ªa, en el campo donde Maradona marc¨® el gol en el que dribl¨® a cientos de ingleses, el invitado de honor fue Pe?a Nieto, que era gobernador del Estado de M¨¦xico. El control de masas del antorchismo tambi¨¦n es su palanca de negociaci¨®n con los ayuntamientos en sus reclamos de servicios para las colonias populares a las que representa. Presiona con manifestaciones a quienes no le corresponden, incluido a gobernantes del PRI, que sigue siendo su plataforma para competir en elecciones pero cuyo poder, desde que en el 2000 perdi¨® la presidencia, si bien la recuper¨® hace tres a?os, ya no es inobjetable. Al Movimiento Antorchista se le acusa de utilizar la pobreza como una m¨¢quina de extorsi¨®n pol¨ªtica, de exprimir a los necesitados cobr¨¢ndoles por los recursos que consigue ¨Cas¨ª sean tan nimios como conectarse ilegalmente al suministro el¨¦ctrico¨C, de dominar l¨ªneas de transporte colectivo, de taxis, bicitaxis y hasta a los burreros que llevan en carros la basura. De los 125 municipios del Estado de M¨¦xico, los ¨²nicos que desde la transici¨®n democr¨¢tica de hace dos d¨¦cadas no han dejado de ser gobernados por el PRI son Chimalhuac¨¢n y, unos 30 kil¨®metros al sur, Ixtapaluca, que a su vez son los dos ¨²nicos municipios del Estado de M¨¦xico gobernados por antorchistas, a trav¨¦s del PRI.
Tel¨¦sforo Garc¨ªa es el alcalde de Chimalhuac¨¢n.
Tiene bigote. Viste con pulcritud, de manera sencilla. Es el tercer presidente antorchista del municipio. Dice que antes del 2000 Chimalhuac¨¢n estaba en un ¡°olvido total¡± del Gobierno federal, del estatal y de sucesivos gobiernos locales ¡°acostumbrados a no preocuparse por las necesidades de la gente y a lo mejor con el deseo de enriquecerse en lo personal nada m¨¢s¡±, y que ¡°hoy las necesidades de agua potable est¨¢n cubiertas casi al 100%, el 98% de drenaje, casi 100% de electricidad, un 80% de pavimentos¡±. Su presupuesto anual el a?o pasado fue de 2.254 millones de pesos, 155 millones de d¨®lares o 464,5 veces menos que la fortuna que le atribuy¨® Forbes en 2014 a Carlos Slim. ?Y por qu¨¦ gastarse m¨¢s de dos millones de d¨®lares en una estatua gigante? Responde que han hecho y seguir¨¢n haciendo otras obras que esa, a la que en espec¨ªfico atribuye el prop¨®sito de ofrecer ¡°espacios de recreaci¨®n¡± y ¡°dignificar¡± Chimalhuac¨¢n. ¡°Yo no puedo hacer que la gente deje de ser pobre con la obra p¨²blica, pero s¨ª que se sienta m¨¢s a gusto¡±. Tambi¨¦n le da un sentido de reivindicaci¨®n de ra¨ªces ind¨ªgenas y de compensar la ausencia de un relato orgulloso de la resistencia original contra los invasores. ¡°En M¨¦xico no hay una obra literaria que ensalce la Conquista de la que fuimos objeto por Espa?a, no tenemos una Il¨ªada que cant¨® las gestas del pueblo aqueo, no tenemos una Farsalia, no las tenemos, no hay una obra literaria as¨ª¡±. Con lo que no tiene nada que ver, dice, es con el sesgo que se les achaca por el hecho de que el Guerrero sea rojo como Antorcha y haya sido inaugurado en el a?o del 40 aniversario de Antorcha y lleve en la mano una cosa que parece una antorcha. ¡°Se llama maza, macuahitl en n¨¢huatl, y es un arma de los guerreros prehisp¨¢nicos. No es un monumento a Antorcha¡±.
¨CCuando se hizo el boceto, ?no pensaron que parec¨ªa una antorcha?
¨CNo, no lo pensamos. Es una maza, no es una antorcha.
La comerciante que antes de la entrevista se quejaba de los secuestros, en realidad estaba en el Palacio Municipal para quejarse de unos que se hab¨ªan puesto a vender en el mismo sitio que Antorcha le hab¨ªa facilitado a su grupo de ambulantes ¨Cy sin aportar a la organizaci¨®n como ellos¨C. ¡°Nosotros vamos a las marchas y dondequiera que nos metan¡±. Tel¨¦sforo Garc¨ªa asevera que el n¨²mero de secuestros se ha reducido y que Chimalhuac¨¢n es uno de los municipios m¨¢s seguros del Estado de M¨¦xico, ¡°en parte por los espacios p¨²blicos que hemos creado para el entretenimiento de la gente¡±. Del lazo entre las necesidades de los agremiados y sus deberes con el Movimiento, dice: ¡°Nosotros no nos aprovechamos de la pobreza. Yo soy de origen muy humilde, mi padre ya fallecido ten¨ªa unas cuantas hect¨¢reas, hizo el esfuerzo porque estudiara y hoy soy presidente municipal. Pero yo no tengo riquezas. A m¨ª me pueden investigar y no van a poder probar que yo tengo casas, que yo tengo ranchos, que yo tengo departamentos. No lo van a poder probar, y as¨ª ocurre con los dem¨¢s dirigentes de Antorcha. Claro que yo tampoco vengo vestido de manta, ?verdad?, porque creo que no ser¨ªa lo correcto. Pero nosotros no nos aprovechamos de la pobreza de la gente; no nos aprovechamos¡±. Ra¨²l Romero, el presidente del principal partido de oposici¨®n en el municipio, el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica, PRD, opina que la estatua no se identifica con los or¨ªgenes de la gente y que el mazo no es un mazo. ¡°La antorcha simboliza la llegada de Antorcha a Chimalhuac¨¢n, no la de los ancestros que llegaron hace a?os como migrantes al Oriente de la ciudad¡±. Considera que el gasto es ¡°excesivo¡± y que la parte de arriba ser¨¢ ¡°un mirador de pobreza¡±. El autor de la obra no est¨¢ de acuerdo.
Enrique Carvajal, Sebasti¨¢n, es un artista famoso en M¨¦xico por sus esculturas a gran escala. Los 28 metros de alto del Caballito de M¨¦xico DF, los 52 de los Arcos del Milenio de Guadalajara, los 62 del Monumento a la Mexicanidad de Ciudad Ju¨¢rez. Aunque su proyecto de mayor envergadura, una estatua de 70 metros en Chetumal, est¨¢ parado, seg¨²n dice ¡°por motivos pol¨ªticos¡±. Para definir el objeto sospechoso de ser una antorcha no usa el t¨¦rmino maza sino ¡°hacha dentada¡±. Sebasti¨¢n es un hombre con volumen. Su cuerpo es amplio, su presencia tambi¨¦n; su fundaci¨®n est¨¢ en una espaciosa nave industrial en una avenida de M¨¦xico DF, con decenas de fotos en grande de ¨¦l con otras personas ocupando todo un muro interior; y es amplia la reluciente camioneta que ha aparcado a la entrada. ¡°El Chimalli es la abstracci¨®n geom¨¦trica de un guerrero. Es una figura erguida, con fortaleza y agresividad, en actitud de defensa¡±, explica. El poder de la estatua, argumenta, transmite a su vez el impulso de progreso del municipio. ¡°Chimalhuac¨¢n se est¨¢ convirtiendo en un ¨¢rea urbana grandiosa. Tiene solucionados muchos servicios fundamentales, est¨¢n pensando el urbanismo y tienen grandes proyectos para transformar la regi¨®n. Para quienes no ten¨ªan nada, ver que ahora tienen servicios es extraordinario¡±. El escultor dice que el contraste de escala entre la estatua y el entorno urbano busca un ¡°impacto de grandiosidad¡± y compara las cr¨ªticas a su obra con las reacciones que siempre han provocado ¡°los grandes monumentos¡±. Pone como ejemplo la Torre Eiffel. Sebasti¨¢n dice que le emociona imaginarse el momento en que los pilotos enfilen el ¨²ltimo tramo hacia el nuevo aeropuerto del DF diciendo, como referencia, ¡°aproximaci¨®n Guerrero Chimalli¡±. Aquiles C¨®rdova tiene un anhelo mayor que el del autor de monumentos. El 20 de enero de 2014, en el primer informe de gobierno de Tel¨¦sforo Garc¨ªa, ante 50.000 seguidores, el padre del movimiento cuyo s¨ªmbolo no es un mazo exclam¨®: ¡°Cuando Antorcha gobierne M¨¦xico, todo ser¨¢ Chimalhuac¨¢n¡±.
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