10 a?os de BCNegra: nueve hitos para ilustrar la revoluci¨®n de lo criminal
El festival de novela negra que invade Barcelona celebra un d¨¦cada. Repasamos sus hitos
Si Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n viera en qu¨¦ se ha convertido el festival que naci¨® dos a?os despu¨¦s de su muerte como homenaje a su figura literaria y a su detective Pepe Carvalho se quedar¨ªa alucinado. Creado a la sombra de la Semana Negra de Gij¨®n, en 10 a?os BCNegra ha pasado de la modestia y el s¨®lo apto para fan¨¢ticos a ser una referencia mundial, un escenario por el que han pasado y pasan las principales figuras del g¨¦nero negro. La celebraci¨®n de su d¨¦cima edici¨®n (hasta el s¨¢bado 7) nos sirve para mirar a la novela negra y ver c¨®mo ha evolucionado y c¨®mo se ha convertido en el g¨¦nero m¨¢s vendido. Mucho m¨¢s que una moda, la ficci¨®n criminal ha pasado de lo marginal al ¨¦xito absoluto. ?En qu¨¦ se basa esta revoluci¨®n?
1.- De la clandestinidad al riesgo a morir de ¨¦xito
Cuando naci¨® BCNegra, s¨®lo exist¨ªa en Espa?a un festival, el de Gij¨®n, pionero y referencia durante d¨¦cadas. Antonio Lozano, periodista y uno de los implicados desde el inicio, lo recuerda as¨ª: "Escritores, p¨²blico y presentadores form¨¢bamos una modesta comisi¨®n de investigaci¨®n. Espacios reducidos, presupuestos ajustados y escaso pica pica en la fiesta de cierre. Todo compensado con ilusi¨®n y entrega". La situaci¨®n diez a?os despu¨¦s no puede ser m¨¢s distinta. "Fuera de Gij¨®n no hab¨ªa nada", comenta por tel¨¦fono Paco Camarasa, comisario de BCNegra. "No hab¨ªa librer¨ªas, ni clubes de lectura, ni todas las colecciones que hay ahora en cada editorial. Gij¨®n sigue siendo el faro que nos ilumina, pero ahora hay 14 festivales m¨¢s". Getafe, Salamanca, Valencia, Cuenca, Pamplona y un sinf¨ªn de puntos se han unido a la fiesta. ?Demasiado? Expertos, lectores y escritores creen que no.
2.- Las editoriales se entregan
Hace una d¨¦cada era raro encontrar alguna editorial con sello de novela negra; en 2015 la situaci¨®n ha dado un vuelco total. "Ahora, la novela negra se publica tanto en sellos especializados, como en colecciones de literatura general: no hay discriminaci¨®n. Hemos pasado de que lo raro fuera publicar novela negra a que lo raro sea no publicarla", resume Anik Lapointe, responsable durante a?os de la serie negra de RBA y ahora al frente de Salamandra Black.
BCNegra tiene parte de culpa en esto y toda la responsabilidad en un fen¨®meno fascinante: que el principio de a?o se haya convertido en un hervidero de publicaciones para llegar con libro fresco a la gran fiesta. "La primera semana de febrero se eligi¨® a prop¨®sito porque no hay nada en esa fecha y los periodistas no tienen ninguna novia. ?Qu¨¦ hemos conseguido? Que hace unos a?os nadie publicaba novedades y este a?o habr¨¢ unos 20 libros para presentar en BCNegra", resume ufano Camarasa.
3.- Larsson y el bot¨ªn escandinavo
Han vendido decenas de millones de ejemplares en todo el mundo, han llevado nombres impronunciables de pueblos y detectives al lenguaje com¨²n de miles de lectores, la literatura negra de los pa¨ªses del norte de Europa es en responsable del auge del g¨¦nero. En BCNegra han estado siempre. Henning Mankell recibi¨® el segundo Premio Pepe Carvalho en 2007, pero fue en 2010 cuando la explosi¨®n de la trilog¨ªa de Stieg Larsson desboca el fen¨®meno. Ese a?o estuvieron en el festival Ann Holt y Arnaldur Indridason. El c¨ªrculo de complicidad entre este boom y el del festival se cierra en 2013 con la concesi¨®n del Pepe Carvalho a Maj Sj?wall.
4.- M¨¢s y mejores lectores y c¨®mplices
Los aficionados a lo criminal siempre han sido un grupo un tanto especial. Ahora son legi¨®n, y con un entusiasmo desconocido en cualquier otro g¨¦nero. "Son m¨¢s, son m¨¢s listos, leen mejor", observa Camarasa. "El entusiasmo creciente de los lectores de siempre y de los nuevos adeptos al g¨¦nero se ha notado en blogs, webs, Twitter, en club de lecturas", resume Lapointe.
5.- La televisi¨®n y la novela negra, juntas en el crimen
La edad de oro que est¨¢ viviendo la televisi¨®n tiene un marcado car¨¢cter negro. The Wire, Los Soprano, Boardwalk Empire, Fargo, True Detective o Breaking Bad son s¨®lo algunos de los ejemplos. En los ¨²ltimos a?os se ha producido una contaminaci¨®n entre los dos ¨¢mbitos, reflejada en el festival el mismo a?o pasado en forma de mesa redonda. Autores de la talla de Dennis Lehane o Richard Price han pasado de un lado a otro con notable ¨¦xito. El ¨²ltimo en iniciar el viaje, pero en este caso de la televisi¨®n a la novela es Nick Pizzolatto, responsable de True Detective, creador de Galveston, uno de los libros del a?o en el superpoblado y ultracompetitivo mundo de la ficci¨®n criminal.
6.- De Montalb¨¢n a Zan¨®n, llega una nueva generaci¨®n
A finales de los setenta, Montalb¨¢n gana el Planeta y Andreu Mart¨ªn, Jorge Mart¨ªnez Reverte y Juan Madrid publican sus primeras novelas. Son los padres del g¨¦nero en Espa?a. En estos primeros a?os del siglo XXI, el relevo lo han cogido escritores como Carlos Zan¨®n, Alexis Ravelo, Rosa Ribas o V¨ªctor del ?rbol. "Est¨¢n publicando y vendiendo, no venden 100.000 pero venden", asegura Camarasa. Y se dan fen¨®menos editoriales como el de Dolores Redondo. Entre las dos generaciones han sabido mantener el pulso y el list¨®n bien alto Lorenzo Silva (responsable, adem¨¢s, de Getafe Negro) y Alicia Jim¨¦nez Barlett, premio Pepe Carvalho 2015.
7.- Prestigio, premios y dinero. Lo criminal es 'mainstream'
El g¨¦nero negro ha contado siempre con el lastre, azuzado por ciertas pr¨¢cticas editoriales que no han ayudado, de ser un mero entretenimiento, un hermano peque?o de otros g¨¦neros literarios de m¨¢s fuste. Imaginamos que los cr¨ªticos se olvidaban de Jim Thompson o Dashiell Hammett, pero ah¨ª qued¨® la mancha. La entregada inmersi¨®n de John Banville, Pierre Lemaitre y otros en el g¨¦nero parece que han dado la vuelta a la situaci¨®n.
Los premios y el dinero tambi¨¦n han llegado. En 2013 se celebr¨® en BCNegra un acto titulado El tercer planeta. Cuando la novela negra se lleva el premio, que sirvi¨® para celebrar que un autor del g¨¦nero, Lorenzo Silva, ganara el Planeta en 2012. Como muestra de la fortaleza del g¨¦nero, otro jugador del equipo negro, Jorge Zepeda Patterson, se lo ha llevado en 2014. La novela negra es mainstream.
8.- Una constante: el amor por lo italiano y lo Mediterr¨¢neo
BCNegra nunca ha olvidado su pasi¨®n mediterr¨¢nea y especialmente italiana. Por Barcelona han pasado desde 2005 Gery Palazzotto, Massimo Carlotto, Roberto Saviano, Marco Malvadi o Maurizio de Giovanni. Esta historia de amor vivi¨® su bella culminaci¨®n el a?o pasado, con la entrega del Pepe Carvalho a Andrea Camilleri, quiz¨¢s el mayor responsable no escandinavo del boom del g¨¦nero en Espa?a. Prueba de que ese inter¨¦s no desfallece es la presencia este a?o de una de las voces m¨¢s interesantes que han surgido en los ¨²ltimos a?os en la ficci¨®n criminal italiana: Antonio Manzini, bien acompa?ado por Donato Carrisi. Petros Markaris, premio Pepe Carvalho en 2012, visionario griego y hombre que arrastra, literal, a cientos de personas cada vez que habla y a miles cada vez que escribe sobre su maltratada Grecia, completa el panorama.
9.- Otra constante: la corrupci¨®n
Como g¨¦nero por excelencia para preocuparse de la realidad social, la novela negra, y por extensi¨®n los festivales, tratan el tema con especial fruici¨®n. No hay edici¨®n de BCNegra en la que no haya actos mucho m¨¢s pegados a la realidad. En estos diez a?os Espa?a ha dado mucho material a la ficci¨®n. Falta por producir la gran novela de la corrupci¨®n en Espa?a, que habr¨¢ de ser negra por definici¨®n. Aqu¨ª, una gota de esperanza: "Hace 10 a?os hab¨ªa muy pocos corruptos en la c¨¢rcel. Ahora cada vez hay m¨¢s. El que la hace, puede salir en una novela pero adem¨¢s puede acabar entre rejas", zanja Camarasa, comisario y alma de BCNegra. Feliz d¨¦cimo cumplea?os.
'Un se?or llamado John Connolly'
No s¨¦ si encaja como hito del festival en un sentido global o hist¨®rico, pero la visita de John Connolly en 2010 sin duda supuso un hito particular y sospecho que tambi¨¦n para todos aquellos que se cruzaron en su camino. Comencemos por lo personal. Cuatro o cinco a?os atr¨¢s hab¨ªa coincidido por primera vez con el autor irland¨¦s, de visita promocional a Barcelona con uno de sus "Charlie Parkers", no logro recordar cu¨¢l -es lo que tienen las series, ej¨¦rcitos que suelen admirarse por la fuerza ¨¦pica del conjunto antes que por actuaciones individuales -pero s¨ª que charl¨¦ con su responsable en un encuentro con lectores en la librer¨ªa Negra y Criminal y que luego nos fuimos a cenar una paella en grupo por la Barceloneta, a tocar del mar. Se abusa del t¨¦rmino "encantador", un comod¨ªn empleado bajo cualquier comportamiento m¨ªnimamente afable, pero Connolly lo encarn¨® en todas sus letras. Con todo, mi impresi¨®n es que no hubo tiempo de conversar con calma y que este periodista pasar¨ªa a ese limbo donde moran tantos y tantos compa?eros con los que el autor se topa fugazmente en sus giras internacionales. Craso error. Cuatro o cinco a?os despu¨¦s, cuando el escritor regres¨® a la Ciudad Condal invitado por Tusquets y el Comisario Camarasa, la primera imagen que dej¨® en el firmante es recibirlo en el hall de su hotel con un regalo: un pack de DVD con las dos primeras temporadas de una serie de televisi¨®n que recordaba haberle recomendado durante aquella lejana paella degustada junto a la playa.
Y ahora lo colectivo. Los asistentes al acto en el que Connolly presuntamente deb¨ªa hablar del Mal en sus novelas y aprovechar de paso para promocionar su ¨²ltima entrega traducida, Los amantes, se toparon con una lecci¨®n magistral sobre la naturaleza y las aspiraciones del g¨¦nero negro, donde cualquier menci¨®n a su propio universo fue orillada de cara a rendir tributo a su mayor inspiraci¨®n, su dios particular, ese Ross McDonald que utiliz¨® como hilo conductor para conducir al p¨²blico a las entra?as del noir. La periodista Laura Fern¨¢ndez y un servidor ¨¦ramos los te¨®ricos encargados de entrevistarlo pero, a la hora de la verdad, nuestros cuestionarios fundidos en una larga cita desarrollada en una cafeter¨ªa del centro de la ciudad quedaron en papel mojado y nos limitamos a ejercer de felices comparsas. Desde el minuto uno, Connolly se levant¨®, agarr¨® el micro y durante una hora encandil¨® a todos con sus conocimientos y un punto de showman que sabe cu¨¢ndo colocar los chistes y donde lanzar los dardos (Dan Brown fue crucificado con argumentos irrebatibles). Nunca este periodista, que ya ha participado en un buen n¨²mero de actos en el festival, ha escuchado al p¨²blico re¨ªrse tanto y romper a aplaudir con tata frecuencia (definitivamente esto s¨ª es un hito). En la hoja de servicios del creador de Charlie Parker tambi¨¦n cabe resaltar que mostr¨® id¨¦ntico entusiasmo en una librer¨ªa bien modesta de Terrassa el d¨ªa antes (o el d¨ªa siguiente), frente a 15 personas como mucho. Despu¨¦s hemos vuelto a coincidir en Dubl¨ªn y en Madrid, me ha incluido en los agradecimientos de un libro de cuentos polic¨ªacos que edit¨® porque simplemente le suger¨ªa a una autora, me ha regalado m¨¢s DVD y animado a que le pida prestada su casa en Maine. Y todo esto ha hecho el hombre que quiz¨¢ mejor ha teorizado desde la ficci¨®n sobrenatural sobre las ra¨ªces y los componentes del Mal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.