Bonifacio de la Cuadra reivindica la Transici¨®n
El periodista cuenta su versi¨®n de la historia en ¡®Democracia de papel¡¯
El periodista Bonifacio de la Cuadra no defiende la Transici¨®n porque crea que todo se hiciera perfectamente. Tampoco busca favorecer a ning¨²n grupo pol¨ªtico. Lo que quiere es dejar claro que durante el proceso constituyente los periodistas no fueron complacientes. ¡°Yo he enfadado a jueces y pol¨ªticos, porque ejerc¨ªamos la cr¨ªtica al poder y el compromiso con la democracia, que es con lo ¨²nico que hay que tener compromiso en esta profesi¨®n¡±, explica el periodista. Para probar que as¨ª fue, ha contado su versi¨®n de la historia, apoyado en los art¨ªculos que public¨® en EL PA?S durante esa ¨¦poca, en el libro Democracia de Papel (Catarata) que se present¨® el jueves en Madrid.
¡°No es cierto que la pobre democracia que tenemos ahora sea culpa de lo que se hizo entones. Los constituyentes lo hicieron bien, son los constituidos quienes dan pena¡±. De la Cuadra (?beda, Ja¨¦n, 1940) fue miembro del equipo fundador de EL PA?S, donde coordinaba la informaci¨®n parlamentaria y tambi¨¦n ejerci¨® como corresponsal judicial. Por eso se atreve a decir con propiedad que ¡°es m¨¢s criticable la pol¨ªtica y la justicia actual, que aquella que eman¨® de la creaci¨®n de la Constituci¨®n¡±. Y agrega: ¡°El problema no son las reglas del juego¡±. Pero eso no quiere decir que est¨¦ en contra de un cambio. ¡°Hay muchos motivos para modificarla. La monarqu¨ªa, es uno. Otro es que hay partes del texto que no est¨¢n bien explicadas¡ Es dif¨ªcil reformarla, pero es posible¡±, dice el autor.
?Otra vez con su p¨²blico
Con este libro regresa al tema del que ya hab¨ªa escrito en Del consenso al desencanto (1981) y en Cr¨®nica secreta de la Constituci¨®n (1989), escritos con Soledad Gallego-D¨ªaz, que lo acompa?¨® en la presentaci¨®n junto a Jos¨¦ Mar¨ªa Izquierdo y el magistrado Jos¨¦ Ricardo de Prada. ¡°Este libro es prueba de que s¨ª se critic¨® el proceso constitucional, s¨ª se dijeron y se publicaron cosas¡±, le cont¨® Gallego-D¨ªaz a la abarrotada sala del Centro Cultural Blanquerna de Madrid.
Cerca de 100 personas se acercaron a escuchar a ambos ahondar en aquellos tiempos. Al final, los 30 ejemplares que ten¨ªa la librer¨ªa se agotaron en minutos: ¡°Pensaban que yo no ten¨ªa capacidad de convocatoria¡±, brome¨® el escritor, sentado frente a la peque?a multitud que se apilaba para saludarlo, y que lo mantuvo all¨ª hasta que fue hora de cerrar.
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