El lienzo que nunca se ve
?Qu¨¦ sentimos ante un cuadro? ?Qu¨¦ sintieron hace dos siglos? 'Historia de un cuadro' ahonda, a trav¨¦s de El Greco, en el arte, sus dimensiones y las relaciones humanas
Un hombre observa un cuadro, un jarr¨®n con flores. Nada especial, ni llamativo. Alguien m¨¢s entra en el almac¨¦n, una esv¨¢stica rodea su brazo izquierdo. Est¨¢n en un peque?o pueblo alem¨¢n, Hirrlingen, es una ma?ana primaveral de 1936. Y el comienzo de Historia de un cuadro, de Alfonso Zurro, que desde el pasado martes y hasta el 15 de febrero estar¨¢ en la Sala Guirau del Fern¨¢n G¨®mez para seguir hilando el personaje de El Greco (1541-1614) tras el IV centenario de su muerte.
El autor, fascinado por los recovecos sin cubrir de la vida de Domenico Theotocopulos, decidi¨® saltar a ese hoyo, que podr¨ªa parecer inabarcable, de documentaci¨®n sobre el pintor. As¨ª se perfil¨® el camino de intereses, idas y venidas y manipulaciones del cuadro y su porqu¨¦. Cu¨¢l fue la raz¨®n de crearlo. ¡°Estudi¨¦ a fondo todo lo que hab¨ªa; y me di cuenta de que hab¨ªa much¨ªsimas lagunas y dudas. Biogr¨¢ficamente no est¨¢ definido¡±, explica Zurro, con una sonrisa permanente.
Su obra, la del cretense, es lo que permanece, y lo que atrajo a Zurro: ¡°La pintura ofrece una visi¨®n para cada uno, una emoci¨®n individual. La parte personal de El Greco no me atra¨ªa tanto como su obra, y la forma en la que ha llegado al observador¡±. La pieza, de 95 minutos, abarca cinco siglos, desde el encargo del cuadro, en la Roma de 1576, cuando el pintor se instala en Espa?a en un viaje que nunca tendr¨¢ billete de vuelta, hasta el siglo XX, y teje las sinuosas sendas del lienzo. Los dedos que lo asen; las yemas que lo acarician; los ojos que no lo entienden. Sin llegar nunca a mostrarse, es protagonista impl¨ªcito pero oculto.
¡°El imaginario del espectador tendr¨¢ que buscar en su memoria. Cada uno tiene una forma de ver al pintor y si hubi¨¦semos elegido una de sus creaciones, hubi¨¦semos tenido que contar la vida de ese cuadro¡±, apunta el director, incidiendo mucho en el ese. No era algo concreto lo que ¨¦l quer¨ªa mostrar.
'Historia de un cuadro'
Texto: Alfonso Zurro
Producci¨®n: Salvador Collado
Direcci¨®n: Alfonso Zurro
Int¨¦rpretes: Roberto Quintana, Jos¨¦ Manuel Seda, Manolo Caro y Javier Centeno
Duraci¨®n: 95 minutos
Teatro Fern¨¢n G¨®mez, del 3 al 15 de febrero
A ¨¦l la obra lleg¨® por encargo ¡ªalgo que defiende bajo el matiz de que una petici¨®n no es una c¨¢rcel¡ª, y como una peque?a bendici¨®n. Lo destilan sus escasos pesta?eos al desgranar la obra, sus gestos concisos y su discurso vivaracho pero concreto; tambi¨¦n se filtra por el cuidado que ha puesto en orquestar una pieza con tintes policiacos y cronol¨®gicamente inversa. ¡°Aqu¨ª no hay un d¨®nde al que llegar o un qu¨¦. Sabes el final, pero lo que buscamos es el origen, de d¨®nde viene todo¡±. Y c¨®mo sucede. C¨®mo es la relaci¨®n, a lo largo de ese dilatado espacio de tiempo, entre el p¨²blico y una obra. Sobre todo con el cretense, que durante siglos no ostent¨® el t¨ªtulo de genio y no fue sino el tiempo quien lo empuj¨® hasta el lugar que ocupa ahora.
La inversi¨®n temporal y el ritmo ligero de la pieza han sido un tour de force para los actores ¡ªRoberto Quintana, Jos¨¦ Manuel Seda, Manolo Caro y Javier Centeno¡ª, que apuran el tiempo para el cambio de vestuario y de registro; tambi¨¦n para Curt Allen Willmer, que ha creado un espacio m¨®vil de im¨¢genes gigantes que acrecienta la sensaci¨®n (no sin intenci¨®n) de que el libreto va m¨¢s all¨¢ de la historia de un cuadro.
¡°Todo en el teatro habla, en el fondo, de las relaciones humanas. Es el objetivo, comprendernos a trav¨¦s de los personajes, vernos reflejados, mirarnos desde otra perspectiva¡±. El resultado es una obra sin premisas en bandeja, di¨¢fana, impregnada de la subjetividad inherente al arte y del di¨¢logo inevitable entre la tela impregnada de pintura y vida y los ojos que la observan.
Babelia
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