F¨²tbol, poder, delitos y novela negra: un p¨®quer perfecto
El deporte rey atrae dinero, corrupci¨®n y estructuras mafiosas a partes iguales La literatura negra se ha lanzado de lleno sobre este tema. Hablamos con los protagonistas
¡°El mejor momento para cometer un crimen es durante un partido de f¨²tbol porque nadie se entera¡±, asegura el escritor peruano Santiago Roncagliolo. El autor de Pena m¨¢xima (Alfaguara) tambi¨¦n ha subrayado en varias ocasiones el olvido del f¨²tbol por parte de la literatura. Su novela no es futbolera, pero est¨¢, como la vida misma, transida de f¨²tbol. Tras el esc¨¢ndalo de los sobornos de la FIFA, el Moggigate en Italia, el proceso derivado del fichaje de Neymar, el caso Messi o las sospechas sobre la compra de partidos en Espa?a los delitos cometidos en el mundo del deporte rey cobran especial relevancia. El poder y la presencia amenazante de determinados grupos ultras completan un panorama poco halag¨¹e?o. La novela negra se ha lanzado de lleno a pagar una de las deudas tradicionales de la literatura y BCNegra dedica uno de sus actos centrales de este jueves al asunto. Hablamos con algunos de los protagonistas y con los escritores que se atreven con el lado oscuro y a veces criminal del f¨²tbol.
¡°No creo que la corrupci¨®n est¨¦ matando al f¨²tbol, a no ser que hablemos de la FIFA¡±
?Por qu¨¦ hasta ahora nadie le hab¨ªa prestado la atenci¨®n que merece? ¡°Creo que, por un lado, hab¨ªa un punto despectivo a la hora de escribir sobre f¨²tbol, aunque muchos escritores fueran futboleros. Al mismo tiempo, la novela negra era considerada como un subg¨¦nero. La dignificaci¨®n de los dos ¨¢mbitos se ha producido a la vez¡±, asegura Leandro P¨¦rez, autor de Las cuatro torres (Planeta), un libro sobre la especulaci¨®n y los manejos del f¨²tbol.
?El f¨²tbol est¨¢ irremediablemente corrupto? "La corrupci¨®n es tan antigua como la ley del fuera de juego" explica Horacio Convertini, ganador del premio Extremo Negro BAN 2013 con su novela El ¨²ltimo milagro.? ¡°No creo que la corrupci¨®n est¨¦ matando al f¨²tbol, a no ser que hablemos de la FIFA¡±, asegura, siempre provocador, el escoc¨¦s Philip Kerr. Futbolero irredento, fan incondicional del Arsenal, Kerr acaba de publicar Mercado de invierno (RBA), posiblemente la aproximaci¨®n m¨¢s certera hasta el momento a estos problemas. En una conversaci¨®n con EL PA?S plagada de cr¨ªticas a la FIFA, Kerr apunta a uno de los grandes problemas del f¨²tbol: el dinero y los salarios de los jugadores. ¡°Los clubes no van a poder seguir a este ritmo y los aficionados tampoco podr¨¢n aguantar para siempre las subidas del precio de las entradas¡±, afirma poniendo el dedo en la llaga. ¡°En 20 a?os el f¨²tbol va a ser irreconocible¡±, asegura antes de reconocer que no sabe en qu¨¦ sentido. ¡°Puede que la incorporaci¨®n definitiva de EE UU al espect¨¢culo cambie el deporte, pero me da la impresi¨®n de que lo que har¨¢ ser¨¢ acentuar el poder del dinero en el f¨²tbol¡±.
La mafia y la ley del silencio
En su peor versi¨®n, el f¨²tbol copia los c¨®digos del mundo del crimen. El dinero ingente que llega desde las apuestas genera otro peligro. La compra de partidos est¨¢ a la orden del d¨ªa y salpica a jugadores, t¨¦cnicos y directivos. Pero nadie parece haber hecho nada. ¡°Se necesitan testimonios que corroboren que se actu¨® de manera il¨ªcita. Y estos testimonios est¨¢n dentro. Pero, ?qui¨¦n es el valiente en activo que delata a su equipo o exequipo? Ser¨ªa la sentencia de muerte a su carrera¡±, cuenta Paz Castell¨®, autora de La muerte del 9 (ediciones Turpial), una visi¨®n cr¨ªtica de este submundo en forma de novela negra. Como antigua jefa de prensa del H¨¦rcules, uno de los equipos implicados m¨¢s de lleno en un caso de compra de partidos, Castell¨® sabe de lo que habla.
La violencia ha invadido el mundo del f¨²tbol desde siempre. El fen¨®meno, que alcanz¨® sus peores momentos en Europa en los a?os ochenta, sigue muy vivo en Am¨¦rica Latina, especialmente en Argentina. Convertinni, que ahonda en el problema del poder de las barras bravas en El ¨²ltimo milagro, habla de una situaci¨®n inquietante, de organizaciones que en nada tienen que envidiar a la cosa nostra. ¡°Las barras son utilizadas como fuerza de choque por sindicalistas y pol¨ªticos a nivel nacional y provincial. Y son alfiles decisivos en la pol¨ªtica interna de los clubes.Ya no se trata s¨®lo de regalar entradas o pagar viajes. Les ceden el control de los puestos de comida en el estadio, de los estacionamientos de autos y han existido casos en que las barras pasaron a manejar las divisiones menores de alguna instituci¨®n. Y en este juego de extorsiones tambi¨¦n caen jugadores y entrenadores, quienes pagan peaje para no ser insultados a la primera derrota. Los l¨ªderes de las barras, son, a veces, empleados p¨²blicos con salario y estabilidad laboral garantizada¡±
Dinero, poder y perd¨®n, tr¨ªo mortal
El capital llega en masa desde todos los rincones del planeta. Primero fueron los oligarcas rusos y los pr¨ªncipes de las monarqu¨ªas petroleras y ahora son los magnates chinos. Donde hay dinero hay corrupci¨®n y en ning¨²n sitio hay m¨¢s dinero que en el f¨²tbol, coinciden en se?alar todos los entrevistados.
¡°Las barras bravas son utilizadas como fuerza de choque por sindicalistas y pol¨ªticos a nivel nacional y provincial.
¡°El f¨²tbol no vive en una burbuja¡±, afirma Leandro P¨¦rez. ¡°Pero este chorro de dinero hace que se expanda m¨¢s y haya m¨¢s historias relacionadas con los fichajes , con la especulaci¨®n, la ingenier¨ªa financiera¡± a?ade. Carles Qu¨ªlez, ex director de an¨¢lisis de la Oficina Antifraude de Catalu?a, periodista y escritor pone sus a?os de experiencia contra esa llamada ingenier¨ªa financiera al servicio de quien quiera escuchar: ¡°El nivel de corrupci¨®n es similar al de otros ¨¢mbitos, incluido el pol¨ªtico. Nuestros deportistas defraudadores act¨²an a t¨ªtulo individual, asesorados, esos s¨ª, por los mismos que asesoran, a t¨ªtulo colectivo, a grandes estructuras pol¨ªticas. Siempre son los mismos¡±, se?ala. El autor de Manos Sucias (Alrev¨¦s) avisa de que el f¨²tbol no deja de pervertirse y pone su atenci¨®n en un problema cl¨¢sico e ignorado hasta el caso Neymar: las comisiones de los fichajes. ¡°Claro que se inflan los fichajes con comisiones grotescas, pero hacemos ver que no lo vemos porque los clubes juegan, a la postre, con nuestros sentimientos y nuestras debilidades¡±, explica. ¡°El caso Messi no ha servido de nada. S¨®lo ejemplariza la c¨¢rcel¡±, termina.
Ante estos desmanes, el aficionado mira a otro lado sin inmutarse y busca refugio en la ficci¨®n y el espect¨¢culo. Perdona. ¡°El ser humano, puesto en modo hincha de f¨²tbol, vive en estado de ingenuidad. Es un sentimiento que iguala a todos. En su infancia han comprado el producto y no hay forma de que acepten de que se trata de una manzana podrida¡±, asegura Convertinni, ¡°cultor de esta pasi¨®n malsana¡± y cuyo amor por San Lorenzo, confiesa, saca lo peor de ¨¦l.
Los fichajes se inflan con comisiones grotescas, pero hacemos ver que no lo vemos porque los clubes juegan, a la postre, con nuestros sentimientos y nuestras debilidades¡±
Hay profundas aproximaciones a todos estos problemas (El lado sucio del f¨²tbol, VV. AA. , Planeta, es uno de los grandes ejemplos), otras menos cr¨ªticas y mucho m¨¢s literarias (Tres actos y dos partes, Giorgio Faletti, Anagrama) y otras inclasificables, como la novela que public¨® Javier Tebas, presidente de la Liga, bajo el ingenuo y voluntarioso t¨ªtulo de El f¨²tbol no es as¨ª (Tropo), pero parece que la inmersi¨®n del g¨¦nero negro en este ¨¢mbito no ha hecho m¨¢s que empezar. ¡°La novela negra es un terreno de juego muy adecuado para adentrarse en este mundo. El f¨²tbol no se se juega s¨®lo en el bar o en el campo, sino que es un espect¨¢culo que se extiende a otros ¨¢mbitos y el de la literatura, que no est¨¢ explorado, tiene todo su su inter¨¦s¡±, abunda Leandro P¨¦rez, que, tras su debut, tiene preparadas varias novelas m¨¢s sobre el tema.
La pregunta sobre c¨®mo ser¨¢ el f¨²tbol en 20 a?os genera casi tantas dudas y titubeos como la de cu¨¢l ser¨¢ el estado de la novela negra para entonces. El escritor Ernesto Mallo dec¨ªa este martes en Barcelona que el crimen no es un virus externo a la sociedad, sino algo intr¨ªnseco a ella y, por tanto, inevitable. Si esa misma sociedad planetaria tiene en el f¨²tbol su altar y en los jugadores sus dioses, parece dif¨ªcil que vaya a escapar del lado oscuro. La novela negra tiene terreno abonado para las pr¨®ximas d¨¦cadas.
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