El libro electr¨®nico toca su techo
Un estudio dado a conocer en el Hay Festival indica que a¨²n le queda tiempo al papel
Es un hecho: durante un buen tiempo el libro electr¨®nico compartir¨¢ el mercado con los textos impresos. La informaci¨®n m¨¢s actualizada que maneja el periodista Fernando Garc¨ªa Mongay, editor y organizador del Congreso del Libro Electr¨®nico (Barbastro, Espa?a) y del Congreso de Periodismo de Digital de Huesca, sugiere que ambos soportes tienen y tendr¨¢n p¨²blico cautivo y posibilidades de desarrollo para muchos a?os. La ca¨ªda de la circulaci¨®n y la impresi¨®n de textos obedece a otras razones. El 35% de los espa?oles, por ejemplo, no tiene h¨¢bito de lectura. Lee muy poco o nada.
La ponencia de Garc¨ªa, quien repas¨® la actualidad del sector en el Hay Festival, sugiere entonces que es un error plantear la consolidaci¨®n de la lectura en dispositivos m¨®viles como el anuncio de que pronto desaparecer¨¢n los libros. Ser¨¢ la del impreso una vida larga que apenas empieza a dar muestras de agotamiento. Un dato puede ser extrapolado al mundo editorial para contextualizarlo: en Espa?a la circulaci¨®n de los peri¨®dicos ha ca¨ªdo a casi la mitad de las cifras de 2001 (4.274.323 diarios contra 2.209.000 a octubre de 2014). Esto ha provocado que los medios de comunicaci¨®n sigan buscando con ah¨ªnco el santo grial del modelo de negocios que potencie econ¨®micamente sus versiones web. Por ahora las grandes marcas de la informaci¨®n est¨¢n invirtiendo en sus equipos y en tecnolog¨ªa para esperar mejor preparados ese momento.
Garc¨ªa Mongay ha instado a las editoriales a seguir ese ejemplo, pero por ahora se desconoce si tienen planes para disputarle a los nuevos jugadores que tienen el patrimonio de la distribuci¨®n y edici¨®n de los libros electr¨®nicos: Google y Amazon, cuyo producto estrella, Kindle, controla entre 60% y 70% del mercado de venta de los libros electr¨®nicos. En Espa?a hay un enorme potencial. Se calcula que 22,7% de los hogares tienen al menos un dispositivo para libros electr¨®nicos. El Kindle o la tableta es el dispositivo que m¨¢s crece en las casas de los espa?oles, seg¨²n una encuesta de Telef¨®nica. ¡°Ahora est¨¢n creadas las condiciones para que a quien le gusten leer en los nuevos soportes disfrute de la experiencia¡±, afirma el periodista.
?Pero hasta qu¨¦ punto esos datos son la consecuencia de la novedad y el af¨¢n de consumo? Garc¨ªa Mongay no tiene cifras precisas, pero conoce otros estudios que anticipan un crecimiento lento, casi imperceptible, de los lectores electr¨®nicos. Un informe de la consultora Deloitte indica que de los 83 millones de norteamericanos que pertenecen a la generaci¨®n de los Millenials, la generaci¨®n que tiene entre 18 y 34 a?os, que son las personas m¨¢s ganadas a consumir literatura en soportes no tradicionales, prefieren invertir en contenidos hechos para la televisi¨®n ¨Cunos 319 d¨®lares de los 750 que gastar¨¢n anualmente de media- y solo 19 para los diarios. Esto quiz¨¢ explique la convivencia de lo impreso y lo electr¨®nico durante varios a?os. Uno no tiene la fuerza suficiente para arrollar al otro. Y el otro es, con diferencia, la forma preferida de lectura.
Otros datos aportados por la conferencia sobre el libro electr¨®nico apuntan en es direcci¨®n. De acuerdo con la firma Nielsen, la venta de textos electr¨®nicos en Estados Unidos cay¨® 2 por ciento en el tercer trimestre de 2014 del marcador de 23 por ciento alcanzado en enero. Es casi un consumo invariable. Ese entusiasmo que provoc¨® la aparici¨®n de la primera generaci¨®n de IPad hace cinco a?os y la transformaci¨®n de los tel¨¦fonos m¨®viles en un h¨ªbrido entre la famosa tableta de Apple y los peque?os m¨®viles inteligentes del segundo lustro de la primera d¨¦cada de 2000, hizo pensar que estaba a la vuelta de la esquina la desaparici¨®n de los impresos. No ha sido as¨ª y no ser¨¢ as¨ª por un buen tiempo.
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