Hacer escritores
Las escuelas de escritura se reinventan en internet mientras aguardan su homologaci¨®n
"?El escritor nace o se hace?". La pregunta, ya cl¨¢sica, no ha tenido mejor respuesta que la dada en su d¨ªa por Augusto Monterroso: "No recuerdo a ning¨²n escritor que no haya nacido". M¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota, que Clara Obligado recuperaba semanas atr¨¢s en su repaso a la historia de los talleres literarios en Espa?a, el debate vuelve a estar de actualidad: por la muerte de Jos¨¦ Manuel Lara, un 'hacedor' de escritores que encontraron en su modelo el camino hacia la profesionalidad; por los innumerables reportajes que ha propiciado el boom de la ense?anza de la escritura (el ¨²ltimo, en La 2 de TVE bajo el t¨ªtulo Aprender a escribir); por la diversificaci¨®n de internet, que ha permitido que la red pretenda formar a escritores mediante blogs, v¨ªdeos, podcasts, app's e incluso perfiles de Twitter y Facebook... Desde el a?o 2005, en el que Andr¨¦s Ib¨¢?ez dictaminaba desde un debatido an¨¢lisis en Revista de Letras que "suponer que los escritores no tienen que aprender su oficio es, en el fondo, suponer que los escritores no tienen oficio", las cosas han cambiado.
Las escuelas de escritura se expanden como la p¨®lvora en su dimensi¨®n virtual y aguardan su homologaci¨®n
En s¨®lo una d¨¦cada, la denominaci¨®n original de 'taller literario' se ha ido restringiendo a la oferta de ciertos profesores, muchos de ellos autores (como la veterana Obligado, que import¨® el modelo desde Argentina), y ha dado paso a la m¨¢s ambiciosa 'escuela de escritura', buena parte de la cual se ha expandido como la p¨®lvora en su dimensi¨®n virtual. As¨ª, referentes tan sonados en Espa?a como la Escuela de Escritura del Ateneo Barcelon¨¦s (la m¨¢s grande de Europa y la segunda del mundo, con m¨¢s de 2.000 alumnos el ¨²ltimo curso, la mayor¨ªa en el itinerario de narrativa) y la madrile?a Escuela de Escritores (hermanada con la primera y creadora de un conocido m¨¢ster de narrativa) no han dejado en los ¨²ltimos tiempos de potenciar sus cursos a distancia, creando prestigiosos itinerarios on line que, adem¨¢s, se promocionan sin cesar en las redes (por ejemplo, con clips como este en Youtube).
En la misma l¨ªnea, casos intermedios como los de Fuentetaja, Hotel Kafka o el m¨¢ster en creaci¨®n literaria de la Universitat Pompeu Fabra (admitido, como las escuelas barcelonesa y madrile?a, en la European Association of Creative Writing Programmes) suponen hoy la punta de un iceberg que jam¨¢s ha tenido parang¨®n en nuestro pa¨ªs, y que reclama con fuerza estudios reglados u homologados como en los pa¨ªses anglosajones (en Estados Unidos hay ejemplos como el MFA de Ana Merino en Iowa).
Mientras, en Latinoam¨¦rica, cuna del fen¨®meno en los 70, la proliferaci¨®n de alternativas no impide que la mexicana Escuela de SOGEM, vinculada a la sociedad de autores del pa¨ªs, y la argentina Casa de Letras, tambi¨¦n con aula virtual, se alcen como insoslayables. Es el momento de navegar y explorar, si les gusta escribir; como dice Alessandro Baricco, creador de la exitosa Scuola Holden, s¨®lo hacen falta dos cosas: saberse hacedor de historias, en el formato que sea, y aceptar que vivimos malos tiempos. Los buenos para escribir, para aprender a hacerlo.
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