En la arcadia vasca de Orson Welles
El cineasta rod¨® en 1955 dos rarezas que el Festival de Documentales de Navarra recupera

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Un Orson Welles entre meditabundo y juguet¨®n, un algo ¨¦pico y se dir¨ªa que un punto impostor, mira hacia el lugar donde el contorno de los Pirineos va muriendo hacia el mar de San Juan de Luz, de Sokoa, de Gu¨¦thary, de la costa vascofrancesa. Susurra:
¡°No son mediterr¨¢neos, ni alpinos, magiares, celtas, germanos, sem¨ªticos, escandinavos ni arios. Nadie sabe qui¨¦nes fueron sus antepasados. Seg¨²n ellos, Ad¨¢n y Eva eran vascos puros. Son como los pieles rojas de Am¨¦rica. Estaban aqu¨ª antes de que llegaran otros europeos. Hablan una lengua propia y extra?a de origen desconocido. No. Los que aqu¨ª viven no son ni franceses ni espa?oles. Son vascos, y el surgimiento y ca¨ªda de otras rep¨²blicas y de otros reinos nunca les han hecho olvidar que son¡ vascos¡±.
?Un vadem¨¦cum, un nuevo eslogan para un nuevo partido nacionalista vasco? No. La peliculita en cuesti¨®n se titula La tierra de los vascos y, junto a una segunda pieza del mismo Welles, La pelota vasca, constituye uno de los platos m¨¢s apetecibles (por la rareza y dificultad de verlos en pantalla grande) del Festival Internacional de Cine Documental de Navarra Punto de Vista, cuya IX edici¨®n arranc¨® este lunes en el Baluarte de Pamplona y que este a?o dedica todo un ciclo a la vieja fascinaci¨®n del mundo el cine por el microcosmos incrustado a ambas orillas del Bidasoa. Este a?o se cumplen tanto el centenario del nacimiento como los 30 a?os de la muerte del cineasta.
Verano de 1955. El cineasta que 14 a?os antes ¡ªapenas 26 cumplidos¡ª hab¨ªa asombrado al mundo con su Ciudadano Kane, paseaba su f¨ªsico masivo y su cabeza privilegiada por los valles y los montes de Iparralde, el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. Seguramente escapando de las tempestades (tradicionales, por otra parte, en su relaci¨®n con la industria) ocasionadas por la postproducci¨®n, montaje y estreno mundial de su pel¨ªcula Mister Arkadin, ciudadano Welles hab¨ªa aceptado un encargo de la BBC para contar, a trav¨¦s de minidocumentales para televisi¨®n sus personales e intransferibles visiones del mundo. Y decidi¨® empezar la serie Around the world por all¨ª, por aquella arcadia misteriosa de la que no ten¨ªa ni muchos ni pocos datos.

Pero ten¨ªa uno: su amigo, el periodista estadounidense Charles Wertenbaker, antiguo editor de la revista Time y su mujer, la periodista y escritora Lael Tucker, y los hijos de ambos, Chris y Timberlake, se hab¨ªan instalado all¨ª, concretamente en el encantador pueblecito de Ciboure (Ziburu en su nombre vasco). ?Qu¨¦ mejor contacto para arrancar?
Pero poco antes de viajar a la tierra de los vascos, Charles Wertenbaker muri¨®. Orson Welles no se desanim¨®. Hab¨ªa conocido a su querido amigo en los Sanfermines y con ¨¦l hab¨ªa compartido dos aficiones: la fiesta y Shakespeare. Ahora compartir¨ªan otra cosa: a Chris, el hijo menor de los Wertenbaker. El cineasta contrat¨® a la madre, que acabar¨ªa firmando el montaje y pr¨¢cticamente el guion de los dos documentales, y le pidi¨® que el peque?o Chris (de 11 a?os) fuera su gu¨ªa.
¡°Orson Welles era una persona muy imponente. Lo pas¨¦ muy bien con ¨¦l , pero tampoco puedo decir que conocerlo me impactara hasta el extremo de convertirme en un profundo admirador suyo. Lo disfrut¨¦, eso s¨ª, como un cin¨¦filo m¨¢s, sobre todo como actor en El tercer hombre¡±, rememoraba Chris Wertenbaker, reci¨¦n llegado a Pamplona desde Nueva York, donde alterna su vida entre las obligaciones profesionales de la neuroftalmolog¨ªa y la afici¨®n por el flamenco y los instrumentos de cuerda orientales. De hecho, este lunes ofreci¨® un peque?o recital tras la inauguraci¨®n, que lleg¨® en forma de conferencia del escritor Bernardo Atxaga.
El autor de Obabakoak es un experto en las aproximaciones que el mundo del cine, y en especial Orson Welles, han hecho al Pa¨ªs Vasco a lo largo del tiempo. ¡°Euskal Herria siempre fue ese lugar al que seg¨²n la visi¨®n rom¨¢ntica de Humboldt, de El buen salvaje o de Merim¨¦e se consider¨® diferente¡ la Rep¨²blica del Bidasoa, como le llamaban¡ y adem¨¢s, en la guerra fue un lugar de paso clave entre el norte y el sur de Europa, y sobre todo de los pilotos aliados que ca¨ªan en combate en B¨¦lgica, en Inglaterra, en Francia¡ Florentino Goikoetxea, por ejemplo, era un mugalari (pasador de fronteras) de Hernani que pas¨® a 227 pilotos, y a quien condecor¨® el mismo Eisenhower¡±.
Atxaga considera, no sin un deje de sorna, que Welles se permiti¨® ¡°bastantes licencias po¨¦ticas¡± rodando las andanzas de pelotaris, taberneros, pastores y dantzaris. Y tiene bastante claro cu¨¢l pudo ser el detonante del inter¨¦s del cineasta: un art¨ªculo que su amigo Charles Wertenbaker public¨® en 1950 en la revista The New Yorker sobre¡ la caza de palomas en la localidad navarra de Etxalar, a dos pasos de la frontera. Ah¨ª pudo empezar a forjarse la arcadia vasca del ciudadano Welles¡
De Lumi¨¨re a Iosseliani
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El Festival Punto de Vista recupera su car¨¢cter anual y su esperanza de vida tras los consabidos vaivenes pol¨ªtico-econ¨®micos (ahora el Gobierno de Navarra apuesta por este interesant¨ªsimo certamen). En su nueva sede del palacio del Baluarte, el equipo coordinado por el cineasta navarro Oskar Alegr¨ªa sirve desde hoy un men¨² a priori exquisito. Junto a La Regi¨®n Central ¡ªsecci¨®n competitiva¡ª y los ciclos dedicados a las islas, a la cineasta y poeta escocesa Margaret Tait y al artista Isidoro Valc¨¢rcel, destaca la secci¨®n Chez les basques. Se trata de un viaje por la fascinaci¨®n que, desde los hermanos Lumi¨¨re (Les rochers de la Vierge, 1896) hasta el gran poeta del blanco y negro Lous Delluc (Le chemin d'Ernoa, 1921), pasando por Maurice Champreux, Hubert Knapp, el cine nazi-propagand¨ªstico de Herbert Brieger o los particulares universos de Welles y Otar Iosseliani (que asistir¨¢ al certamen), ejerci¨® el Pa¨ªs Vasco sobre los cineastas a trav¨¦s del tiempo.
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