Ascensor social a la planta s¨®tano

El amor imposible de Romeo y la Juli, protagonistas de un programa de telealienaci¨®n inspirado en Gand¨ªa Shore, cuyos participantes son separados en dos casas (como en Gran Hermano VIP 3), para que compitan por el favor de la audiencia. Hey boy, hey girl, de Jordi Casanovas, funci¨®n interpretada brillantemente por La Joven Compa?¨ªa, cuyos actores tienen entre 18 y 25 a?os de edad, es una relectura de Romeo y Julietadirigida a los telespectadores de clase media baja de una generaci¨®n contra la cual se urden con ¨¦xito enorme programas como el de MTV mencionado.

La trifulca barriobajera que se arma al inicio entre los Mantecas y los KPL, evoca las peleas de Montescos y Capuletos del ballet de Prokofiev y las de Sharks contra Jets, de West Side Story, pero la intervenci¨®n brechtiana de un c¨¢mara de televisi¨®n, que manda parar a los contendientes, viene a mostrarnos que aqu¨ª no se trata tanto de recrear un conflicto dram¨¢tico entre familias o entre bandas como de teatralizar de manera cr¨ªtica un tipo de experimentos sociol¨®gicos in vivo, destinados a mantener a un sector amplio de la poblaci¨®n distra¨ªdo de los problemas que le afligen e ignorante de quienes los causan.

A partir de la an¨¦cdota de la novela de Mateo Bandello, que inspir¨® sendas versiones de la tragedia de los amantes veroneses a Shakespeare, Lope de Vega, Rojas Zorrilla y Crist¨®bal de Rosas (ser¨ªa bueno que el programa de mano mencionara el nombre de qui¨¦n es fuente primaria de todos ellos, para no seguir difundiendo la peregrina idea de que la peripecia de Romeo y Julieta es invenci¨®n del Bardo), Casanovas hace un retrato nada complaciente de esa juventud escasamente formada que se agarra como a un clavo ardiendo a la supuesta oportunidad que le ofrecen programas como Gand¨ªa Shore (¡°la pe?a vendr¨¢ a verme a m¨ª. Las t¨ªas har¨¢n cola para bailar conmigo¡±, especula Benvo, primo de Romeo, que trabaja de segurata en una disco), pero se?ala tambi¨¦n, a trav¨¦s de Loren, el Fray Lorenzo de esta versi¨®n, que tales productos son un bien afinado instrumento de cosificaci¨®n de masas.

Los int¨¦rpretes tienen todos frescura, pero la impronta ca?¨ª genuina del Benvo de Pablo B¨¦jar, reci¨¦n salido del horno de Pan Bendito, resulta fascinante. Tambi¨¦n irradian luz la Merche de Ana Ca?as y el Floro de Enrique Cervantes, y desencanto el Loren de Alberto Novillo. El muy buen contacto f¨ªsico entre el elegante Romeo de Alejandro Villaz¨¢n y la desenvuelta Juli de Sara Sierra, le insufla un plus de cr¨¦dito a su apasionada relaci¨®n. En un tris, el texto pasa del lenguaje poligonero al elevado, y el afinado montaje de Jos¨¦ Luis Arellano, del costumbrismo y la estampa social, al drama po¨¦tico bien temperado. El espect¨¢culo, producido con gusto y medios, va como un tiro: contiene dosis generosas de diversi¨®n inteligente para el p¨²blico colegial que llena las matinales del Conde Duque, pero entretiene tambi¨¦n y da que pensar al espectador avezado de las funciones de tarde.