La radio nuestra de cada d¨ªa
La primera obligaci¨®n de la radio no es ¡°comunicar a¡±, sino ¡°comunicar con¡±, por eso tiene abierto su micr¨®fono a la participaci¨®n de los oyentes. Hagamos radio juntos, esta es su tarea

Por decisi¨®n de las Naciones Unidas, el 13 de Febrero es el d¨ªa Mundial de la Radio. Por decisi¨®n de la propia radio, cada d¨ªa del a?o es su d¨ªa mundial.
La radio es una formidable adicci¨®n. Lo sabe I?aki Gabilondo, mi rival en las ondas, y a la vez, hermano del alma. Lo saben todos los que hacen radio y lo sabemos todos los que la hemos hecho. No podemos vivir sin ella. Hablamos radio, comemos radio, respiramos radio, so?amos radio, pues esta radio nuestra es un acto apasionado, es ilusi¨®n y reflexi¨®n, atracci¨®n y contagio, exigencia y posesi¨®n. M¨¢s que profesi¨®n es emoci¨®n, m¨¢s que labor es amor.
Es dif¨ªcil resistirse a su fascinaci¨®n. Es un medio que seduce, una llama que nos llama, porque no se conecta, se enciende. Los griegos llamaban entusiasta a quien hab¨ªa sido arrebatado por un dios. La radio participa de ese arrebato, porque gracias a su entusiasmo, nada es imposible y todo puede ser radio. Puede hacerse planetaria sin dejar de ser castiza. Convierte el mundo en una aldea, y transforma la aldea en un mundo.
"El sonido es la realidad. La m¨²sica es la utop¨ªa. La palabra es la persona"
Es imposible aburrirse, hay mil historias que narrar, mil encuentros que concertar. La radio viaja por los m¨²ltiples paisajes de nuestra tierra, hace postales sonoras de sus pueblos, admira sus encantos naturales, recorre sus museos, estrena sus teatros, sube a la monta?a y baja a la mina, entra en palacios y tabernas, y todo lo hace con un ¨²nico objetivo: agarrar a la vida de las orejas, a trav¨¦s de tres cosas que vuelan: palabra, m¨²sica y sonido. El sonido es la realidad. La m¨²sica es la utop¨ªa. La palabra es la persona.
Radio de persona a persona. Para la radio, nada humano le es ajeno, apuesta por las palabras libres y felizmente est¨¢ vacunada contra todo tipo de vanidades. Porque la fuerza de la radio no es suya, es prestada. Son los oyentes quienes la conceden, y de la misma forma que la dan, la quitan.
La primera obligaci¨®n de la radio no es ¡°comunicar a¡±, sino ¡°comunicar con¡±, por eso tiene abierto su micr¨®fono a la participaci¨®n de los oyentes. Hagamos radio juntos, esta es su tarea. Se ha terminado la radio unidireccional, de discurso monocorde y pensamiento ¨²nico. No es una c¨¢tedra, un estrado, un laboratorio de sermones o una factor¨ªa de consignas, sino un punto de encuentro, una plaza mayor donde se contrastan pareceres, un foro de debate donde lo importante no es hablar m¨¢s alto, sino razonar m¨¢s claro.
"Hay que eliminar los molestos invitados y recorrer las ondas ligeros de equipaje"
La segunda obligaci¨®n de la radio es huir de algunos enemigos que contaminan su mensaje. Enemigos como la banalidad, la falta de rigor, la improvisaci¨®n, el hablar por hablar, el darlo todo por bueno, el griter¨ªo, la burocracia, el oficialismo, la sumisi¨®n a la publicidad, la docilidad a la voz de su amo.
Hay que eliminar este tipo de molestos invitados y recorrer las ondas ligeros de equipaje. Es preferible equivocarse sin ellos. Los errores ser¨¢n m¨¢s disculpables, siempre y cuando la radio siga siendo leal a su vocaci¨®n de osad¨ªa, se aleje de la tibieza y la rutina, y prefiera arrojarse a la piscina de la sorpresa, en vez de caminar por el sendero trillado del conformismo.
A la radio hay que acudir con el firme prop¨®sito de contagiarse. Hay que entrar en sus estudios con vocaci¨®n de estreno. Con la emoci¨®n del principiante y con el bagaje del veterano.
La radio no necesita la imagen, porque estimula la imaginaci¨®n, y desarrolla, en toda su extraordinaria complejidad, la comunicaci¨®n total, que nace con la informaci¨®n, crece con la opini¨®n, se contrasta con la controversia, se viste de gala con el espect¨¢culo, se llena de alegr¨ªa con el humor, e integr¨¢ndolo todo, crea un ¨¢mbito sonoro, de voces, palabras, m¨²sicas y sonidos, que nos ofrecen un exacto reflejo de nuestras vidas.
Transformar lo cotidiano en maravilloso, la monoton¨ªa de la costumbre en la emoci¨®n de la primera cita. As¨ª es la radio del D¨ªa Mundial. As¨ª es la radio nuestra de cada d¨ªa.
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