As¨ª derrot¨® la crisis al consumo cultural en Espa?a
La asistencia de los espa?oles a cines, teatros, librer¨ªas y tiendas de discos cay¨® un 27,7% de 2008 a 2014. M¨¢s de 4.000 empresas del sector cerraron en seis a?os
La cultura en Espa?a va por la orilla del nuevo tiempo digital por el que transcurre el mundo contempor¨¢neo. El consumo de bienes culturales ha bajado un 27,7% en seis a?os, y el acceso a Internet ha retrocedido y asoma al pa¨ªs en el concepto de ¡°empobrecimiento digital¡±. Un 4,5 es la nota media que dan los expertos y los gestores a las pol¨ªticas p¨²blicas y privadas del sector, seg¨²n el II Informe sobre el Estado de la Cultura en Espa?a: la salida digital, de la Fundaci¨®n Alternativas (FA), que presentar¨¢ este jueves. En tres a?os, la situaci¨®n cultural del pa¨ªs, en cuanto a gesti¨®n, ha pasado de estar en la encrucijada a ¡°las peores perspectivas imaginables¡±, si no se toman medidas pronto, dice Nicol¨¢s Sartorius, vicepresidente ejecutivo de FA, quien habla de ¡°desastre¡± cuando se refiere a las pol¨ªticas de apoyo a la cultura.
Aunque el valor de la cultura no se puede cuantificar, el impacto de sus pol¨ªticas s¨ª tiene n¨²meros, seg¨²n este informe, de 2008 a 2013-14. Se trata del periodo de la crisis, ¡°pero no todo lo malo se puede atribuir a ella. Tambi¨¦n hay una cierta resistencia y falta de ingenio para asumir la transici¨®n al nuevo paradigma¡±, reflexiona Sartorius.
Los n¨²meros hablan: mientras el sector representa entre el 3,5% y el 4% del Producto Interior Bruto (PIB), el consumo ha pasado de 17.000 millones de euros en 2008 a 12.000 millones en 2013, es decir, 5.000 millones de euros menos (ver cifras completas en el recuadro).
Descensos y retrocesos
- El sector representa entre el 3,5% y el 4% del Producto Interior Bruto (PIB).
- El consumo de bienes culturales ha descendido un 27,7%, en seis a?os. Ha pasado de 17.000 millones de euros en 2008 a 12.000 millones en 2013, es decir, 5.000 millones de euros menos.
- Cada espa?ol gasta, cada a?o, 107 euros menos de media, al haber pasado de 372 euros s 265, en 2014, es decir un 24% de ca¨ªda.
- Por manifestaciones art¨ªsticas, el mayor descenso en la recaudaci¨®n es para la industria fonogr¨¢fica (un 56,2%), videojuego (47%)del libro (40%), las artes esc¨¦nicas (24%) y el cine (20%).
- El n¨²mero de empresas del sector ha disminuido de 112.643, en 2008, a 108.546, en 2013.
- El acceso a Internet es del 56% frente al 65% de la Uni¨®n Europea.
- En 2014, el acceso de los hogares a la Red ha retrocedido un 2%.
- El consumo de cultura gratuita ha subido: m¨¢s de un 7,5% en televisi¨®n y del 6,7% en la radio.
- El acceso a la Red se hace en un 85% a trav¨¦s del m¨®vil y un 73% por ordenador.
Este llamado de atenci¨®n de la Fundaci¨®n Alternativas surge del estudio realizado por su Observatorio de Comunicaci¨®n y Cultura (OCC). All¨ª, 17 investigadores y analistas han examinado el estado de la cultura en sus ¨¢mbitos m¨¢s relevantes a partir de datos actualizados de anuarios e informes institucionales y privados de referencia que van desde los diferentes Eurobar¨®metros, pasando por informes privados como los de la Fundaci¨®n Telef¨®nica, hasta los informes sectoriales de la SGAE o la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a. Adem¨¢s, incluye una encuesta propia con un centenar de expertos y agentes culturales (creadores, gestores, investigadores y cr¨ªticos). Son ellos los que, por ejemplo, han dado la calificaci¨®n de 4,5 de nota media a las pol¨ªticas culturales en Espa?a.
No hay soluci¨®n para la cultura si no hay un plan integral p¨²blico y privado que involucre a la educaci¨®n, a la ense?anza de la apreciaci¨®n de la creaci¨®n art¨ªstica, coinciden las personas consultadas por EL PA?S.
El retraso en acceso a Internet y lectura, con respecto a la Uni¨®n Europea, que es de unos diez puntos, lo que denota, seg¨²n Sartorius, es que el pa¨ªs sigue con pol¨ªticas culturales que no potencian todo lo que podr¨ªan promover. Espa?a, asegura, ¡°siempre ha estado m¨¢s atrasada; esa es nuestra historia, desde el analfabetismo a todo tipo de cultura. Y poco favor ha hecho el tener desde el a?o 2012 el IVA cultural m¨¢s alto de los pa¨ªses del entorno¡±.
Pero, o son ciegos, o no quieren ver, o no entienden que el futuro pasa por el mundo digital. De ah¨ª la resistencia o ralentizaci¨®n de las instituciones p¨²blicas, privadas y del propio sector para asumir los cambios en el nuevo mundo.
¡°Este nuevo paradigma plantea usos culturales y de consumo radicalmente distintos¡±, recuerda Llu¨ªs Pastor, presidente de la Uni¨®n de Editoriales Universitarias Espa?olas (UNE). Desde la experiencia de tratar con los estudiantes y la reflexi¨®n y la creaci¨®n que se produce en las universidades con la gente que va a dirigir los destinos del pa¨ªs, Pastor no duda en asegurar que ¡°lo m¨¢s importante que va a pasar en la industria cultural en los pr¨®ximos a?os, desde ya, va a producirse en su vertiente digital¡±. Sin dejar de reivindicar lo conocido, pero sobre todo, agrega, sin aferrarse a ultranza al mundo que se est¨¢ yendo, hay que desprenderse del miedo y del conservadurismo y no temer a lo nuevo y, por el contrario, adaptarse y sacar lo mejor de ¨¦l.
Las pol¨ªticas culturales en Espa?a nunca han estado a la altura de sus creadores ni de sus amantes o aficionados, se lamenta Milagros del Corral, asesora de organismos internacionales. Pero tambi¨¦n, a?ade, le cabe un grado de responsabilidad y de autocr¨ªtica al sector privado. Y lanza varias preguntas: ¡°?Qu¨¦ han hecho ellos, de verdad, para promover e incentivar al p¨²blico? ?Han creado verdadero p¨²blico para cada una de sus artes? ?C¨®mo se est¨¢n adaptando al nuevo tiempo?¡±. Hay muchas herramientas sofisticadas, reconoce Del Corral, pero vac¨ªas de contenidos y poco acordes al mundo digital, mientras la gente les da un uso m¨ªnimo y f¨¢cil.
No todo son n¨²meros
La cultura y su creaci¨®n y sus pol¨ªticas no se pueden circunscribir a las cifras, asegura Dar¨ªo Villanueva, director de la Real Academia Espa?ola. Reconoce que los n¨²meros son un reflejo de lo que se haga por la difusi¨®n, pero reivindica ¡°su manto fre¨¢tico, su humus, lo que forma al ciudadano. Por eso, tambi¨¦n, es m¨¢s importante la cultura de base que un gran palacio de la ¨®pera, por ejemplo¡±.
En la misma l¨ªnea se expresa Milagros del Corral. La consultora de la ONU se lamenta del cambio de concepto y trato para referirse a los amantes o aficionados a la cultura y las artes, a los que ahora se les llama usuarios. ¡°Parece una tonter¨ªa, pero no lo es¡±, afirma. El lenguaje define y en Espa?a y Europa el concepto de Cultura, agrega, tiene m¨¢s que un componente economicista y no se puede cuantificar. Desde la Unesco, asegura, ¡°se ha defendido que la cultura es algo excepcional y no hay que caer en el mercado. No es solo ocio y entretenimiento. Hay que reafirmar que la cultura y la creaci¨®n son un referente primordial en la formaci¨®n del ser humano¡±.
Aunque Villanueva y Del Corral reconocen que se tienen que mejorar las formas de incentivaci¨®n y divulgaci¨®n.
En la escuela, explica Miguel Barrero, Director de I+D+I de Santillana, "lo digital ha superado una fase inicial de presi¨®n por la innovaci¨®n a una fase donde se empieza a entender la tecnolog¨ªa en cuanto medio para mejorar los procesos de ense?anza y aprendizaje. Una vez que dispositivos, plataformas y recursos digitales han hecho su acercamiento, se trata de buscar su espacio en relaci¨®n a oportunidad y pertinencia did¨¢ctica y educativa. Por otra parte las tecnolog¨ªas han abierto el debate sobre nuevas metodolog¨ªas y nuevos roles que, a mi parecer, ser¨¢ el aut¨¦ntico reto del cambio¡±.
Sobre el temor a una cultura cl¨®nica y homog¨¦nea que podr¨ªa estar promoviendo la Red, seg¨²n el informe, Daniel Innerarity no est¨¢ de acuerdo. El determinismo tecnol¨®gico, afirma, ¡°tiende a pensar en los usuarios como objetos pasivos de la tecnolog¨ªa transferida y no como personas que se apropian de ella a su manera¡±.
La era de las nuevas tecnolog¨ªas en la cultura no se puede circunscribir a tomarse un selfie delante del cuadro favorito de un museo y divulgarlo inmediatamente en Internet, dicen. Se corre el riego de distorsionar y banalizar la cultura en un periodo clave de transici¨®n que convierte a todos en cibern¨ªcolas.
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