Lo que s¨¦ de los hombrecillos

En el teatro de los locos donde transcurren las ¨²ltimas p¨¢ginas de El lobo estepario, Harry Haller jugaba con peque?as figuras que recompon¨ªan su vida. En Lo que s¨¦ de los hombrecillos, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s imaginaba la amistad surgida entre un profesor y su diminuta r¨¦plica, al modo en que Gulliver ya trabara amistad con los diminutos en los libros de Swift. Hoy, desde cualquier web dedicada al cine, se nos bombardea con el tr¨¢iler de Antman, en¨¦simo superh¨¦roe, capaz de encogerse hasta cabalgar a lomos de una avispa. La met¨¢fora lleva mucho tiempo ah¨ª y sigue vigente: el hombre que, mirando desde las alturas una representaci¨®n liliputiense de la humanidad, disecciona la sociedad desde el plano cenital; o el diminuto que mira hacia arriba y desde ah¨ª descubre el lado monstruoso del hombre. Pero pocas veces esa idea ha golpeado con tanta fuerza como en la obra de Liliana Porter, la artista invitada este a?o en el stand de EL PA?S en Arco, que ha hecho de la interacci¨®n entre objetos de tama?o natural con ¨ªnfimas figuras humanas el epicentro de su arte.

¡°La obra de Liliana es en apariencia ingenua, casi l¨²dica en un primer vistazo¡±, explica Jos¨¦ Mart¨ªnez Calvo, director de la galer¨ªa Espacio M¨ªnimo, el enlace de Porter con Espa?a. ¡°Pero esconde muchas cosas. Por un lado, una perversi¨®n de la realidad; por otro, una reflexi¨®n profunda e incisiva sobre la percepci¨®n¡±. La obra de Porter para Arco se compone de una escultura central, varias series de collages y nueve papeles de gran tama?o para las paredes, en los que tambi¨¦n estar¨¢n presentes sus peque?os protagonistas. Una obra hecha expresamente para este peri¨®dico, y montada por la artista en persona, que tendr¨¢ siempre presente la figura del lector, a quien har¨¢ varios gui?os.

La presencia del diario en la feria comenz¨® en 1993, con el fot¨®grafo Alberto Garc¨ªa-Alix como protagonista. Al blanco y negro de sus retratos se fueron uniendo con el tiempo cuadros de Antonio L¨®pez o Eduardo Arroyo, esculturas de T¨¤pies o Chillida, instant¨¢neas de Richard Avedon o Alberto Schommer.

¡°El trabajo forzado, la desmesura, el juego con la percepci¨®n¡±, enumera la propia Porter, eso es lo que esconde su obra. Todos esos conceptos revolotear¨¢n alrededor de sus diminutos trabajadores, dedicados a construir, destruir, recoger, esparcir, ir y venir. Dedicados, en definitiva, a servir al arte, desde el circo de pulgas de Liliana Porter.

Elegancia b¨¢sica y c¨®moda

En 1993, cuando Alberto Garc¨ªa-Alix present¨® su obra en el primer stand de EL PA?S en Arco, el dise?ador Jes¨²s del Pozo iniciaba otra forma de colaboraci¨®n dise?ando el uniforme del personal de este espacio.

Nombres como Amaya Arzuaga, Juanjo Oliva o Juana Mart¨ªn se han encargado de hacer los trajes durante estas m¨¢s de dos d¨¦cadas, y en esta ocasi¨®n ser¨¢ Paula de Andr¨¦s quien vestir¨¢ a los azafatos. ¡°Eso de tacones de 12 cent¨ªmetros no es algo que vaya conmigo¡±, confiesa. ¡°La elegancia es b¨¢sica, pero la idea es que no por ir vestido ¡®de dise?ador¡¯ haya que renunciar a la comodidad¡±.

La dise?adora, que cre¨® la marca POL y cuyas creaciones han llegado a vestir a Lady Gaga en sus videoclips, es uno de los j¨®venes talentos de la moda espa?ola con m¨¢s proyecci¨®n en la actualidad.