Cara y cruz de Pessoa frente a las dictaduras
Textos in¨¦ditos prueban la posici¨®n contradictoria del poeta ante Salazar
Fernando Pessoa no era fascista. Ni de Mussolini, ni de Salazar ni de Hitler ni siquiera de Primo de Rivera, l¨ªderes de reg¨ªmenes autoritarios con los que toc¨® convivir a uno de los mayores escritores del siglo XX y, sin duda, el m¨¢s enigm¨¢tico.
El soci¨®logo e historiador Jos¨¦ Barreto ha dedicado su ¨²ltima d¨¦cada a rastrear y descubrir los escritos pol¨ªticos de Pessoa (1888-1935), y su fruto acaba de publicarse: Fernando Pessoa, sobre el fascismo, la dictadura militar y Salazar (Tinta de China, Lisboa). ¡°Es el ¨²ltimo libro definitivo sobre el escritor¡±, resume, no sin iron¨ªa, Jer¨®nimo Pizarro, coordinador de una nueva colecci¨®n de libros sobre Pessoa que est¨¢ sistematizando su dispersa y desconocida obra. Fruto de ello, es la reciente edici¨®n de la Obra completa de ?lvaro de Campos, uno de los heter¨®nimos de Pessoa.
La edici¨®n de Barreto se concentra en textos de Pessoa escritos entre 1923 y 1935, a?o de su muerte, y solo es el primero de dos o tres posibles vol¨²menes m¨¢s. Menos fascista, Barreto le dice de todo: ¡°individualista impenitente¡±, nacionalista m¨ªstico¡±, ¡°liberal radical en su juventud¡±, ¡°elitista intelectual¡±.... ¡°Despreciaba la multitud¡±, explica durante la presentaci¨®n del libro en la casa lisboeta de Pessoa. ¡°Despreciaba la mediocridad, el gregarismo -que rayaba en la misantrop¨ªa-. El pensamiento y la vida de Pessoa eran absolutamente contrarios al seguidismo y a la intolerancia¡±.
La cr¨ªtica de Pessoa a la dictadura es siempre desde la intelectualidad; su preocupaci¨®n es corporativista, nunca se preocupa por el sufrimiento del pueblo
Pero Pessoa era ¨¦l y sus 316 heter¨®nimos en los que se desdobl¨®, muchos de ellos con una caracterizaci¨®n completa, germen de confusiones o de la mala fe, pues se malentiende que un admirador del dictador Salazar fuera censurado durante el r¨¦gimen y prohibido en revistas, peri¨®dicos y libros. El silencio de su obra (El libro del desasosiego se public¨® 47 a?os despu¨¦s de su muerte), su car¨¢cter enigm¨¢tico, y, sobre todo, la fama internacional a partir de los 70 -Portugal a¨²n bajo la dictadura de Salazar-, dio pie a las m¨¢s diversas valoraciones. El ensayista Alfredo Margarido fue el l¨ªder de la campa?a p¨®stuma de un Pessoa protofascista; la obra Messagen era una ¡°exaltaci¨®n nacional-fascista¡±, y su autor ¡°reaccionario¡± y ¡°adepto convicto¡±. Margarido no cambi¨® de opini¨®n cuando a partir de 1974 (revoluci¨®n de los claveles) se desvelan poemas sat¨ªricos antisalazaristas, como Libertad o Fado de la censura y otros textos cr¨ªticos contra el r¨¦gimen. Margarido los justifica como un cambio tard¨ªo, y con que, en realidad, Pessoa simpatizaba m¨¢s con Mussolini.
A Barreto le parece absurda aquella campa?a de los 70 y 80, ¡°que ha dejado alg¨²n poso en nuestra sociedad¡±. El ensayista destaca como prueba de lo contrario, el poema ir¨®nico Libertad, una respuesta inmediata al discurso de Salazar sobre los beneficios de la censura. Pessoa comienza as¨ª: ¡°Ay que placer, no cumplir un deber, tener un libro para leer¡¡±.
Barreto, tampoco se lleva a enga?o sobre el activismo pol¨ªtico de Pessoa. ¡°Su cr¨ªtica a la dictadura es siempre desde la intelectualidad; su preocupaci¨®n es corporativista, nunca se preocupa por el sufrimiento del pueblo¡±. Escrib¨ªa Pessoa: ¡°Sirve mejor a la patria, un gran poeta comunista o inmoral que un pobre diablo que escribe poemas elogiosos sobre la batalla de Aljubarrota¡±.
Quiz¨¢s lo m¨¢s correcto es decir que Pessoa no era de nada ni de nadie. Nadie pensaba como ¨¦l, y si hab¨ªa alguien, ¨¦l pensar¨ªa lo contrario
El ensayista recuerda que el r¨¦gimen de Salazar, el Estado Novo, quiso reclutar a Pessoa, que le dio un premio -que no recogi¨®-, que ¨¦l se mantuvo en su aislamiento. ¡°Me siento viejo en el Estado Novo¡±, escrib¨ªa. ¡°Era un nacionalista-racionalista, absolutamente contrario a la intromisi¨®n del Estado en la econom¨ªa o en el esp¨ªritu de las personas, antiestado y anticolectivismo. Era un elitista¡±.
El libro de Barreto se agrupa en tres tem¨¢ticas: el fascismo y Mussolini; la dictadura militar portuguesa y la figura de Ant¨®nio de Oliveira Salazar como ministro de Finanzas (1928 a 1932) y despu¨¦s como l¨ªder de lo que llam¨® Estado Novo y que dur¨® hasta los 70. Tambi¨¦n hay referencias al naciente nacional-socialismo de Hitler y a la ¡°simple¡± dictadura espa?ola de Primo de Rivera (1923-1930), de la que gustaba implantar en Portugal.
El ensayista reconoce que el escritor no ten¨ªa un pensamiento pol¨ªtico sistematizado, no, al menos, hasta el ¨²ltimo a?o de su vida (1935), cuando ya hab¨ªa perdido toda confianza en Salazar y escrib¨ªa al presidente del pa¨ªs, el general Carmona, ¡°un arist¨®crata de la adaptaci¨®n¡±, ¡°la maleabilidad dentro de la dignidad¡±. Ah¨ª Pessoa se declara ¡°situacionista¡±.
Pessoa se desdoblaba. Y si no hab¨ªa pol¨¦mica la creaba y as¨ª poder contestar al cr¨ªtico
Si no era fascista militante, sin duda era contradictorio, y sus dispersi¨®n de textos y personajes ayudan a la pol¨¦mica. Barreto descubre tres textos en ingl¨¦s; en uno de ellos se alaba a Salazar, frente a Mussolini y al incipiente Hitler, por ser m¨¢s democr¨¢tico y tener un parlamento fiscalizador.
Al estudioso Pizarro estos textos le desconciertan. No tiene sentido que si pensaba as¨ª fuera prohibido en su pa¨ªs o que no lo escribiera en portugu¨¦s. ¡°Pessoa se desdoblaba. Y si no hab¨ªa pol¨¦mica la creaba y as¨ª poder contestar al cr¨ªtico. Lo hizo en la revista Orpheu, polemizando con un lector, que era ¨¦l. Y al desdoblarse es dif¨ªcil concluir si se trata de incoherencia o de provocaci¨®n".
El libro reproduce la entrevista al antifascista italiano Giovanni Angioletti, publicada en el diario lisboeta Sol en 1926. Angioletti califica al jefe de estado de su pa¨ªs, Mussolini, como ¡°un paranoico genial¡±. La entrevista, por supuesto, era de Pessoa, toda inventada, excepto el nombre del personaje, que s¨ª exist¨ªa. El Sol no volvi¨® a brillar.
As¨ª que unos textos demuestran que no era fascista y otros dejan veladas simpat¨ªas a sistemas autoritarios, pero quiz¨¢s la autor¨ªa de estos segundos no sea de Pessoa sino de uno de sus zombis; pero ?por qu¨¦ no al contrario? ¡°Quiz¨¢s lo m¨¢s correcto es decir que Pessoa no era de nada ni de nadie¡±, resume Barreto. ¡°Nadie pensaba como ¨¦l, y si hab¨ªa alguien, ¨¦l pensar¨ªa lo contrario¡±.
Babelia
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