Los ¨²ltimos (y exitosos) alumnos de Rembrandt
La casa-museo del maestro exhibe el trabajo de sus ¨²ltimos pupilos
Rembrandt (1606-1669) tuvo un taller repleto de disc¨ªpulos aventajados cuyas obras han confundido casi hasta la ri?a a los historiadores del arte. Tal era la pericia de los aprendices, que certificar los 340 cuadros ejecutados por el maestro holand¨¦s del Siglo de Oro le ha costado 46 a?os al proyecto que lleva su nombre. Concluida la magna obra de la mano del estudioso Ernst van de Wetering, llega la hora de los educandos. Rondaron el medio centenar y no es la primera vez que salen a escena, pero la casa-museo del pintor, en ?msterdam, ha conseguido reunir 60 dibujos y 20 cuadros de los que acudieron en su busca en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas de su vida. Artistas ya formados como Nicolaes Maes, Willem Drost, Arent de Gelder, Jacobus Leveck o Godfried Kneller, deseosos de mejorar su t¨¦cnica con un valiente ajeno a las modas.
En el siglo XVII, la pintura estaba considerada una profesi¨®n seria que requer¨ªa una instrucci¨®n rigurosa. Rembrandt estudi¨® en Leiden, su ciudad natal, y tambi¨¦n en la capital holandesa, con tres especialistas en temas hist¨®ricos. Abri¨® su propio taller a los 21 a?os y su primer alumno fue Gerrit Dou, que ten¨ªa solo 14. Muy dotado, el chico desarroll¨® un estilo detallista del agrado de la reina Cristina de Suecia y Cosimo de Medici. Pasado el tiempo, consagrado y euf¨®rico, Rembrandt compr¨® en 1639 la casa hoy convertida en museo en ?msterdam. Grande, luminosa y muy cara, en el piso de arriba dispuso un estudio que produce una sensaci¨®n agridulce. All¨ª copiaban los novicios dibujos, grabados y ¨®leos hasta que pod¨ªan abordar los lienzos. Luego eran vendidos junto con los del titular, de ah¨ª la confusi¨®n en algunas atribuciones posteriores. Tambi¨¦n hab¨ªa caballeros adinerados que pagaban por recibir lecciones particulares. M¨¢s tarde llegaron los pintores que volaban solos, pero deseaban perfeccionarse sentados en grupos de cinco, todos trabajaban frente a los ventanales. Los paisajes se captaban al aire libre.
Para entender los progresos logrados por Los ¨²ltimos pupilos de Rembrandt, t¨ªtulo de la muestra, abierta hasta el 17 de mayo, David de Witt, conservador jefe, subraya la importancia de las expresiones. "Rembrandt coleccionaba armaduras, caracolas, bustos, ropajes y antig¨¹edades. A los primerizos les ayudaba a simular un decorado envolvente . Entre 1650 y 1669, cuando aparecen los pintores que buscan sus pinceladas ¨²nicas, se ocupa de que no olviden darle vida a las miradas. Por peque?a que fuera la obra y por mucho que conocieran el oficio. Tambi¨¦n de dotar de profundidad y volumen a sus bocetos y composiciones. ?l no quer¨ªa escenas planas o est¨¢ticas", dice frente a un dibujo que resume sus palabras.
Es de 1652, de Willem Drost y se titula Rembrandt con su bata de pintor. A l¨¢piz sobre papel, el maestro le mira retador y con los brazos en jarras. "A ver si captas lo que estoy pensando", parece decirle. El pobre Drost falleci¨® a los 27 a?os en Venecia truncando una carrera prometedora, porque varias de sus obras fueron atribuidas al gran mentor durante siglos. El Retrato de Saskia de perfil, de 1662, de otro lado, es un ¨®leo de un alumno an¨®nimo para el que pos¨® la esposa del artista. "Aqu¨ª le gui¨® en un trabajo sereno, con sus sombreros de l¨ªnea rompedora en la ¨¦poca, y atuendos en capas", asegura De Witt.
La prueba de que Rembrandt era un profesor querido por sus estudiantes es que uno de ellos, Samuel van Hoogstraten, con estudio propio, le enviaba a los suyos para que les diera el toque final. Pero tal vez el disc¨ªpulo tard¨ªo m¨¢s aprovechado, en el mejor sentido, fuera el germano Gottfried Kniller. Llamado Godfried Kneller por los holandeses, y m¨¢s conocido como sir Godfrey Kneller, pas¨® por ?msterdam y lleg¨® a pintor de corte en Inglaterra. Con visi¨®n comercial, ejecutaba retratos de gran formato casi en serie. Justo lo contrario de Rembrandt, cada vez m¨¢s ¨ªntimo a medida que se acerca al final.
Los ¨²ltimos pupilos de Rembrandt coincide en ?msterdam con la exposici¨®n Rembrandt tard¨ªo, del Rijksmuseum. Centrada la segunda en su obra m¨¢s personal, fue estrenada en Londres en 2014 y permanecer¨¢ en Holanda hasta el 19 de abril. Organizadas en colaboraci¨®n, la casa-museo ha logrado hacerse con un gran lienzo firmado por el artista. Es el Retrato de un hombre con las manos en la cintura (1658) y pertenece a la galer¨ªa neoyorquina Otto Naumann. En 2011 se ofreci¨® en la Feria de Arte y Antig¨¹edades de Maastricht (TEFAF) por 47 millones de d¨®lares. No lo vendieron y cuelga hoy entre las mismas paredes donde fuera pintado en un mal momento.
Rembrandt se arruin¨® en 1656, y sin embargo, la seguridad mostrada en este lienzo llev¨® al historiador Van de Wetering a calificarlo de una de sus obras maestras. "Estamos encantados de tenerlo aqu¨ª. Adem¨¢s, se cree que el modelo pudo ser un var¨®n espa?ol. ?Qu¨¦ le parece?", pregunta el conservador. Fuera o no un viajero llegado de Espa?a, es una de las mejores clases de pintura de la historia.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.