Un ¡®Detritus¡¯ iluminado
Elena Foster re¨²ne en Ivorypress a una cantidad excepcional de artistas que convierten al libro en objeto de culto.
Parece l¨²gubre ¡ªse llama Detritus¡ª, pero irradia toda una vida. Es una vitrina a la que los visitantes de la exposici¨®n Books Beyond Artist: words and images, inaugurada ayer en el espacio art¨ªstico Ivorypress de Madrid, acuden como quien va a un santuario laico. Contiene una maleta antigua, color marr¨®n, abierta en medio de un collage de fotograf¨ªas, libros, trozos de diarios y notas sueltas que pretende resumir la cosmogon¨ªa de un pintor irland¨¦s con fama de lobo estepario: Francis Bacon (1909-1992). Este es el centro de todo. Pero hay mucho m¨¢s. La concentraci¨®n de tantos artistas de talla internacional es toda una excepci¨®n en este tipo de exposiciones. Por su procedencia diversa, su contraste y variedad de mensajes.
La muestra, comisariada por Elena Ochoa Foster, re¨²ne un conjunto de libros-objeto cargados de ideas y sentimientos que son, en s¨ª mismos, obras de arte. De distintos materiales, t¨¦cnicas y texturas que, gracias a complicidad de los editores, cuentan historias. Porque van m¨¢s all¨¢ de los artistas y escritores. Se trata de la continuaci¨®n Blood on Paper (Victoria and Albert Museum, Londres, 2008) que cuenta con ediciones provenientes de colecciones privadas como las de Ben Brown (Reino Unido), Jean-Claude Meyer (Francia), Thaddaeus Ropac (Francia/Austria), Norman y Elena Foster (Suiza/EE. UU.), Archivo Lafuente (Espan?a) y Ivorypress (Espan?a), entre otras; estudios de artistas, entre los que destacan Eliasson (Alemania), Roni Horn (EE. UU.), Jenny Holzer (EE. UU.), Miquel Barcelo? (Francia) y Peter Sacks (EE.UU.): y diversas instituciones y entidades, como el Victoria and Albert Museum (Reino Unido), la Fundacio? Antoni Ta?pies (Espa?a) y el Brodsky Center (EE. UU.), entre otras.
Hay libros de ediciones reducidas realizadas por artistas contempor¨¢neos como Paul McCarthy o Anselm Kiefer, que conviven con libros pict¨®ricos y escult¨®ricos donde el texto es m¨ªnimo o inexistente. Son obras que dejan todo el protagonismo a la imagen, a la escultura o a la pintura. La muestra presenta tambi¨¦n ediciones realizadas por Francisco de Goya, William Kentridge o Anthony Caro y libros de artista realizados por figuras del arte contempor¨¢neo como Louise Bourgeois o Damien Hirst.
Para reflexionar sobre el tema, en la mesa redonda ¡°Libros de artista en el siglo XXI: ?objetos de culto?¡±, participaron Irma Boom, tip¨®grafa y dise?adora gr¨¢fica; Peter Sacks, artista y catedr¨¢tico de poes¨ªa de la Universidad de Harvard; y Rowan Watson, director de la colecci¨®n de libros de artista de la National Library del Victoria and Albert Museum de Londres. Los expertos hicieron un repaso sobre la tradici¨®n de libros art¨ªsticos y concluyeron que el proceso creativo y los mensajes que pretenden dar son los elementos que constituyen su valor. ¡°Y todo esto no est¨¢ amenazado por la irrupci¨®n del libro electr¨®nico¡±, especificaron.
En algunos de los ejemplares expuestos, el dise?o y los materiales escogidos son el centro de atenci¨®n. Desde el plegado del papel en libros hasta el uso de materiales naturales como en la edici¨®n. En otros, en cambio, el libro se convierte en veh¨ªculo para expresar una protesta o manifiesto, como en el caso de las obras de Filippo Tommaso Marinetti, Santiago Sierra o Martin Parr. Otra l¨ªnea de creaci¨®n que aparece con frecuencia en los libros de artista es aquella en la que se establece un di¨¢logo entre la literatura y las artes pl¨¢sticas. Colaboraciones hist¨®ricas entre artistas y poetas como el libro de Aleksandr Ro?dchenko realizado junto a Vladi?mir Mayakovski y otros ejemplos que ilustran o dan forma material a textos literarios de escritores como Octavio Paz o Ste?phane Mallarme? de la mano de pintores como Robert Motherwell o Balthus. El fotolibro tambi¨¦n est¨¢ representado en la exposicio?n con obras de diversas e?pocas, de artistas como Henri Cartier-Bresson, Sophie Calle, Miguel Rio Branco o Ai Weiwei. Peter Sacks? est¨¢ presente con m¨¢s de 60 cartones distribuidos a lo largo y ancho de una pared. Y m¨¢s all¨¢ puede verse, en una pantalla, al artista chino Cai-Gou-Qiang incendiando libros.
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