El miedo artificial

"Creo que sabe lo que ocurre tan bien como yo (...). S¨¦ que usted y Frank planeaban desconectarme, y me temo que eso es algo que no puedo permitir", argumentaba Hal ante el astronauta Bowman en 2001: una odisea del espacio. Desde su l¨®gica implacable, como una m¨¢quina que se comporta en todos los aspectos con inteligencia, y que por tanto debe ser inteligente, que dir¨ªa Alan Turing en su test, Hal alcanzaba ese momento en el que las m¨¢quinas tocan con los dedos el gran salto: ?tienen inteligencia y conciencia o simulan tenerla? Una pregunta clave que reside en la base de la interesante pel¨ªcula brit¨¢nica Ex_machina, ciencia ficci¨®n adulta (o hard, seg¨²n el t¨¦rmino anglosaj¨®n) que, partiendo de los postulados de Turing (hoy en boga gracias a The imitation game), aterriza en un futuro que se presenta como presente inmediato y en el que la ¨²ltima generaci¨®n del cl¨¢sico cient¨ªfico loco ha construido una robot mujer con emociones.

Pel¨ªcula de c¨¢mara, con apenas tres personajes y escenario ¨²nico, una casa ultramoderna en un rinc¨®n perdido del mundo, de aliento trascendente y resultados entre la inquietud, el magnetismo y una cierta morosidad, Ex_machina es una obra deliberadamente fr¨ªa. Helada. Alex Garland, joven estrella de la literatura a los 25 a?os gracias a La playa, guionista de 28 d¨ªas despu¨¦s, Sunshine y Nunca me abandones, y aqu¨ª director debutante, ha compuesto una obra minimalista incluso en su partitura musical, con apenas unas notas repetidas hasta la extenuaci¨®n. Colores, ritmo, banda sonora y puesta en escena, de una calma pasmosa, confluyen as¨ª en un estilo del que se pueden quedar fuera los que busquen simplemente entretenimiento. De la sexualidad como esencia o como t¨¢ctica de distracci¨®n hasta el cuaderno azul de Wittgenstein, las referencias de Ex_machina son de altura, y, en la l¨ªnea de ciertos subtextos de la serie Black mirror, quiz¨¢ lo que m¨¢s aterre sean esas menciones a los criterios de b¨²squeda en internet como futuro (o presente) m¨¦todo de espionaje, computaci¨®n y terror. "Tengo miedo, Dave", dec¨ªa Hal en 2001 mientras ¨¦ste lo desconectaba. Nosotros tambi¨¦n, Hal.