¡®Amanecer¡¯: la cara B (y vacua) de ¡®Frozen¡¯
La canci¨®n de Eurovisi¨®n padece todos los tics de las canciones de radiof¨®rmula actual, cuyos arreglos son espuma sin fibra
Tras escuchar los poco m¨¢s de tres minutos de Amanecer, la canci¨®n de Edurne que representar¨¢ a Televisi¨®n Espa?ola el 23 de mayo en el pr¨®ximo Festival de Eurovisi¨®n, es dif¨ªcil no pensar que esta composici¨®n, tan ampulosa como vacua, no forme parte de los descartes de la banda sonora de Frozen. Es como si la cantante madrile?a, salida de esa cantera de la mercadotecnia y la chequera llamada Operaci¨®n Triunfo, que viste de gala y brillantina a los hacedores de gorgoritos, quisiese cantar su historia de ¡°desamor¡± en mitad del fr¨ªo invernal junto a Elsa y Anna, las protagonistas del taquillazo. Pero incluso las princesas en 3D tienen m¨¢s alma, en buena medida porque detr¨¢s est¨¢ Disney, la f¨¢brica de sue?os infantiles que sabe jugar al mil¨ªmetro sus bazas en el mundo al que se dirige.
No se puede decir lo mismo de la representaci¨®n espa?ola en Eurovisi¨®n. Ni este a?o ni muchos a?os anteriores, tantos que, siendo exigentes, habr¨ªa casi que remontarse al blanco y negro o al primer tecnicolor, cuando hubo una vez que nuestros embajadores fueron Peret, Sergio y Estibaliz, Mocedades, Micky y, s¨ª, claro, Massiel con su c¨¦lebre La, la, la, que iba a cantar Serrat en catal¨¢n.
Con todos los tics de las canciones de radiof¨®rmula actual, cuyos arreglos son espuma sin fibra, Amanecer est¨¢ escrita y producida por Thomas G:son, Tony S¨¢nchez-Ohlsson y Peter B?strom, expertos en colar composiciones en el festival internacional. G:son y B?strom idearon Euphoria, el tema dance de la sueca Loreen que venci¨® en 2012. De hecho, aparecen los paralelismos, como ese cl¨ªmax vocal.
Uno escucha a Edurne y piensa que para embajadoras, auspiciadas por grandes plataformas, ya podr¨ªan estar Roc¨ªo M¨¢rquez, Silvia P¨¦rez Cruz o Mar¨ªa Rod¨¦s. Por citar algunas cuyas ¨²ltimas obras ponen verdadera m¨²sica a algunos de los v¨¦rtigos del alma. ?Cu¨¢l es el espejo en el que se mira la canci¨®n espa?ola que se supone que nos debe representar en el extranjero? Est¨¢ claro, una vez m¨¢s, que no es en nuestra rica y variada tierra, repleta de herencias sonoras que nos distinguen como el flamenco, la rumba, la copla o la jota. Pero tampoco en nuestros conceptos mucho mejores trazados y trabajados del folk, el rock, el hip-hop, el soul o el pop. Pero para eso hay que ser valiente y saber, o querer saber, que la sangre musical espa?ola siempre estuvo y est¨¢ en las calles secundarias y en los garitos que resisten al 21% de IVA cultural como quijotes.
Aunque, en el fondo, da igual que Amanecer gane en ese concurso que desde hace mucho tiempo se ha convertido en un carnaval, que apela a lo extravagante. Al menos, ya no hacemos bandera del disparate como cuando llevamos a Las Ketchup o a Rodolfo Chikilicuatre. Recuerden: el autor de Baila el Chiki-chiki se impuso a La Casa Azul con La revoluci¨®n sexual. Era nuestro chiste espa?ol, nuestra tonter¨ªa, el Torrente musical, mientras La Casa Azul hac¨ªa una canci¨®n redonda de pop bailable con Guille Milkyway, que trabajaba para un sello luchador como Elefant Records, de esos que crean escena, y en la actualidad es capaz de poner m¨²sica perfecta a una serie de dibujos animados espa?ola como Jelly Jamm. Milkyway, Elefant Records y todo eso que no nos representa en Eurovisi¨®n es nuestro I+D musical, pero, como en la ciencia, dejamos que desaparezcan, huyan, se frustren o malvivan. Y auspiciamos, a?o tras a?o, lo intrascendente. Y todav¨ªa hoy, justo a un a?o de la muerte de Paco de Luc¨ªa, hay quien se atreve a hablar de marca Espa?a.
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