Inri BOE
La catequesis a trav¨¦s del BOE no es estrategia nueva en la historia del absolutismo espa?ol, pero que se ejecute a meses de las elecciones generales suena a gui?o colaborativo para la cercana campa?a electoral
Habr¨¢ que reconocer la habilidad del Ministerio de Educaci¨®n espa?ol para, en un momento donde la preocupaci¨®n ciudadana apunta hacia la enorme brecha de desigualdad de oportunidades de formaci¨®n y la penosa situaci¨®n econ¨®mica de nuestras instituciones p¨²blicas, hayan sido capaces de abrir la puerta a que los ni?os vuelvan a rezar en las clases. La muchas veces farragosa escritura del BOE hac¨ªa tiempo que no alcanzaba grados de trascendencia como los que el Ministerio de Educaci¨®n endos¨® al humilde Bolet¨ªn Oficial donde se publican leyes, disposiciones y actos de inserci¨®n obligatoria. Tenemos que entender como acto de inserci¨®n, de penetraci¨®n por orificio legislativo, que en su literatura oficial aparezcan hitos como que la felicidad humana es imposible sin el reconocimiento de Dios y su iniciativa creadora y salv¨ªfica.
La catequesis a trav¨¦s del BOE no es estrategia nueva en la historia del absolutismo espa?ol, pero que se ejecute a meses de las elecciones generales y tras dar marcha atr¨¢s en una legislaci¨®n punitiva del aborto exigida por la jerarqu¨ªa cat¨®lica, suena a gui?o colaborativo para la cercana campa?a electoral. Lo grave es que se hace sobre unas condiciones de dificultad para la ense?anza p¨²blica in¨¦ditas en la historia de la democracia. Nunca estuvo tan perjudicada la igualdad de oportunidades ni la posibilidad econ¨®mica de subsistencia de la educaci¨®n p¨²blica, valores b¨¢sicos de la democracia y del cristianismo.
Si el papa Francisco ha declarado que sirve de poco ir a misa y dar limosna si luego se evita pagar los impuestos, se explota a los trabajadores y se fomenta la exclusi¨®n social, era esperable una respuesta rotunda del catolicismo a este cinismo legislativo del ministerio, pero el portavoz espa?ol de los obispos, Gil Tamayo, se limit¨® a a?adir que la Iglesia no es un chiringuito como los partidos pol¨ªticos, esos legisladores del oportunismo, porque tiene dos mil a?os de existencia. Negaba as¨ª la legitimidad democr¨¢tica, pero tambi¨¦n la existencia de la pol¨ªtica como un fen¨®meno de organizaci¨®n social que se remonta a miles de a?os. No es solo un insulto a Pericles y los trabajosos albores de la democracia, sino a la capacidad de la humanidad para darse leyes y orden que no dependan del temor a Dios. Se asocia sin cr¨ªtica al equilibrismo electoralista.
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