Elemental
Abundan los magnicidios, pero sobre todo, la eliminaci¨®n por obra del Esp¨ªritu Santo de aquellos que dan excesivamente la tabarra a los que dirigen el tinglado
Kay, segunda, dubitativa pero paciente esposa de Michael Corleone, cre¨ªa que este deliraba al contarle que su padre, al igual que cualquier persona poderosa y responsable de mucha gente, no ten¨ªa m¨¢s remedio que ordenar al asesinato de sus rivales cuando estos no aceptaban negociar. Sin sombra de cinismo, Michael la informaba con naturalidad de que no solo la Mafia actuaba as¨ª, sino tambien los presidentes de las grandes corporaciones, banqueros de peso, jefes de estado, en fin..., los que cortan el bacalao desde la aurora de los tiempos. Ella, escandalizada, lo negaba. ?l sonre¨ªa condescendientemente, como si tuviera que explicar algo elemental a la inocencia de un ni?o, y le preguntaba: ?Qui¨¦n es la ingenua aqu¨ª, Kay?
Todos sabemos que las ficciones pueden tomarse todo tipo de licencias. En la turbia y atractiva serie House of Cards, el pol¨ªtico sarc¨¢stico, retorcidamente inteligente, sin sentido de culpa, amoral, manipulador, pragm¨¢tico hasta la abyecci¨®n, ayudado por esa glacial, guapa y calculadora esposa que representa a su alma gemela, no se detiene ante ninguna barrera ¨¦tica para lograr el trono del universo. Y cuando no tiene m¨¢s remedio porque alguno de sus mu?ecos se le rebela, le env¨ªa a criar malvas con el disfraz de un accidente o un presunto suicidio. Nada personal, solo negocios, que dir¨ªa Don Vito.
La historia demuestra que la realidad se alimenta de las ficciones, o el parecido es alarmante. Abundan los magnicidios, pero sobre todo, la eliminaci¨®n por obra del Esp¨ªritu Santo de aquellos que dan excesivamente la tabarra a los que dirigen el tinglado. Bueno, en el lodazal de la pol¨ªtica espa?ola son m¨¢s civilizados. Todav¨ªa no corre la sangre. Que yo recuerde solo han baleado ¨²ltimamente a la presidenta de la Diputaci¨®n de Le¨®n y la asesina lo hizo porque hab¨ªa despedido a su hija, o los celos, por esas cositas tan humanas.
Qu¨¦ suerte tenemos. Cuentan que Putin acaba de detener a dos feroces caucasianos por asesinar al protest¨®n Nemtsov. Y madame Kirchner habla de conspiraci¨®n contra ella al insinuar que su mano negra puede estar tras el incre¨ªble y nihilista suicidio del fiscal, de la mosca cojonera que investigaba los negocios de esa reconstruida e intachable se?ora. Corleone dir¨ªa: ¡°Es l¨®gico, es inevitable, es normal. Son solo negocios¡±.
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