Finaldi intensificar¨¢ la colaboraci¨®n con el Prado desde la National Gallery
El ex director adjunto de la pinacoteca madrile?a oficializa su marcha al centro londinense
Gabriele Finaldi (Londres, 1965) ten¨ªa 36 a?os y 5 hijos cuando en 2002 lleg¨® a Madrid para ocuparse de la direcci¨®n adjunta del Museo del Prado. Ven¨ªa de la National Gallery, donde durante una d¨¦cada hab¨ªa trabajado como conservador de pintura italiana y espa?ola. Esta ma?ana, despu¨¦s de que el gran museo londinense haya oficializado su retorno como director, Finaldi ha protagonizado una despedida en el auditorio del museo cargada de emoci¨®n y sentimientos encontrados.
Como se celebran las grandes faenas o las actuaciones insuperables, Finaldi ha sido aplaudido en dos ocasiones por los asistentes que copaban la sala. Desde el presidente del patronato, Jos¨¦ Pedro, P¨¦rez-Llorca; el director, Miguel Zugaza, junto a los trabajadores de todos los estamentos que cada d¨ªa han convivido con ¨¦l, han querido celebrar su manera ejemplar de relacionarse y de entender el trabajo en equipo. Pero la agenda manda y Zugaza, despu¨¦s de asegurar que Finaldi es insustituible, comunic¨® que habr¨¢ nuevo director adjunto el pr¨®ximo 30 de marzo y que es casi fijo que saldr¨¢ del propio museo. Finaldi se incorporar¨¢ a la National Gallery el 17 de agosto y su primera exposici¨®n temporal estar¨¢ dedicada a Goya.
Puede que fuera P¨¦rez-Llorca quien, con su gran sentido del humor, mejor haya definido los sentimientos encontrados que afloraban en el rostro de Finaldi al hablar de pena por su p¨¦rdida, orgullo por el nombramiento y la tristeza por la nostalgia que a todos les va a envolver. Citando a S¨¦neca, el presidente del patronato record¨® que la vida es breve, la ocasi¨®n fugaz y la decisi¨®n dif¨ªcil. "Pero has hecho lo m¨¢s razonable. volver a tu pa¨ªs en primera posici¨®n", le dijo mientras Finaldi mov¨ªa nerviosamente las manos o se retocaba el enorme fular con el que se abrigaba el cuello.
Zugaza record¨® que Finaldi lleg¨® en 2002 para ayudar a modernizar el museo. "Muchos de los logros de estos a?os se los debemos a ¨¦l por su gran conocimiento y mejor car¨¢cter. Su huella queda en la reordenaci¨®n de las colecciones, en un taller de restauraci¨®n que es el mejor del mundo, en sus trabajos de investigaci¨®n y en la manera culta y generosa en la que el museo ofrece al visitante lo mejor de si mismo. Se va con m¨¢s canas y una gran sabidur¨ªa".
"El modelo ha funcionado pese a las dificultades econ¨®micas", ha dicho en su despedida
Adem¨¢s de con m¨¢s canas, Finaldi precis¨® que se va con un hijo m¨¢s y tres nietos. Casado con la gaditana Mar¨ªa In¨¦s Guerrero, Finaldi record¨® que de su primera visita al Prado, con 21 a?os, guardaba pocos recuerdos porque estaba en Madrid de viaje de luna de miel. "Vine hace casi 13 a?os llamado por este gran estratega que es Miguel Zugaza. El reto era la ampliaci¨®n y modernizaci¨®n del museo, reordenar las colecciones y realizar exposiciones temporales de primer nivel. Creo que casi todo se ha hecho. El modelo ha funcionado pese a las dificultades econ¨®micas. Y ha funcionado por muchas razones, pero puede que la principal sea el personal que trabaja aqu¨ª. Desde los conservadores hasta los vigilantes de sala. El Prado ocupa un lugar muy especial en la topograf¨ªa muse¨ªstica de Europa. He dicho y escrito que El Louvre es un templo enciclop¨¦dico, la National Gallery contiene la historia de la pintura europea y el Prado es el hogar de los grandes maestros".
Finaldi record¨® despu¨¦s algo que muchos trabajadores del museo le reconocen y agradecen. Cada d¨ªa busca un rato para pasearse por las salas y hablar con las personas que est¨¢n al frente de ellas. Hablaba de las incidencias, de la marcha de las visitas y sol¨ªa agradecer el trabajo que realizaban. Tambi¨¦n acostumbra a dirigirse a algunos visitantes para recabar su opini¨®n sobre lo que est¨¢n contemplando.
Ya metido en su inminente marcha a Londres, Finaldi rememor¨® las colaboraciones que el Prado y la National Gallery han mantenido para diferentes exposiciones temporales y augur¨® que esa relaci¨®n ser¨¢ a¨²n m¨¢s intensa. Como ejemplo se?al¨® que en 1995 comisari¨® en Londres El bodeg¨®n espa?ol: de Vel¨¢zquez a Goya; en Madrid, ambas instituciones colaboraron para la muestra dedicada a Tiziano (2003) y anunci¨® que a primeros de octubre, la National Gallery abrir¨¢ su temporada con una exposici¨®n de retratos de Goya comisariada por Xavier Bray, experto ligado al arte espa?ol desde el Museo de Bellas Artes de Bilbao y con el que Finaldi ya trabaj¨® en su anterior etapa londinense.
Sobre el mejor recuerdo de su experiencia en Espa?a, Finaldi cita dos descubrimientos: El vino de la fiesta de San Mart¨ªn, de Pieter Brueguel El Viejo, y una rara pintura sobre tabla francesa atribu¨ªda a Colart de Laon, La agon¨ªa en el jard¨ªn con el donante Luis I de Orleans.
Finaldi concluy¨® con un microrrelato en el que cont¨® como ¨¦l y su familia se enteraron del nombramiento como director adjunto del Prado. "Hab¨ªamos navegado por el golfo de Vizcaya y la traves¨ªa hab¨ªa sido horrorosa. Al bajar a tierra, a¨²n mareado le¨ª dos peri¨®dicos, Abc y EL PA?S, en los que se recog¨ªan declaraciones reticentes hacia mi llegada como extranjero a Madrid. Me acord¨¦ de lo que le hab¨ªa sucedido a John Brealey cuando vino a restaurar Las Meninas en 1984. Primero le quisieron matar. luego todos le quer¨ªan besar. No pido que me besen, pero si quiero decir que me voy con el coraz¨®n partido".
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