El reverso oscuro de Sor Sonrisa

Las historias de monjas son un verdadero tesoro, un subg¨¦nero que ha dado mucho de s¨ª. Baste con recordar las peripecias de Sor Citro?n o el drama de Audrey Hepburn como la protagonista de Historia de una monja de Fred Zinnermann (basada en la historia real de Marie Louise Habets en el Congo y en la B¨¦lgica ocupada por los nazis). Ah¨ª est¨¢n tambi¨¦n Meryl Streep y Rosa Maria Sard¨¤ en la piel y los h¨¢bitos de la hermana Aloysius de La duda. El ¨¦xito de la temporada teatral en Barcelona lleva escrito el nombre de otra monja Sister act,el musical coproducido por Whoopi Goldberg, Stage y El Terrat, que acaba el 26 de abril sus representaciones en el teatro T¨ªvoli para iniciar una gira por m¨¢s de veinte ciudades espa?olas. Pero la novedad en la cartelera barcelonesa es la pr¨®xima irrupci¨®n de otra historia de monjas no menos sorprendente y much¨ªsimo m¨¢s negra.

Se trata de Las dominicas (Les dominiques, en catal¨¢n), de I?aki Garz, que tambi¨¦n dirige el montaje. La obra, que se estrena en La Seca-Espai Brossa el pr¨®ximo 9 de abril, relata los ¨²ltimos d¨ªas de dos monjas, amantes, amenazadas de desahucio, acosadas por Hacienda, y que acabar¨¢n suicid¨¢ndose con barbit¨²ricos y alcohol. La historia es real y est¨¢ basada en la vida de la famosa Sor Sonrisa, ¡°la monja cantante¡±, que triunf¨® con su guitarra y sus composiciones en los a?os sesenta para abismarse luego en una verdadera tragedia que r¨ªete t¨² de la de las monjas en Katanga.

Sor Sonrisa, era Jeanine Deckers, monja belga que lleg¨® a n¨²mero uno en la lista de ¨¦xitos musicales en EE UU. Tras muchas vicisitudes Deckers termin¨® alcoholizada, en la ruina y con la ¨²nica compa?¨ªa de su amante, la tambi¨¦n monja Annie P¨¦cher, once a?os m¨¢s joven, realizando un pacto de suicidio en un piso de la periferia de Wavre del que las dos mujeres iban a ser desalojadas.

La obra de teatro de I?aki Garz ¡ªque no es la primera creaci¨®n sobre el caso: hubo una versi¨®n en musical aparte de una pel¨ªcula, The Singing Nun, 1966, con Katharine Ross y Chad Everet¡ª- no cambia los nombres aunque, se?ala Rosa Cadafalch, la actriz que encarna a Sor Sonrisa, inventa algunas situaciones y di¨¢logos tratando de imaginar c¨®mo fueron las ¨²ltimas horas de la pareja. ¡°Mi sorpresa fue muy grande al enterarme de que la historia era real, que las dos protagonistas existieron y se suicidaron como en la obra¡±. Cadafalch, que act¨²a con Annabel Castan (en el papel de P¨¦cher), indica que Las dominicas ¡°no explica toda la vida de las monjas, pero ofrece muchas pistas¡±. La actriz, que estudi¨® en un colegio de monjas, considera que la funci¨®n ¡°es un regalo para nosotras, se centra mucho en la relaci¨®n de pareja y en c¨®mo esa relaci¨®n se va agriando¡±.

La obra plasma en escena los ¨²ltimos d¨ªas de las dos mujeres

La obra, seg¨²n su autor, ¡°nos introduce en la lucha tenaz de las dos protagonistas contra todos los estamentos sociales y religiosos que han marcado la trayectoria de sus vidas personales¡±. La pieza, contin¨²a ¡°es fiel reflejo del movimiento social de lucha y rebeli¨®n que caracterizaba los a?os setenta¡±.

Jeanne-Paule-Marie Deckers (Laeken, 1933-Wavre, 1985) era hija del due?o de una pasteler¨ªa y tras destacar en los boy scouts estudi¨® y trabaj¨® de maestra. Ingres¨® en 1959 en las Hermanas Misionarias Dominicas de Nuestra Se?ora de Fichermont, con sede en Waterloo y tom¨® el nombre de Hermana Luc-Gabrielle. En el convento destac¨® por escribir y cantar canciones. Sus superiores la animaron a que grabara un disco y en 1962 la canci¨®n Dominique, editada en single, se convirti¨® en un hit. La monja se hizo famosa como Soeur Sourire, Sor Sonrisa. La simp¨¢tica historia entra a partir de entonces en el terreno del drama. Deckers denunci¨® que le censuraban las canciones y la obligaban a aparentar una felicidad que no sent¨ªa. En 1963 en un curso de Teolog¨ªa en Lovaina, que ya es sitio para ligar, reanud¨® la amistad con una vieja amiga de juventud, Annie P¨¦cher.

Art¨ªsticamente en declive y en desacuerdo con sus superiores dej¨® el convento en 1966, aunque ella segu¨ªa consider¨¢ndose monja a todos los efectos. Seguidora del Concilio Vaticano II, lanz¨® una canci¨®n a favor de los anticonceptivos titulada Gloria al Se?or por la P¨ªldora Dorada que no fue bien recibida por las autoridades cat¨®licas y tampoco escal¨® la lista de ¨¦xitos precisamente.

Deckers sufri¨® un colapso nervioso y fue tratada con psicoterapia. La relaci¨®n con P¨¦cher tampoco marchaba bien pues Deckers se negaba a ir a mayores y la joven realiz¨® un intento de suicidio al pensar que su amada se marchaba a las misiones. Finalmente, tras muchas resistencias, la relaci¨®n se convirti¨® en abiertamente homosexual (en la obra de teatro las monjas ya son amantes).

A finales de los setenta lleg¨® un nuevo golpe para la monja cantante al reclamarle la Hacienda belga los impuestos impagados durante su carrera. Deckers y P¨¦cher se suicidaron el 29 de marzo de 1985, dejando una nota en la que ped¨ªan que se las enterrara juntas, como se hizo.