HBO reta a los l¨ªmites del periodismo
La emisi¨®n de ¡®The Jinx¡¯ genera dudas sobre la actuaci¨®n de sus directores
Estados Unidos recuerda pocos finales de series de televisi¨®n con un desenlace como el de The Jinx (El gafe) ¡ªque emite Canal?+?1 y que el 23 de marzo se podr¨¢ ver completa en Canal?+?Xtra y en Yomvi¡ª, en el que la realidad se al¨ªa con el suspense del ¨²ltimo episodio. Con Robert Durst detenido y acusado finalmente de uno de los tres asesinatos de los que era sospechoso apenas unas horas antes de que la cadena HBO emitiera la escena en que confesaba que los hab¨ªa matado ¡°a todos¡±, las dudas sobrevuelan ahora sobre la actuaci¨®n de los responsables del documental.
La televisi¨®n estadounidense cuenta con una larga tradici¨®n de series polic¨ªacas tanto de ficci¨®n como basadas en hechos reales. Desde la b¨²squeda de fugitivos a finales de los ochenta en America¡¯s Most Wanted o las 48 Hours de la CBS, hasta el reciente Serial, de NPR, han buscado resolver cr¨ªmenes y delitos. Los podcast de la radio p¨²blica son el pen¨²ltimo esfuerzo de este g¨¦nero y lograron que el pasado oto?o se reabriera el caso de un joven encarcelado por la muerte de su exnovia. La HBO, sin embargo, acaba de elevar el list¨®n con The Jinx y un protagonista que puede enfrentarse a la pena capital.
La entrevista en la que confiesa sus cr¨ªmenes fue grabada en 2012
Los directores Andrew Jarecki y Marc Sterling han defendido que s¨®lo supieron de la confesi¨®n de Durst apenas hace unos meses. La entrevista, seg¨²n afirmaron a The New York Times, tuvo lugar en 2012. No quieren dar m¨¢s detalles sobre por qu¨¦ no llevaron esa declaraci¨®n a la polic¨ªa hasta poco antes de que se emitiera la serie. Sin embargo, numerosas voces les acusan de guardarse una prueba clave, en el caso de una persona investigada por la polic¨ªa desde hace tres d¨¦cadas, para garantizar el ¨¦xito del documental.
John Watson, doctor en Derecho y profesor de ?tica Period¨ªstica en American University, explica que los responsables del documental no hicieron nada ilegal, aunque s¨ª pisaron un terreno que la polic¨ªa no puede. La legislaci¨®n estadounidense proh¨ªbe a las autoridades ¡°poner una trampa¡± para forzar a una persona a que declare contra s¨ª misma o aporte pruebas que le perjudiquen. ¡°Y eso es lo que hizo HBO¡±, afirma.
Durst fue grabado pregunt¨¢ndose, fuera de las c¨¢maras, ¡°?qu¨¦ has hecho?¡±. Y contestando tambi¨¦n ¡°matarlos a todos¡±. Se refer¨ªa a su primera mujer ¡ªel cad¨¢ver no ha aparecido¡ª, su amiga Susan Berman, de cuya muerte en 2000 est¨¢ acusado ahora, y de un hombre en Texas. ¡°La polic¨ªa debe de estar contenta¡±, seg¨²n Watson. ¡°Les pusieron las pruebas en bandeja¡±.
Las dudas, sin embargo, permanecen. ?Cu¨¢nto tiempo pas¨® desde que los directores y HBO supieron de la confesi¨®n hasta que fueron a la polic¨ªa? ?Es casualidad que Durst fuera detenido un d¨ªa antes de la emisi¨®n del episodio final? ?Pusieron en peligro a otras personas al permitir que Durst siguiera en libertad hasta entonces?
El abogado de Durst declar¨® esta semana que la orden de detenci¨®n ¡°se bas¨® en un programa de televisi¨®n y no en hechos¡±. Seg¨²n declaraciones de la polic¨ªa local al diario Los Angeles Times, los agentes trabajaban a su propio ritmo y la detenci¨®n de Durst este fin de semana en un hotel de Nueva Orleans fue casualidad. ¡°Los directores pod¨ªan haber entregado antes esa grabaci¨®n a las autoridades, pero de esta manera han conseguido un producto de televisi¨®n mejor¡±, dice Watson. ¡°No pod¨ªan haber so?ado con un resultado m¨¢s perfecto¡±.
La polic¨ªa llevaba tres d¨¦cadas investigando al sospechoso
Si hubiera acudido a la polic¨ªa, Jarecki habr¨ªa acabado con 10 a?os de investigaci¨®n, una pel¨ªcula y casi 25 horas de entrevistas a Durst que han servido para crear este documental. Sus motivaciones a la hora de equilibrar su deseo de justicia con el del ¨¦xito de la serie merecen sin embargo ¡°otros seis cap¨ªtulos de pesquisas¡± para la cr¨ªtica de The New Yorker.
¡°Cuando los periodistas tienen este tipo de pruebas, no suelen entregarlas a la polic¨ªa porque el p¨²blico puede percibir que son aliados de las autoridades¡±, justifica Watson. Jarecki declar¨® al Times que no actuaron ¡°como polic¨ªas¡± y que quieren mantener su posici¨®n de ¡°periodistas y directores¡±. Y ah¨ª es donde el experto identifica el verdadero peligro: que se tome a los profesionales del cine por reporteros. ¡°El p¨²blico creer¨¢ que muchos periodistas ser¨¢n como los directores de HBO. Pero si hablamos de un profesional que debe atenerse a determinados principios ¨¦ticos, entonces [los directores de El gafe] no lo son¡±.
?C¨®mo evitar el ¡®spoiler¡¯ de ¡®El gafe¡¯?
La emisi¨®n del ¨²ltimo episodio de The Jinx el pasado domingo ha valido una explicaci¨®n de la defensora del lector de The New York Times, Margaret Sullivan. Muchos lectores ya sab¨ªan que Robert Durst hab¨ªa sido detenido la noche anterior por el asesinato de su amiga, Susan Berman, en 2000. Pocos d¨ªas antes la serie documental de HBO hab¨ªa revelado una prueba que pod¨ªa relacionarle con su muerte. El arresto s¨®lo aliment¨® la sensaci¨®n de que el final de la serie guardaba m¨¢s sorpresas.
Y entonces lleg¨® la explosiva declaraci¨®n de Durst. "Robert Durst confiesa en el documental que los 'mat¨® a todos", dec¨ªa el titular del Times en su p¨¢gina web. Fue el mismo mensaje que lleg¨® a los suscriptores de sus alertas en los m¨®viles y que publicaron en redes sociales. Sullivan explic¨® que los responsables del diario discutieron ampliamente en qu¨¦ momento deb¨ªan compartir esa informaci¨®n y, tras las numerosas quejas pronunciadas por los espectadores de California ¡ªdonde se emit¨ªa el episodio con tres horas de diferencia¡ª, el debate est¨¢ ahora justificado.
El Times decidi¨® publicar la noticia en el instante en que termin¨® el ¨²ltimo cap¨ªtulo. "Nuestro trabajo es dar aquello que es noticia, pero dada la naturaleza de estas alertas, pod¨ªamos haber avisado para paliar el dolor de los seguidores de El gafe que no lo vieron en tiempo real", reconoci¨® Sullivan en su columna. Con o sin spoiler, el documental de HBO es ya una serie obligatoria para cualquiera que se atreva a imaginar hacia d¨®nde va la televisi¨®n de Estados Unidos.
Ese futuro pasa de momento por Los ?ngeles (California), la capital de los juicios m¨¢s medi¨¢ticos de EE?UU. Durst ser¨¢ juzgado all¨ª por el asesinato en 2000 de quien fuera su amiga y portavoz tras la muerte de su primera mujer, casi dos d¨¦cadas antes. Ser¨¢ dif¨ªcil que el desenlace del juicio supere a lo logrado por el documental de HBO. Seg¨²n el experto Watson, el seguimiento del caso hasta ahora juega en su contra: ¡°Cuando los medios se convierten en el primer testigo, la presunci¨®n de inocencia sale por la borda¡±.
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