El inenarrable ¡®toque Moreno¡¯
'La alfombra roja palace' es uno de los espect¨¢culos m¨¢s absurdos de cuantos se pudieran imaginar
Juan Benet sol¨ªa decir que le habr¨ªa gustado ser ministro del Interior durante 24 horas para poder meter en la c¨¢rcel a Maurice Chevalier. No s¨¦ qu¨¦ habr¨ªa hecho de haber visto el ?nuevo? programa de Jos¨¦ Luis Moreno, La alfombra roja palace, el show por el que TVE ha apostado para la noche de los s¨¢bados, sin duda uno de los espect¨¢culos m¨¢s absurdos de cuantos se pudieran imaginar.
As¨ª, a vuela pluma: un concurso de tres ni?os que muestran su habilidad para bailar, contar chistes o cantar; cinco presentadores que se desviven en elogiar a los "peque?ines" y un jurado en el que los ditirambos eran inenarrables. Tres breves actuaciones: una hora de programa rellenada con frases como "y un aplauso a las familias espa?olas que con su esfuerzo han conseguido superar la crisis" y mucha referencia a la Marca Espa?a. Moreno, Moreno, ?qu¨¦ hemos hecho para merecernos esto?
Y en eso lleg¨® Lytos y su habilidad para producir sonidos de todo tipo s¨®lo con la boca. Nuevo desparrame de elogios
Y en eso lleg¨® Lytos y su habilidad para producir sonidos de todo tipo s¨®lo con la boca. Nuevo desparrame de elogios aunque ya nadie se acuerde de aquel concursante que hace d¨¦cadas tocaba El sitio de Zaragoza con la nariz. Es el momento de el toque Moreno: un sketch, Matrimonio moderno, con di¨¢logos impresentables, dom¨¦stica medio borracha y un matrimonio que ha invitado a cenar a sus respectivos amantes. La de ¨¦l, joven y guapa. Los de ella, cinco efebos de gimnasio y el jefe de su marido. Moraleja: "?Qui¨¦n me manda a m¨ª ir de moderno por la vida?", se lamenta el marido.
Ahora llegan "los magos del cubo de Rubik", tres j¨®venes que consiguen armar el dichoso artefacto en 12 segundos. Los elogios de los presentadores duran mucho m¨¢s aunque, todo hay que decirlo, esta vez no hacen referencia la Marca Espa?a. Un monologuista, Marta S¨¢nchez en play back, otro sketch tan sutil como el anterior y Francisco que canta a Valencia. Superadas las dos horas, el comentarista tira la toalla a la vez que comprende eso de que "el periodismo es un sacerdocio".
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