Fiebre por ¡®Mad Men¡¯ en Nueva York
La ciudad rinde homenaje a la serie de los publicistas con varios eventos
¡°Quedemos en Mad Men Avenue con Don Draper Way. Justo en El banco de Draper¡±. Hasta el verano, el n¨²mero 1271 de la Avenida de las Am¨¦ricas pasar¨¢ a ser llamado as¨ª y ser¨¢ un nuevo punto de cita en Nueva York, con un significado especial para los fans de la serie que el pr¨®ximo 5 de abril (el 6 en Canal + Series) empieza a emitir sus ¨²ltimos episodios.
El banco de Don fue desvelado al p¨²blico en la g¨¦lida ma?ana del lunes. Es la silueta blanca y negra de Don Draper, la imagen ic¨®nica de la serie desde el principio, y est¨¢ colocado justo delante del Time & Life Building, el edificio al que se mudaron los protagonistas de la serie cuando refundaron Sterling Cooper Draper Pryce. ¡°Para nuestros mad men ¡ªy women¡ª este edificio representaba un comienzo nuevo¡±, dijo en la presentaci¨®n el presidente de la cadena AMC, Charlie Collier.
¡°Para el brillante creador de Mad Men, Matthew Weiner, la autenticidad era clave, as¨ª que cada detalle de la serie, de la arquitectura a los muebles o las vistas de la oficina esquinada de Don Draper en el piso 37, todo ten¨ªa que ser fiel a como era en el Nueva York de los a?os sesenta¡±, continu¨® Collier.
Weiner se pas¨® a?os document¨¢ndose sobre la ciudad en aquella d¨¦cada, cada restaurante, cada edificio que pod¨ªan haber pisado aquellos publicistas, lo que vest¨ªan, lo que fumaban o lo que beb¨ªan. Esa minuciosa investigaci¨®n le permiti¨® que, salvo en el caso del piloto, pudieran rodar con un presupuesto menor en escenarios recreados en Los ?ngeles en vez de en Nueva York. Jon Hamm, John Slattery, January Jones, Christina Hendricks y Elisabeth Moss fueron los primeros en sentarse en el banco que ser¨¢ un nuevo reclamo para adictos a la serie y a los selfies. Y el homenaje m¨¢s simb¨®lico que le da la ciudad a una de sus series favoritas.
Una despedida a la que el Museo de la Imagen en Movimiento de Queens tambi¨¦n se ha unido con una exposici¨®n comisariada por el propio Matthew Weiner en la que se han recreado dos escenarios m¨ªticos de la serie ¡ªla primera cocina de Don y Betty y el ¨²ltimo despacho de Don¡ª y la sala de los guionistas tal y como la ten¨ªan el d¨ªa que escribieron el ¨²ltimo cap¨ªtulo emitido el a?o pasado. Aunque breve, la muestra es un nost¨¢lgico recorrido por las siete temporadas, con notas personales de Weiner, vestuario de los protagonistas y objetos como la caja llena de recuerdos de la identidad real de Don Draper o el mueble bar de Joan.
La comida y, sobre todo, la bebida han sido elementos importantes en la serie. Y, por eso, Nueva York tambi¨¦n ha querido despedir la ficci¨®n celebrando la Mad Men Dining Week, una semana en la que m¨¢s de 30 restaurantes de la ciudad ofrecen c¨®cteles o almuerzos inspirados en sus protagonistas y en la d¨¦cada de los sesenta. Entre la lista de locales est¨¢ el P.J.Clarke¡¯s donde Peggy, a¨²n secretaria, celebr¨® su primer ¨¦xito como publicista en la primera temporada; y el Barbetta, donde Betty ya casada con Henry se encuentra con Don y una joven cita.
Pero, sin duda, la despedida m¨¢s emotiva y deseada por los fans ser¨¢n las charlas que Matthew Weiner tiene programadas para las pr¨®ximas semanas en distintos puntos de la ciudad y en las que ha prometido desvelar secretos ahora que se siente relajado con la serie terminada. Weiner empez¨® el tour la semana pasada en el Museo de Imagen en Movimiento y acabar¨¢ en la Biblioteca P¨²blica de la Quinta Avenida d¨ªas despu¨¦s del final de Mad Men, programado para el 17 de mayo. El d¨ªa en el que todos los fans probablemente quedar¨¢n en Mad Men Avenue con Don Draper Way. Justo en El banco de Draper.
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