Armada, le esperan en el Congreso

Un thriller pol¨ªtico escrito al hilo de las pr¨®ximas elecciones legislativas, pero tambi¨¦n una ficci¨®n sobre como se va fraguando la intriga de una obra en la mente de su autor. En La ciudad oscura, investigando la extra?a muerte de un jockey, dos inspectores descubren una conspiraci¨®n para reimplantar en Espa?a un r¨¦gimen autoritario, peripecias ambas interrumpidas a cada rato por el di¨¢logo que sobre el proceso de creaci¨®n mantienen en paralelo los personajes del Autor y de su hija Dakota. Teatro, pues, dentro del teatro, metaficci¨®n a raudales, cuya autoconsciencia Paco Montes, su director, pone de relieve desde la segunda escena, cuando el Autor se dirige al p¨²blico en vez de a Dakota, a una de cuyas comprometidas preguntas est¨¢ intentando dar respuesta.

Antonio Rojano, el autor de verdad, superpone las dos ficciones, cuyo desarrollo consume un tiempo parejo a pesar de que es mucho m¨¢s interesante la que protagonizan el inspector Nieto y la inspectora Vega, cuyos int¨¦rpretes, Mario Tard¨®n y Ana Otero, se llevan al agua el gato de la funci¨®n. La Otero, que al principio expresa demasiado al pie de la letra la rigidez y la frialdad de su personaje, va luego modulando con encanto la ola de emociones reprimidas sobre la que surfea. Y Tard¨®n es un Jano muy conseguido, con un perfil amable y otro sorprendentemente revirado. L¨¢stima que el Autor y Dakota interrumpan a menudo la investigaci¨®n de esta pareja sobrevenida con observaciones, preguntas, reproches y digresiones varias, en un ejercicio brechtiano (y de narcisismo literario: de nuevo el arte invit¨¢ndonos a entrar en su cocina) sugerente, pero del que tenemos ya cierta sobredosis, aunque Rojano va un paso m¨¢s all¨¢ y hace converger certeramente la personalidad del Autor con la de sus criaturas y la realidad de unas elecciones ante las que los accionistas mayoritarios de las multinacionales temen la victoria de una candidatura pro reparto de la riqueza con la ficci¨®n de que las fuerzas oscuras a las que alude el t¨ªtulo intenten dar un golpe de mano.

Montes obtiene un resultado ¨®ptimo con una producci¨®n m¨ªnima y con la presencia esc¨¦nica formidable de Fernando Soto (el Autor) y Paco Lahoz (en el papel de hijo de Alfred Rosenberg, ide¨®logo nazi), el tintineo de la encantadora Dakota de Irene Ruiz y la versatilidad de Pilar G¨®mez, comod¨ªn del espect¨¢culo.

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