¡®Cin¨¦ma espagnol¡¯
Se est¨¢ celebrando esta semana en la ciudad francesa de Nantes el 25? Festival de cine espa?ol. Una iniciativa privada que este a?o ofrece de nuevo las pel¨ªculas m¨¢s destacadas en los ¨²ltimos meses m¨¢s alguna otra joya oculta que el festival descubre por su cuenta; adem¨¢s, se rinde homenaje a los directores Carlos Saura y Fernando Trueba, se organiza un ciclo sobre el reciente cine vasco, una exposici¨®n sobre a?oradas salas de cine espa?olas hoy destruidas, un repaso a la memoria del spaghetti western, un curioso recordatorio de la presencia de Francia en pel¨ªculas espa?olas entre las que se incluye hasta la Agustina de Arag¨®n de Aurora Bautista, un concierto de flamenco, jazz¡ Con la imagen de Juan Diego Botto en el cartel oficial, se trata, sin duda, de un homenaje a la historia y la realidad actual del cine espa?ol. Una barbaridad.
Por su parte, en octubre, en Toulouse, se celebrar¨¢ otro festival similar, Cinespa?a, ya en su vig¨¦sima edici¨®n. Y en Marsella, en noviembre, Cine horizontes, igualmente dedicado al cine espa?ol, presentar¨¢ su 14? convocatoria. Y no olvidar las celebraciones de Espagnolas en Paris, que en la capital francesa siguen estimulando, a?o tras a?o, la distribuci¨®n y el consumo de cine espa?ol. Aun siendo la francesa la m¨¢s potente cinematograf¨ªa europea, algo ve en nuestro cine que, por su parte los gobernantes espa?oles ignoran. Veremos qu¨¦ pasa tras el intenso a?o de elecciones que tenemos por delante. Porque la preocupaci¨®n por la gesti¨®n cultural no aparece en t¨¦rminos di¨¢fanos en los distintos programas electorales. Cierto que hay otras preocupaciones prioritarias pero da la impresi¨®n de que de nuevo la cultura y el cine son cuestiones de segundo orden. Y como los franceses tantos espa?oles a los que s¨®lo les queda la protesta. Recuerdo al director del Museo Nacional del Teatro, Andr¨¦s Pel¨¢ez, que al recibir un premio por su muy buena labor, grit¨® con energ¨ªa: ¡°La Cultura es la se?ora de la casa, y Hacienda es su criada¡±. Pues eso.
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