El rostro de Garganta profunda
Aporta el valor adicional de convertirnos en testigos de esa transacci¨®n de secretos
Dos pel¨ªculas recientes, que no pueden ser m¨¢s distintas entre s¨ª, han elevado a espacio m¨ªtico desangelados no lugares del sector hotelero, limbos despojados de todo glamur en cuyo seno, no obstante, han tenido lugar di¨¢logos y encuentros de relevantes consecuencias en el ¨¢mbito de lo real. Por un lado, el sal¨®n de reuniones de un hotel franc¨¦s que Negociador, de Borja Cobeaga, convierte en territorio del desencuentro para una comedia triste. Por otro, la habitaci¨®n de un hotel de Hong Kong donde la cineasta Laura Poitras document¨® el encuentro que mantuvieron ella y el periodista Glenn Greenwald con Edward Snowden, el ex empleado de la CIA y la NSA que desvel¨® el escalofriante entramado de vigilancia global levantado por el gobierno de Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo. Citizenfour, pel¨ªcula ganadora del ?scar al mejor largometraje documental, es Historia capturada en directo, una pieza maestra de periodismo filmado que la da rostro, temblor y matiz humano a una figura que, con su acto de confrontaci¨®n con las mec¨¢nicas del poder, se ha convertido en enemigo p¨²blico n¨²mero uno de esta era de paranoia y control donde la p¨¦rdida de privacidad y libertades es el precio que buena parte de la comunidad est¨¢ dispuesta a pagar para su supuesta protecci¨®n.
CITIZENFOUR
Direcci¨®n: Laura Poitras.
Documental.
G¨¦nero: denuncia pol¨ªtica.
Alemania-Estados Unidos, Reino Unido, 2014.
Duraci¨®n: 114 minutos.
Laura Poitras hab¨ªa abierto con My Country, My Country (2006) su trilog¨ªa sobre las consecuencias del 11-S que ahora cierra este Citizenfour que, aunque sea t¨®pico afirmarlo, tiene la fortaleza narrativa de un thriller y, tambi¨¦n, el esp¨ªritu de un serial cinematogr¨¢fico de principios del siglo XX: la aparici¨®n de una posible nueva fuente de informaci¨®n proporciona el cl¨ªmax ¡ªy potencial continuar¨¢¡¡ª a este relato, cuando la paranoia ¡ª?ser¨¢ una voz fiable o una trampa?¡ª ya preside el discurso. La imagen de una nota escrita a mano y destrozada a conciencia por Greenwald y Snowden es otra de las im¨¢genes perdurables de esta distop¨ªa desvelada en presente.
La denuncia que las filtraciones de Snowden permitieron articular est¨¢ tan clara aqu¨ª como en la prensa escrita, pero Citizenfour aporta el valor adicional de convertirnos en testigos privilegiados de esa transacci¨®n y de dar rostro, entidad y coherencia a su particular garganta profunda.
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