Iv¨¢n Fandi?o, el h¨¦roe derrotado
No triunf¨®, pero el torero demostr¨® que es posible otra fiesta de los toros
Una monumental divisi¨®n de opiniones despidi¨® a Iv¨¢n Fandi?o cuando el torero atravesaba el ruedo de la plaza al final de la corrida en la que hab¨ªa lidiado con escasa fortuna seis toros de hierros legendarios. Pero lo hizo con paso firme y convencido, seguramente, de que hab¨ªa realizado la mayor gesta de su vida, sin suerte, sin recompensa y con el sabor de la derrota en los labios.
Se march¨® Fandi?o, pero qued¨® en la plaza el aroma de un h¨¦roe; vencido, pero un h¨¦roe cuya gesta debiera marcar un antes y un despu¨¦s en la moderna tauromaquia. Una heroicidad es llenar la plaza de Las Ventas en pleno mes de marzo. Esa es una haza?a reservada para muy pocos. Otra, y no menos importante, es encerrarse con seis toros de las ganader¨ªas m¨¢s temidas por la torer¨ªa andante, nombres que asustan con solo nombrarlos; y una tercera, si cabe, salir por su propio pie de la plaza, que no es poco.
SEIS GANADER?AS / IV?N FANDI?O
Toros: 1?, de Partido de Resina, manso y flojo; 2?, de Adolfo Mart¨ªn, noble y descastado; 3?, de Cebada Gago, manso y soso; 4?, de Jos¨¦ Escolar, bravo y deslucido; 5?, de Victorino Mart¨ªn, devuelto al lesionarse una pata; 6?, de Palha, bravo y deslucido; sobrero de Adolfo Mart¨ªn, bravo y deslucido.
Iv¨¢n Fandi?o: pinchazo, estocada que asoma, dos descabellos y el toro se echa (silencio); media atravesada y dos descabellos (silencio); estocada atravesada y un descabello (silencio); media y un descabello ¡ªaviso¡ª y cinco descabellos (algunos pitos); dos pinchazos y estocada (silencio); dos pinchazos y un descabello (divisi¨®n de opiniones).
Plaza de las Ventas. 29 de marzo. Inauguraci¨®n de la temporada. Lleno de "No hay billetes". Se guard¨® un minuto de silencio en memoria de las v¨ªctimas del reciente accidente a¨¦reo.
No triunf¨®. Bueno, si triunfa con los toros que le tocaron en suerte, lo suyo hubiera alcanzado el nivel de una epopeya verdaderamente hist¨®rica. Pero Fandi?o ha demostrado algo muy importante: que es posible otra fiesta de los toros, basada en la emoci¨®n del protagonista fundamental de este espect¨¢culo; ha demostrado que el aficionado est¨¢ cansado de animales aborregados y moribundos, y que son necesarios h¨¦roes de verdad, capaces de apostar por la muerte o la vida, por el ¨¦xito m¨¢s rotundo o el fracaso m¨¢s discutido.
Por eso, en la derrota m¨¢s cruel, Iv¨¢n Fandi?o ha firmado una p¨¢gina brillante de su propia historia y para la gloria de la fiesta taurina.
Todo comenz¨® a contrapelo. Mientras hac¨ªa el pase¨ªllo, un grupo reducido de antitaurinos intent¨® romper el festejo y fue desalojado por la polic¨ªa. Pero fastidiaron la solemnidad del primer acto, que ser¨ªa su pretensi¨®n. Despu¨¦s, el primer toro de Partido de Resina, guapo como ¨¦l solo, se agot¨® pronto y se par¨® en el tercio final. Brind¨® el segundo al respetable, al que veronique¨® con hondura pegado a tablas, pero el animal de Adolfo Mart¨ªn solo aguant¨® la primera tanda con la mano derecha. Deslucido y malaje el de Cebada Gago. Sorprendi¨® el cuarto, de Jos¨¦ Escolar, en su embestida larga al capote del torero, y protagoniz¨® un espectacular tercio de varas con la colaboraci¨®n de Israel de Pedro, que dej¨® dos buenos puyazos. Sorprendi¨® la aparici¨®n de un espont¨¢neo que fue reducido con eficacia y rapidez por la cuadrilla. Acudi¨® con alegr¨ªa en banderillas y permiti¨® el lucimiento de Javier Ambel con el capote, y de Jarocho y V¨ªctor Mart¨ªnez con los garapullos. Pero demostr¨® finalmente que su car¨¢cter era ¨¢spero, correoso y sin brillo. El quinto, que se luci¨® tambi¨¦n en varas, fue devuelto por lesi¨®n, y el sobrero de Adolfo, que acudi¨® con presteza al picador, desarroll¨® mala clase al final. El ¨²ltimo, de Palha, sorprendi¨® gratamente en el picador y se raj¨® completamente despu¨¦s.
Fandi?o estuvo, es verdad, por debajo de lo esperado. Encorsetado, atolondrado a veces, sin frescura con capote y muleta; mal, muy mal, con la espada, y evidenci¨® lo mucho que pesa Madrid. Todo eso es cierto. Como lo es que en su derrota hay que reconocerle que solo un h¨¦roe es capaz de jug¨¢rsela como ¨¦l lo ha hecho. El muy serio compromiso de Fandi?o no deber¨ªa caer en saco roto.
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