La escultura ¡®San Juanito¡¯ de Miguel ?ngel cobra vida en el Prado
El 'San Juanito' se presenta en la pinacoteca tras una restauraci¨®n de 19 a?os en Florencia
Tiene 130 cent¨ªmetros de altura y su cuerpo infantil, que hab¨ªa quedado reducido a cascotes, vuelve a lucir con toda la belleza y misterio de las esculturas de Miguel ?ngel (Caprese, 1475-Roma, 1564). Y todo gracias a los m¨¢s recientes milagros tecnol¨®gicos obrados por el Centro de Restauraci¨®n de Florencia, que ha necesitado 19 a?os para insuflarle nueva vida. San Juan Bautista ni?o, m¨¢s conocido como San Juanito, fue v¨ªctima de la Guerra Civil espa?ola y naci¨® de las manos del genio renacentista cuando contaba unos veinte a?os. Desde hoy se expone hasta el 28 de junio en la sala 47 del Museo del Prado, el mismo lugar en el que se exhibi¨® a la Gioconda del Prado. Despu¨¦s, volver¨¢ a la capilla del Salvador de ?beda (Ja¨¦n), donde se expone desde el siglo XVI, por deseo de sus propietarios, la Fundaci¨®n Casa Ducal de Medinaceli.
El San Juanito deja ver las cicatrices de las heridas causadas por un ataque de grupos anarquistas (con toda probabilidad) a comienzos de la guerra. No solo qued¨® reducido a cascotes, sino que tambi¨¦n algunas partes, como la cabeza, fueron quemadas. La recuperaci¨®n de la obra hubiera sido inimaginable hace unas d¨¦cadas. Sin embargo, los propietarios perseveraron y decidieron llevar los trozos al Centro de Restauraci¨®n de Florencia, el Opificio delle Pietre Dure, el lugar m¨¢s indicado para recobrar la figura creada con el blanco m¨¢rmol de Carrara entre 1495 y 1496.
Cristina Improta, directora del Departamento de Materiales P¨¦treos del centro florentino, explica que los expertos contaron con varias fotograf¨ªas para recuperar su aspecto original. Una de ellas hab¨ªa sido tomada en 1930 en la capilla de ?beda. Contaban con referencias escritas por Vasari, quien relacionaba la obra con piezas juveniles de Miguel ?ngel, como la escultura de Baco, y con la pintura conocida como la Madonna de Manchester.
Las im¨¢genes permitieron la reconstrucci¨®n virtual en tres dimensiones de lo que hab¨ªa sido la obra completa. El paso siguiente consisti¨® en montar la escultura con los trozos originales de m¨¢rmol y completar las partes perdidas, m¨¢s del 60%, con fibra de vidrio y nylon que luego fueron estucadas, entonadas con tempera y selladas con cera y barniz. El armaz¨®n interno se sostiene con una estructura de acero inoxidable articulada por imanes. La parte final del proceso consisti¨® en aplicar un potente l¨¢ser capaz de limpiar los restos de quemaduras de la cabeza y de la piel de cordero con la que San Juanito se cubre parte del cuerpo. Los restauradores han querido que la figura guarde las cicatrices de sus penurias y agresiones; una venganza contra el arte que, como recuerda Miguel Zugaza, se sigue perpetrando en estos momentos por el Estado Isl¨¢mico.
Durante los 19 a?os que la obra ha permanecido en Italia no solo se ha sometido a un tratamiento de regeneraci¨®n; tambi¨¦n se ha certificado definitivamente la paternidad de Miguel ?ngel, en un congreso de expertos celebrado en Florencia en 2013. Aunque no se albergaban muchas dudas, hasta entonces solo se contaba con la atribuci¨®n del historiador del arte Manuel G¨®mez Moreno.
Stefan Schoeder, jefe del departamento de Escultura del Prado y comisario de la exposici¨®n documental montada en torno a San Juanito, explica que las primeras noticias escritas que se tienen sobre la obra est¨¢n fechadas en 1495 y cuentan que fue un encargo de Lorenzo di Pierfrancesco de M¨¦dicis, el mismo mecenas de Botticelli. Despu¨¦s, en 1537, Cosme I de M¨¦dicis regala la obra a Francisco de Cobos, secretario del emperador Carlos V. Cobos la env¨ªa a Espa?a para embellecer el mausoleo que se hab¨ªa mandado construir en la capilla de San Salvador en ?beda. De esta manera pas¨® a formar parte de la Fundaci¨®n Casa Ducal de Medinaceli y a convertirse en la ¨²nica escultura conocida en Espa?a nacida del Divino Buonarroti.
Pocos rastros del artista en Espa?a
Sorprende que un museo como El Prado tenga una escasa o nula presencia de dos grandes del Renacimiento italiano: Miguel ?ngel y Leonardo Da Vinci. Del primero, gracias a la Casa de Medinaceli y los Amigos del museo, se puede ver su San Juanito. Adem¨¢s, posee dos estudios anat¨®micos realizados para el Juicio Final de la Capilla Sixtina, del legado de Pedro Fern¨¢ndez Dur¨¢n. No hay m¨¢s.
Igual ocurre con Leonardo Da Vinci, del que solo la Biblioteca Nacional tiene los c¨®dices I y II del genio renacentista, accesibles gracias al proyecto Leonardo interactivo que ha puesto en marcha la Biblioteca. Lo m¨¢s pr¨®ximo que tiene el Prado es la copia de la Gioconda hecha por un disc¨ªpulo del maestro a la vez que creaba el original.
Gabriele Finaldi, director adjunto del museo, explica que la ausencia de estos dos genios se debe a que tanto Miguel ?ngel como Leonardo triunfaron muy pronto y su producci¨®n fue relativamente peque?a. ¡°Creo que hay muy pocas fuera de Italia. En ambos casos trabajan para sus mecenas al comienzo de sus carreras. En general, lo que ve fuera, son obras de juventud. Puede que la corona espa?ola se interesara por ellos muy tarde, cuando sus obras ten¨ªan ya precios muy altos¡±.
Babelia
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